C.5.

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Earth había insistido en ir a su casa ese día. Su hermano no estaría y podrían estar tranquilos para cualquier perversión, aunque lo que el hombre tenía en mente era hablar.

Y no precisamente de algo bueno.

Si estuvieran en casa de Mix, su hermano podría llegar de repente y meterse en una conversación que, aunque fuera de él, no le convenía.

Earth estaba preparando una ensalada mientras Mix parecía concentrado en cortar unas verduras para la cena.

- Uhm - titubeó el hombre -. He visto a ese "acosador".

- ¿Lo has visto? - se sorprendió el castaño -. ¿Así que en verdad existe un acosador? - murmuró preocupado.

- Existe, pero no es como tal - rectificó Earth -. Eso era consentido, Mix.

El castaño parpadeó confundido.

- Mi hermano no es gay - dijo, quizá muy rápidamente -. No pudo ser consentido.

- Lo fue - insistió Earth -. No será gay, pero lo fue... Conozco al chico, confío en él.

Si claro, después de haberle acusado y pegado, ahora confiaba en él.

- ¿Qué confías en él? - se molestó Mix - ¡¡Ese chico está violando a mi hermano menor!! ¿Cómo puedes confiar en él y no en mi hermano?

- Porque tu hermano es un manipulador - contestó Earth -. Estás cegado con él, Mix.

- ¡No hables así de mi hermano! - advirtió el castaño -. ¡No lo conoces!

- Eso mismo podría decirte a ti - Earth apretó la mandíbula -. Ese pequeño inocente, como tú lo llamas, intentó seducirme hace unos días en el vestuario, Mix.

Mix jadeó ante eso y apretó los dientes, abandonando su tarea en la cocina para recoger sus cosas.

- Será mejor que me vaya - susurró.

Earth lo detuvo de un brazo.

- ¿Y ya está? - ahora fue él quien se ofendió -. En un año el único problema que hemos tenido es tu hermano, ¿y ya está?

- Mi hermano no es un problema - gruñó Mix -. ¡Es mi hermano, maldita sea! No voy a sustituirlo por nadie.

- ¡No te estoy pidiendo que lo sustituyas! - exclamó Earth -.¡Sólo que abras los ojos y no te creas todo lo que dice!

- ...él me ama, Earth - Mix intentó liberarse suavemente -. ...él no haría nada para lastimarme. Por eso... - lo miró - deberíamos esperar a que todo esto se calme.

- Bien, como quieras - Earth alejó la mano de su brazo.

Era una estupidez tratar de convencerle de lo contrario. Ese año había sido estupendo, lo mejor que le hubiera pasado a Earth, y lo peor fue Atthaphan Phunsawat.

Pero no podía estar siempre agobiado por él.

Siempre pendiente de que estuviera planeando algo.

Sí, quizás lo mejor era "esperar".

Mix hizo un escueto ademán y salió de la casa de Earth.

Cuando subió al coche, se maldijo en voz baja y encendió el vehículo para irse de una buena vez.

El local estaba repleto, había gente por todas partes, tanto en la pista de baile como en las mesas y en la barra

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El local estaba repleto, había gente por todas partes, tanto en la pista de baile como en las mesas y en la barra. Gracias a Dios Off había reservado una mesa específica para ese día. La mejor del lugar.

El cumpleaños de Nanon lo merecía.

Los tres chicos se dirigieron a la mesa cuando la chica les atendió y se sentaron en los cómodos asientos mirando en general.

Nanon estaba feliz. Hablaba de boberías, como siempre, pero valía la pena aguantarle un poquito.

- ¡Oh! ¡Ha llegado! - dijo Nanon con emoción.

Los chicos levantaron la mirada y vieron entrar a un atractivo castaño. El sólo hecho hizo que Neo frunciera el ceño.

- ¡Qué rayos hace él aquí? - miró a Nanon.

- Es mi amigo, debe celebrar mi cumpleaños con nosotros, claro.

La lógica de Nanon podía ser algo molesta, a veces.

- Podrías haber avisado - siseó Off, mirando como el castaño llegaba hasta ellos, mientras Nanon levantaba la mano y la agitaba con fuerza, indicándole dónde estaban.

Al final el castaño se sentó a la mesa.

La llegada del castaño sólo podía significar una cosa: chicas.

Nanon obtuvo una mayor sonrisa cuando dos chicas se acercaron, con la excusa más tonta. Neo estaba seguro que ninguna era estudiante de la Universidad, asó que terminó un tanto enfurruñado, viendo la manera en que ambas se disputaban por llamar la atención del castaño, quien parecía estar disfrutando de lo lindo.

Off giró los ojos con exasperación.

- Voy por alcohol, lo vamos a necesitar si tenemos que aguantar esto.

El chico acabó abandonando la mesa con una de las chicas mirándole demasiado mal, cosa que le importó muy poco, como de costumbre.

Allí en la barra miraba de reojo a Gun, quien no dejaba de hablar con las dos chicas y no cruzaba palabra alguna con sus dos amigos.

Pero qué descaro, ¿para qué demonios había ido entonces?

- Hola - una voz femenina le saludó y se giró a mirar, encontrándose con una preciosa morena que le sonreía coquetamente.

Vaya, para cuando ligaba tenía que ser una mujer.

- No quiero ofenderte, pero soy gay - Off lo hizo con todo el tacto posible y vio la decepción en esos bonitos ojos azules -. Pero... - sonrió él y con el mismo coqueteo rodeó los hombros de la chica y le hizo mirar a la mesa - ¿No te gusta mi amigo? El moreno de la esquina. Es muy hetero, te lo aseguro, puedes unirte a nosotros.

Ella acabó sonrojándose completamente. Qué cosa mas mona.

- Estoy con una amiga, ¿no importa? - preguntó ella.

- No, mientras le gusten los pelirrojos... El castaño ya está demasiado ocupado.

- Oh - ella miró al castaño, a quien las dos chicas habían comenzado a despeinar -. Anotado - dijo con encanto.

- De hecho es el cumpleaños de mi amigo - dijo Gun con una adorable sonrisa y señaló a Nanon -. Las compensaría si hacen lo posible porque la pase bien, ¿saben? - susurró al oído de una de ellas.

Aunque el aviso de Off llegó tarde, ya que Gun parecía haber pensado exactamente lo mismo y había informado algo a sus acompañantes.

El efecto fue mágico. De hecho así lo veía Neo, quien, de pronto vio que su amigo Nanon era mimado por dos bellas y generosamente tetonas chicas rubias.

- Hola - saludaron dos bellas jovencitas más y Neo encontró la ventaja de estar entre esos locos.

- Te juro que sólo les ha dicho algo al oído, y ya estaban encima de Nanon - dijo Neo a Off, cuando regresó a la mesa -. Es un demonio.

- Un encantador de serpientes - agregó Off -. Disfruta de los ojos azules, le gustas - le confió en tono bajito y se cambió de sitio cuando sentó a esa morena al lado de Neo con todo el descaro posible, haciéndola ruborizarse de nuevo.

Allí quedó junto a Gun, aunque a Off no le importó si lograba que su amigo tuviera esa sonrisa en su rostro y no un ceño fruncido.

Las bebidas aparecieron por fin, muchas, en realidad. El local se encargó de traer también comida y la velada comenzó a resultar agradable en realidad. Las dos ultimas chicas que se habían unido (coincidiendo que las había traído él) eran bastante simpáticas y agradables. Una de las rubias que principalmente acosaba a Gun, abandonó a Nanon y volvió a centrarse en su objetivo inicial.

¡Eso era perseverancia!

Off vio con diversión la manera en que la rubia luchaba por mantener la atención de Gun, charlando de alguna tontería y haciendo magia para que su descarado escote fuera notado.

Vaya.

Off sonrió con maldad.

El moreno atendió a una broma de las simpáticas chicas y metió la mano bajo la mesa, tocando el muslo a Gun y subiendo hacia arriba, hasta tocar su entrepierna.

El único gesto que Gun dejó ver, ante el ataque, fue una ceja enarcada, antes de tomar la mano de la rubia y dejar que ella se acercara más. Claro que, con mesas tan pegadas y luces tan escasas, nadie vería lo que Off hacía; ni verían la manera en que Gun se acomodó mejor, separando suavemente las piernas.

Off rió a eso, coincidiendo con algo gracioso que sucedió en la otra parte de la mesa.

Y luego el pervertido era él.

Lejos de detenerse empezó a tocar sobre ese miembro, notando la dureza que despertó dentro de aquellos pantalones. Con una habilidad pasmosa logró bajar parte de la cremallera y meter un par de dedos, tocándolo sobre la tela.

Gun soltó una risita a algo que le dijo la rubia e interceptó una de sus manos, que seguro habría acabado también en su entrepierna; se llevó la mano a los labios y la besó de manera sugerente, antes de entrelazar los dedos con los de ella y dejar que la preciosa chica se apretara más a él.

Off lo tocó más fuerte, sintiendo como Gun movió las caderas contra él disimuladamente.

Fue cuando vio que la rubia le dijo muy cerca, que no llegó a escuchar, Gun se acomodó con dificultad el desorden entonces y ambos se levantaron de la mesa para ir hacia los servicios.

De camino Gun disimulaba como podía el "destrozo" que Off le había hecho.

...él enarcó una ceja. ¿No irían a...?

Joder, sí, los dos entraron en los mismos servicios a la vez. Osea, él lo calentaba y la otra se lo tiraba.

Si, hombre.

- Voy por otra cosa para comer - dijo Off, levantándose y dejándoles solos.

Hubiera jurado que no habría hecho falta dar una excusa, ya que apenas repararon en cuando abandonó la mesa y se metió a los mismos servicios, localizando el excusado en que se había metido por el nivel de los ruidos.

Entonces golpeó la puerta.

- Abre, sé que estáis ahí - dijo con tranquilidad.

- Estoy ocupado - replicó Gun y se escuchó un gemido de la chica -. A menos que tengas algo que proponerme, no creo que debas estar ahí afuera.

- Puedo ocuparme de tu parte trasera - ronroneó Off.

Gun soltó una risita y abrió. Ya casi tenía a la rubia con el escote abajo y miraba a Off, con la mejilla acomodada entre los bellos senos.

- Creo que a Jane le gustaría ver eso, Off - ronroneó y acarició entre las piernas de la chica, quien miraba a Off con los ojos nublados por el deseo.

- Como a todas - contestó él con seguridad y abrazó a Gun desde la espalda, resbalando las manos por su pecho y metiéndolas bajo la prenda hasta llegar a sus tetillas.

Off sería un chico normal, del montón, pero en seguridad no le ganaba nadie.

Gun acomodó a Jane encima del deposito de agua y se las arregló para quitarle la exquisita braga de encaje, besando sus muslos y marcando la blanca piel. Esa posición dejó espacio para que Off tuviera mejor acceso a su trasero.

Off veía cada movimiento de ese castaño, y se concentró en desabrochar esos pantalones para dejarlos caer, junto a su ropa interior. Gun estaba muy excitado.

¿Sería por el juego bajo la mesa?

Off prefirió no pensarlo demasiado e hincó las rodillas en el suelo, abriendo esas nalgas y enterrando la boca entre ellas para chupar.

El gemido de Gun coincidió con el momento que alcanzó a tocar entre las piernas de la tal Jane con la lengua. La chica emitió un gemido tan escandaloso que Off temió que hubiese sido escuchado en todo el maldito bar.

- Si no quieres que venga el dueño y nos saquen a patadas, baja la puta voz - regañó Off hacia la chica.

Entonces retomó el trabajo allí atrás. De uno de sus bolsillos sacó un condón y lo abrió, cubriendo un dedo con él. Ayudado por el lubricante del preservativo apretó un dedo contra esa apretada abertura.

Gun se tensó un poco, pero no dejó chupar la piel de Jane, deslizando la lengua de nuevo hacia uno de sus muslos, antes de apartarse un poco.

- Deberías apurarte con eso - regañó a Off -. Jane está a punto de terminar. Si no haces que me corra, dejaré que ella lo haga - amenazó.

- ¿Ya estamos? Luego te duele el culo y te vienes a quejar - Off le dio una palmada en una de las nalgas.

El moreno se encargó de abrir un poco más y bajó sus pantalones lo suficiente para deslizar otro condón sobre su pene. Después penetró a Gun.

Tuvo que hacerlo despacio, para su desgracia, por las prisas de ese castaño. Off gruñó luchando contra ese interior hasta que pudo adentrarse por completo dentro de él.

Gun se había quedado quieto unos instantes. Cuando pareció estar más cómodo, continuó con su tarea en Jane, quien miraba a Off con curiosidad y estiró una mano para acariciarle el pecho.

- Es lo más cachondo que he visto en mi vida - ronroneó ella entre jadeos y se mordió el labio inferior de manera sexy.

- De nada - sonrió el moreno.

Off empezó a moverse dentro de Gun y jadeó. El interior del castaño lo apretaba de esa forma deliciosa en que hubiera podido gritar más que esa chica y se movió más rápido incluso. Una de sus manos serpentearon por las caderas del castaño y atrapó ese pene que se movía al ritmo de sus impulsos, comenzando a acariciar mejor de como pudo hacerlo bajo la mesa.

El sanitario de llenó de gemidos y jadeos. Cada vez más rápidos y audibles.

Jane apoyó los pies en la pared del cubículo para abrir más las piernas y dejar más espacio a la lengua de Gun, quien se afanaba en su labor, pese a estar gimiendo también.

De hecho fue ella la primera en alcanzar el orgasmo, con un glorioso grito.

Fue ahí en donde Off reclamó a Gun para él solo. La mano libre se instaló en el torso del castaño y le obligó a incorporarse, alejándose de la extasiada rubia. Off le giró el rostro y lo besó, sin dejar de empujar en su interior.

Gun correspondió a ese beso hambriento y se paralizó en el momento que su semen manchaba la mano con la que Off le acariciaba. Fue ese momento en que su trasero apretó más a Off, quien se movió con más velocidad.

Off se corrió en el momento en que se había separado de su boca y su lengua recorría ese cuello, hasta detenerse en el oído de Gun donde le dejó escuchar su gemido de placer.

Entonces le dirigió una mirada pervertida a la rubia, en lo que sus dientes atrapaban el lóbulo de la oreja de Gun.

- No sabes lo jodidamente afortunada que eres.

- Creo que me doy una idea - dijo ella y se bajó del sitio donde estaba, para rescatar sus bragas -. Realmente soy afortunada.

Gun empujó suavemente a Off y lo sacó de su cuerpo, acomodándose la ropa; cuando terminó dejó que Jane le besara y la vio salir con esa enorme sonrisa.

- Eso ha sido nuevo - murmuró.

- ¿Qué, exactamente? - Off empezó a colocarse la ropa de una manera menos desordenada.

- No suelo ser perseguido al sanitario por un chico - el castaño se dirigió al espejo y se acomodó el cabello -. Vaya, tengo esa desagradable expresión que dejo en mis chicas - murmuró.

- Sigues estando igual de bonito - Off se tomó una cierta libertad y le besó una mejilla, mientras miraba el gesto en el espejo y después se separó de él, tirando el condón que se había quitado antes a una papelera.

- Digo lo mismo a las chicas que me follo - murmuró Gun con calma y salió del sanitario.

Eso significaba que Off tenía algo de playboy.

"Sí, claro", se rio en su interior.

Off salió tras Gun, pero no pudo llegar más lejos al ser interceptado por un pequeño, pero precioso moreno.

- Oh cielos, ¿Off?

Off se quedó congelado. No esperaba verlo justo allí. En realidad no esperaba verlo nunca jamás.

Fue tal el shock que el rostro de Off comenzó a ponerse blanco, y más aún cuando ese chico se puso de puntillas y le dio un suave beso.

- Fiat... - atinó a decir.

- Cuanto tiempo - sonrió encantadoramente Fiat -. Estaba intrigado por esos ruidos que salían del cuarto de baño, pero... vaya, no me lo esperaba de ti - y miró evaluadoramente hacia Gun -. Y menos con alguien así.

Fiat. El moreno siempre tenía manera de entrar y salir de la vida de los demás sin previo aviso, sin dar oportunidad a preparar el corazón absolutamente para nada. Ambos golpes los daba sorpresivamente; despiadadamente, diría Off.

- Ya ves - Off intentó sonreír y se alejó de él -. Adiós, tengo que volver.

Y ya está.

Fiat no se merecía más de sus palabras y regresó a la mesa en donde Neo se besaba con esa morena y Gun parecía ser acosado por la otra rubia, pero perdió interés por ello. Hubiera preferido que alguno de sus amigos estuviera libre para acurrucarse contra él después de verlo, pero estaban tan bien, además de ser el cumpleaños de Nanon, que no quiso molestar con sus tonterías.

Así que se acurrucó a una botella de alcohol.

- Sigamos la fiesta en mi casa - sugirió Off, cuando el local comenzó a vaciarse.

Asó fue como todos llegaron a la casa de Off.

Gun hizo maravillas para liberarse de ambas rubias, quienes parecían querer llevárselo para ellas; así que los chicos estaban con compañía femenina más agradable.

