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Jumin entró al baño completamente inquieto, aunque la desesperación no le estaba dejando actuar coherentemente

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Jumin entró al baño completamente inquieto, aunque la desesperación no le estaba dejando actuar coherentemente. Se encerró en el cubículo, desabrochó su camisa y, para que no le moleste, puso los pliegues de esta en su boca. Desabrochó con rapidez su cinturón y con su mano izquierda apretó suavemente sobre su miembro, haciendo que una corriente recorriera su cuerpo.
Sacó su celular de su bolsillo y buscó los e-mails; releyó cada uno de ellos mientras con su otra mano se tocaba así mismo, intentando ser rápido y sigiloso.

—Pequeña niña mala. —Gruñó. Apretó su mandíbula conteniendo cualquier tipo de sonido que saliese de su boca; cada movimiento de su mano hacía que se tensase más.

Su semen voló hacia una de las paredes.

—Ahg. —Gotas de sudor caían desde su frente; su respiración era acelerada.

Ahora debería limpiar y olvidar lo que acababa de hacer. Creo que con la concentración no había escuchado los pasos entrar y salir...

[...]

Se tiró a su sillón totalmente cansado, le dolían los pies y había sido un día movido. Acarició a su gata mientras el documental de animales salvajes le comenzaba a aburrir; suspiró pensando en lo aburrida que se tornaba la noche.
Su celular sonó una vez; él no le dio importancia; sonó una segunda vez, y recién a la tercera decidió echar un vistazo.

Tragó saliva.

"Hola, profesor".
"Todo el día mi cabeza se enfocó en usted"... Escuchar sus suspiros, sus gemidos ahogados, lo mojado que se sentía su pene por todo el líquido que dejó salir, pensado en lo que le escribía, bueno, espero que sea en eso. Moria por espiarlo, pero no me atrevería a tanto.
Estoy pensando en usted.
"Espero que le guste"

Jumin sintió la vergüenza recorriendo todo su cuerpo; se sentía tan nervioso, pero sobre todo, la vergüenza predominaba en él. Sin embargo, sintió como su corazón se paraba al ver ese video recién mandado.

Una cámara apoyada en una cama, una joven (que claramente no dejaba ver su rostro) sentada en esta cama, esta de forma lenta, movió sus piernas al costado, se dió un poco la vuelta, así quedando levemente recostada. Ahora todo se encontraba expuesto a la cámara: un culo redondo, sus largas piernas, su suave piel y su vagina, la cual ya había comenzado a chorrear. Levantó la pierna y, sin juego previo, metió sus dos dedos, soltando un quejido agudo. Los movió con un poco de vergüenza, como si en ese instante realmente hubiera alguien mirándola. Salía y entraba cada vez más fuerte, sus gemidos eran cada vez más constantes... Un minuto más y soltó el gemido final. Su cuerpo se movía por los espasmos que sentía, y sin más, el video terminó.

Jumin no podía con tanto; su corazón latía rápido.

Miró el video unas cuantas veces, hasta que vio algo en la pequeña mesita al lado de la cama, algo que apenas se podía apreciar, pero que él reconoció al instante.

—La tengo. —Pensó.

𝘊𝘰𝘳𝘳𝘦𝘰 𝘢𝘯𝘰́𝘯𝘪𝘮𝘰 | 𝘑𝘶𝘮𝘪𝘯 𝘏𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora