EL MUNDO DE MIS SUEÑOS

Capitulo 22

—¡Vamos mi niña despierta!

—N... No... No me digas niña —escuche esa voz con un tono dulce, no la conocía pero removía algo en mi cabeza.

—¡Vamos mi niña despierta! Abre los ojos —la escuche animarme con un tono alegre como si le divirtiera mi respuesta.

Ese tono hizo que algo se me viniera a la memoria unos ojos zafiro se abrieron paso en la oscuridad de mi mente pero ¿a quién le pertenecían?

—Falta poco para que nos veamos pero tienes que estar lista así que despierta, mi niña perfecta.

—Y... Yo... Yo... No soy... yo no soy perfecta —no se porque me dificultaba tanto hablar mi mente estaba confusa.

——Para mi si lo eres.

—¡explícame! ¿Quién eres? —le pregunté mientras movía mi cuerpo entumecido, estaba en el suelo justo donde recuerdo haber caído por la falta de oxígeno debido al calor.

—No, todavía no estás lista, cuando lo estés lo entenderás todo. —Después de que dijo eso en mi cabeza se agitaron mis recuerdos.

Me comencé a levantar apoyándome con mis brazos pero volví a caer pegando la cabeza contra el piso una vez más, eso hizo que mis recuerdos se agitan con más fuerza y moví la cabeza de lado a lado no podía ser posible que los recuerdos se agitan pero escuche una voz que me decía.

—Si es posible que se agiten tus recuerdo, se distorsionan y se ven borrosos, así no los vas a poder distinguir, serena tu mente para que se aclaren —reconocí mi propia voz y hice lo que me decía me quedé en el piso tranquila controlando mi respiración.

No se cuanto tiempo dure así hasta que pude distinguir algo entre tanta confusión, nuevamente esos ojos... sólo que esta vez eran más nítidos se distinguía la dulzura en ellos pero... luego de eso nada solo oscuridad invadía mi cabeza y esa voz repitiendo ¡Aún no estás lista mi niña perfecta! Abrí los ojos de golpe con dificultad y me senté en el suelo me dolía todo el cuerpo y se me dificultaba moverme.

Cuando pude enfocar mi vista observé la habitación y estaba sola con la puerta abierta justo frente a mí, me levanté apoyándome de la camilla, una vez estuve de pie cerré mis ojos, me concentré en sanar mi cuerpo noté como comenzaba a sentir esa calidez invadiendome, como poco a poco recupera mi fuerza, una vez estuve completamente renovada me acerque a la puerta esperando encontrar guardias o algo que me impidiera salir pero no había nada así que salí, noté un pasillo a mi derecha y empecé a caminar por el.

No buscaba una salida pero si respuestas, sabía que si me iba pondría a muchos en peligro y no quería eso, lo que sí quería eran respuestas de donde me encontraba.

Llevaba tiempo caminando había pasado varias bifurcaciones pero decidí seguir derecho cuando de repente escuche una voz.

—Así que la reina ha decidido salir a dar una vuelta —se podía notar la burla en su tono de voz, intente girar para encontrar al dueño pero no pude, no me podía mover —mejor ni lo intente alteza, ya es hora que regrese a su habitación —Mi cuerpo estaba totalmente rígido pero la burla en sus palabras me dio la fuerza para moverme, logre girar por completo pero no encontré al dueño de la voz.

—¿Dónde estás?

—¡Justo detrás de ti! —apenas dijo eso sentí como encadenó mis manos a mi espalda con una de suyas, intente girar mi cabeza para verlo pero con su otra mano enderezó mi cabeza y cubrió mis ojos

—¡Dame la cara, cobarde! —después de que dije eso una sonora carcajada se escuchó a mis espaldas no era del chico misterioso era una carcajada que no ha hecho más que atormentarme desde que la escucho.