Nanon y Neo charlaban felices con las chicas, mientras Gun se encargaba de preparar los tragos y los aperitivos que él mismo había comprado, camino a la casa de Off.

- ¿Planeas emborracharte? - preguntó cuando hizo una bebida más a Off y se la dio.

- Totalmente - Off tomó el vaso y le dio un trago -. Esto está muy bueno.

- Gracias - dijo Gun y preparó unas bebidas para sus amigos -. ¿Hay problema si ellas duermen aquí? - miró a las bellas chicas -. Parece que están muy a gusto y es peligroso mandarlas a casa a esta hora.

Off negó.

- El problema es el espacio... - susurró, empezando a sentir el efecto del alcohol.

La buhardilla no es que fuera demasiado grande. Era lo justo para una sola persona así que solo había una habitación y el sofá en el que ahora mismo estaban sentadas esas chicas junto a sus amigos.

- En su estado, no creo que les importe - dijo Gun con calma -. Yo aún puedo conducir, me iré en cuanto estén bien instalados.

-¡De eso nada! - Nanon saltó del sofá y fue hasta Gun, tendiéndole una bebida -. Es mi cumpleaños, no puedes irte - el pelirrojo azuzó la bebida frente a sus narices.

Gun suspiró y dedicó una sonrisa a su amigo, tomando la bebida.

- Estás demasiado ebrio, Nanon - regañó y le desacomodó el cabello -. Tendré que quedarme para proteger la virtud de estas dos chicas - aceptó.

Nanon soltó una risita y volvió junto a la chica.

- Mañana le daré su regalo - Off observó cómo se estaba divirtiendo -. No es muy adecuado dárselo delante de ellas.

- Eso se escucha tan pervertido - murmuró Gun y bebió más.

Al final todos terminaron quedándose a dormir en casa de Off. Acomodar a cuatro hombres en una sola cama fue sencillo, ya que Nanon y Neo estaban muy bebidos para protestar.

Gun se quedó mirando a los dos y suspiró; metiéndose bajo las mantas y rogando porque ninguno le empujara a la orilla.

Fue así como Off despertó a la mañana siguiente. Estaba apretado contra un cálido cuerpo que irónicamente resultó ser el de Gun. Más allá pudo ver la mata de cabellos rojos perteneciente a Nanon y de refilón, pudo ver a Neo.

Vaya, los cuatro en su cama.

Menos mal que a Off le encantaban las camas enormes y esa era una de ellas.

Pronto prestó más atención al castaño que dormía a su lado, y no pudo quitarle la vista de encima.

Así, dormido, no parecía ese odioso chico rodeado de lindas mujeres que hacían de todo, para meterse en su cama. Incluso podía admitir que era atractivo; demasiado como para no ser notado.

Lo más importante; ese chico atractivo se ponía duro cuando Off estaba cerca y ambos tenían sexo increíble.

Aunque viendo su historial, eso no debía de significar gran cosa. Quizás solo fuera porque no quería ir propagando ese lado suyo tan oculto.

Y menos siendo él un simplón.

Off suspiró interiormente, apretándose un poco más contra ese castaño.

Gun soltó un ligero gemidito que más bien debió ser una protesta, ya que volvió a acomodarse para seguir durmiendo.

Off lo besó.

No fue como la otra noche, en que demandó uno hambriento, si no que éste fue más suavecito.

Unas caricias más a los labios de Gun y Off le escucho volver a gemir bajito, respondiendo a ese beso, pese a no haber despertado del todo.

Off lo aprovechó. Traspasó sus labios e invadió esa boca con su lengua en una tranquila unión, enredando una pierna contra la de Gun.

El castaño parpadeó y pasó los brazos por los costados de Off, acariciándole la espalda y pegando más su cuerpo al de él.

Desde que pudo empezar esa extraña relación con él, era la primera vez en que podía besarlo tranquilamente, a pesar de haber dos personas más en la cama.

Gracias a eso no podría hacer demasiado ruido, ni movimientos... nada...

¿Nada?

Eso no es lo mismo que su cuerpo hizo y resbaló una mano entre los cuerpos, deslizándose bajo la ropa interior de Gun, directo a ese miembro.

El castaño dejó escapar un ruidito que se quedó ahogado entre ambas bocas y Off sintió la suavidad con la que esas caderas se movieron, en busca de mayor contacto con esa mano.

Esa que se movió con más precisión abarcándolo por completo. En un arrebato, Off sacó esa mano y fue a por una de las que estaba en su espalda, poniendo la mano de Gun sobre su propio miembro, volviendo a meter la suya bajo la ropa interior y seguir acariciándole.

Gun entendió perfectamente lo que debía hacer y abarcó el miembro de Off con su mano, acariciando se arriba hacia abajo, tocando delicadamente la punta tan sólo para volver a moverse.

Off jadeó contra esa boca. Hubiera sido bastante ruidoso si no estuviera besando a Gun y aceleró esas caricias en su miembro, sintiendo la urgencia de esas caderas que se movía contra él.

Gun apretó más el cuerpo contra el de Off, logrando que ambas erecciones se rozaran. Eso pareció serle suficiente para tensarse y eyacular, apretándose más a su cuerpo.

Off necesitó algo más de tiempo; ese que Gun le dio acariciándolo de manera irresistible y sin despegar la boca de la suya. Hubo un momento en que tuvo que partir ese largo beso y apoyó la frente contra la del castaño, jadeando bajito hasta que él también se apretó más a su cuerpo, manchando esa mano que lo acariciaba.

Gun soltó el miembro de Off y usó la orilla de su playera para limpiarse, antes de darle la espalda y acurrucarse.

- Ahora duérmete - susurró bajito -. Es muy temprano para despertar a todos.

Off hizo un ruidito de aceptación y rodeó la cintura de Gun con un brazo, apoyando la mejilla en su espalda.

Era un gesto estúpido.

Gun no era ni su novio, ni su amante... nada.

Pero estaba afectado después de ver a Fiat.

Eso eran ellos dos: un par de chicos con un cómodo acuerdo que les permitía tener sexo. Nada más.

Gun siempre tenía tiempo para Off; no importaba la hora en que le requiriera. Había veces en que le escuchaba dar excusas estúpidas entre sus chicas, luego de leer un mensaje de texto que Off le enviaba al celular; pero jamás había problema, no con ellas.

Otras ocasiones, Gun llegaba impregnado con el aroma de algún perfume femenino. No importaba tampoco, ya que se entregaba a Off.

No le pedía nada... ni le ofrecía nada a cambio.

Sólo se trataba de sexo.

El paso de los días llegaron al momento en que Nanon perdió la apuesta. El mes y medio no habían convencido a Gun de airear su cambio de inclinaciones. Es más, parecía que el número de chicas a su alrededor aumentaba.

Pero a Off no le importaba.

Aunque siempre dispusiera de tiempo para él, tan solo tenían sexo. Era un buen sexo, por supuesto, con el paso de los días Gun se había habituado más a ello y se sentía más cómodo incluso.

Pero seguía siendo solo sexo.

No era como esa amistad que mantenían Nanon y Gun, en que se contaban secretos y charlaban amigablemente por los pasillos.

Hasta el momento Off no había tenido eso; una simple charla con él.

Tampoco es que le hiciera falta, no lo tenía muy claro. ¿Cómo se llevaba una relación en la que sólo había contacto físico?

Off no lo sabía, nunca había tenido una de esas. Lo bueno es que tampoco tuvo mucho tiempo para pararse a pensarlo. Los exámenes acechaban a la vuelta de la esquina y debía de evitar distraerse, como sucedió en aquel que suspendió.

Ya le había dado tiempo a Neo, quien parecía muy afectado porque su hermano había roto con su novio. Ya le había dado tiempo a Nanon, quien llegaba con cualquier tontería, luego de haberse manoseado a alguna de las novias de Gun. Ahora necesitaba tiempo para estudiar.

- Gun me ha echado de su casa - lloriqueó Nanon esa mañana, en el almuerzo -. Dice que soy un desastre y no se puede concentrar conmigo, para estudiar.

- Lo que es completamente verdadero - murmuró Neo.

- Lo que me recuerda; como pases por la mía para molestar, te mato - amenazó Off abiertamente -. Que tú tengas memoria fotográfica no significa que no nos dejes estudiar a los demás.

- Eres un ingrato - se quejó Nanon -. De todos modos, dudo que Gun pueda estudiar en su casa. La situación con su hermano está horrible - murmuró, viendo al castaño a lo lejos, rodeado de chicas -. Tampoco creo que pueda estudiar en la biblioteca, con tanta atención femenina.

Off lo miró de reojo, para volver sus ojos oscuros al batido que se estaba tomando.

- Es el precio que tiene que pagar por su popularidad - susurró Off, chupando de su pajita.

- Es bueno no ser tan popular, al menos en temporada de exámenes - sonrió Nanon.

Off suspiró, ante ese comentario. Sintió vibrar su móvil y leyó el mensaje que acababa de recibir: "Déjame estudiar en tu casa". El chico levantó la mirada y vio a una sonriente chica, sentada en las piernas de Gun, a quien el chico le susurraba algo al oído.

Sí que debía de estar desesperado para recurrir a él.

Off respondió al mensaje con un escueto "Ok" y guardó el teléfono en su pantalón, volviendo a beber de su batido.

A lo lejos, Gun apartó con amabilidad a la chica que estaba sobre sus piernas y le regaló un besito, sacó su móvil y mandó una respuesta; era por eso que Off estaba en el estacionamiento a la hora de la salida, esperando.

- Lamento la demora - dijo el castaño, quien iba caminando, cargando algunos libros. Se acercó a un coche y los acomodó detrás -. Me he entretenido buscando esto. ¿Nos vamos?

Off asintió y dejó su bolsa también detrás, ocupando el asiento del copiloto, mirando a su alrededor.

- Se me hace raro, imaginaba que no te gustaría que te vieran conmigo.

- Nadie nos está viendo - dijo Gun con desinterés y accionó el coche -. De todos modos, me he encargado de aclarar que sólo vamos a estudiar. Mi hermano ha dejado correr el rumor que eres el mejor en su materia - sacó el coche de la escuela -. Es obvio que querría aprovecharme de eso.

Off se encogió de hombros y dejó que Gun condujera en silencio. Así fue como transcurrió el camino hasta casa y de como entraron en ella.

- Siéntete como en casa - le dijo, aunque no tuviera tanto lujo como la suya.

Gun hizo un escueto ademán y acomodó los libros para comenzar a estudiar.

Off le vio aprovechar la pequeña mesa que tenía en el salón y fue a cambiarse de ropa por algo más cómodo, decidiendo estudiar también. Así fue como pasaron la tarde, en completo silencio y sin ninguna intención de algo más.

En un momento, Off dejó sus gafas de leer sobre la mesa que tenía delante del sofá donde se sentó a estudiar e hizo café.

Sin preguntarle a Gun, puso una taza delante de sus libros y volvió a los suyos propios.

- Gracias... - murmuró Gun y probó el café -. Esta bueno.

Era tan... distinto verlo así, sin tanta compañía femenina, sin intención de nada más que estudiar.

Atthaphan Phunsawat sitio tranquilo. Era curioso que ese sitio tranquilo lo encontrara justo ahí.

¿No le preocupaba el hecho de que fuera a saltar sobre él, interrumpiéndole?

O que fuera más ruidoso que Nanon o... algo...

Off se desperezó.

Realmente encontraba eso muy extraño.

- He terminado - dijo Gun tras tres horas de estudio y se puso de pie, comenzando a guardar todo, para irse -. Gracias por prestarme el lugar.

- No es nada, puedes venir más si lo necesitas - ofreció Off al instante.

- Espero que mi hermano deje de lloriquear pronto - dijo el castaño -. Si eso pasa, no volveré a molestarte.

Off sonrió.

- Es normal - respondió él -. Después de todo lo ha dejado con su novio.

- Es idiota que se ponga así por otro chico - suspiró Gun -. Nada serio podía resultar de esa relación - cargó sus cosas -. Pronto se dará cuenta.

Off enarcó una ceja.

- ¿Te has enamorado alguna vez, Gun?

- No me salgas con preguntas estúpidas - dijo el chico, evadiendo la respuesta -. Eso que mi hermano tenía, no era amor. Sólo fue sexo. Entre más pronto se haga a la idea de lo que pasa en realidad, mejor será su futuro.

- No he oído en mi vida un no tan claro - respondió Off contra esas palabras -. Es imposible que puedas entenderlo entonces.

- No todos deben entender de la misma manera que tú, Off - susurró Gun y se inclinó a darle un beso en la mejilla -. Me voy. Sigue con tus sueños románticos.

Dejarlo ir fue lo más sano.

¿Eso era? ¿Un romántico?

Si en verdad lo fuera estaría haciendo las cosas de distinto modo.

Off sintió un vuelco en el corazón al razonar sobre lo que había pensado y mató ese sentimiento.

No podía ser con alguien como Atthaphan Phunsawat.

No, no y no.

No, no y no

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Pαυ.🤍

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