capitulo 63

757 30 0
                                    

maratón 4/5

Finn: -Eres mi yan.

Rachel: -Y tú mi ying.
Finn: -Todavía no puedo creer que te tengo, y aparte a estos hermosos- sonrió. En su mirada tenía un brillo especial, se notaba su felicidad.
Rachel: -Jesse.
Finn: -¿Qué?
Rachel: -No, tú no. Uno de los bebés se llamará Jesse.
Finn: -Sí es niña se llamará Barbra, como tú segundo nombre.
Rachel: -No puedo creer, yo que perjuré no enamorarme nunca, ahora estoy loca por ti y me...
Finn: -¿Qué?
Rachel: -Nada.
Finn: -Dilo.
Rachel: -Aunque no lo creas dejaría todo por ti, y me tienes en tus manos, Finn Hudson.
Finn: -Tú me tienes en las tuyas desde que abriste la puerta de tu casa para deshacerte de mí.
Rachel: -Sí, y tú no me creíste que era la creída por andar shorts de diseñador.
Finn: -Siempre he admirado tu inteligencia.
Rachel: -¿Qué haremos cuando mi papá se dé cuenta que sabemos lo de los bebés?
Finn: -Rachel quiero que te vayas conmigo, llevarte lejos, donde nadie nos encuentre...Sólo tú y yo y nuestros niños.
Rachel: -¿Dónde?
Finn: -Rumania, la Antártida, el país de las maravillas, donde tú quieras no me importa. Sólo imaginarme contigo lejos de todo cuidando de nuestros bebés y siendo felices me hace desearlo con toda mi alma.
Rachel: -¿Qué será de Quinn y Puck?
Finn: -Ellos pueden hacer lo mismo.
Rachel: -Pero yo...
Finn: -Rachel debes empezar a aprender que ahora estarás conmigo y esta será nuestra vida. Debes aprender a despegarte de Quinn.
Rachel: -¿Y mis padres?
Finn: -Quiero alejarme de todo, donde nadie nos encuentre.
Rachel: -Eso se escucha muy asentado.
Finn: -Sé que tú eres de la vida cambiante y exagerada pero...ahora serás mamá y debes asentarte y tener un estilo de vida diferente.
Rachel: -Finn, tengo 16 años no puedo irme, te acusarían de secuestro.
Finn: -Lo sé, por eso pensaba en...bueno...si te divorciaras de Puck y te casaras conmigo...
Rachel: -¿Me estás proponiendo matrimonio? Por compromiso.
Finn: -No, lo hago para que estemos juntos.
Rachel: -Tengo que pensar todo esto.
Finn: -Está bien, aún tenemos cinco meses, no voy a presionarte.
Rachel: -Hazme el amor- acaricié su rostro.
Finn: -¿Cómo me dijiste?- dijo asombrado.
Rachel: -¿Qué tiene?- reí.
Finn: -No dijiste faje- se notaba muy sorprendido, me causó gracia.
Rachel: -Porque lo que tú y yo hacemos con nuestros cuerpos ya llegó a otro nivel, donde la pasión ya está sobrevaluada y el amor es el que nos guía.
Finn: -Así hasta me estás convenciendo.
Rachel: -Eres mi niño bien...no merezco a alguien como tú.
Finn: -No digas eso- acercó su rostro.
Rachel: -Finn... ¿Recuerdas cuando te confesé que te usaba?
Finn: -Rachel Rachel, por favor.no recordemos eso.
Rachel: -Es que es necesario, no quiero dejar ninguna herida abierta.
Finn: -Todas esas heridas cicatrizaron cuando dejaste todo por hallarme y confirmar que estaba bien, y más aún cuando me estás dando dos nuevas razones para vivir.
Rachel: -No me cambies el tema.
Finn: -No quiero lastimarlos.
Rachel: -No lo harás- lo besé.
Finn dudó un segundo pero correspondió mi beso y nos desprendimos la ropa de la forma más delicada y suave que existe; el roce delicado de las yemas de sus dedos eran sublimes, me erizaban la piel, mis sentidos se ponían a mil, moría lentamente entre sus brazos. Las luces se tornaron tenue sin explicación alguna, Finn me miró explicándome tantas cosas con la mirada, en sus ojos miraba mi vida resumida junto a él y lo amaba, amaba lo que me mostraba en sus topacios verdes.
Finn: -¿A pesar todo y todos?
Rachel: -A pesar de todo y todos- sonreímos.
Finn me besó la frente, luego la nariz, la punta de mis labios, el centro de mi cuello, el centro de mis pechos e hizo una pausa en mi vientre, lo miraba curioso y lo acariciaba suavemente. Pronunció unas palabras pero no alcancé a escucharlas, era obvio que no era a mí a quien le hablaba, tan sólo miré el movimiento de sus perfectos labios. Finn alzó la miraba y me miraba, me besó con delicadeza y entró en mí de la forma más suave y delicada posible, era como una caricia, mis sentidos estaban por estallar, el baile de nuestros cuerpos me estremecían y apenas lograba sacar algunos suspiros de placer, pero lo que más sentía era eso en el pecho, ése sentimiento nuevo y único que sólo con Finn sentía y que se hacía más grande a medida que estaba con él, esa cosquilla en el esófago, esa caricia en el pecho interno, ése escalofrío que recorría cada centímetro de mi cuerpo al sentir el toque de sus labios con mi piel, estaba en el paraíso. Amaba enredar mis dedos en su cabello mientras besaba mi cuello, el olor de su piel era adictivo y el sonido de su respiración pausada una droga auditiva, el calor de su torso era mi mejor abrigo y su mirada, no había lugar donde no me transportara esa mirada tierna y llena de dulzura. Terminar recostada a su par acariciando su rostro era la mejor sensación que existía, vernos a los ojos por minutos en silencio, sólo comunicando lo que sentíamos a través de miradas silenciosas.
Rachel: -No te amo, pero siempre lo haré- sonrió, identificó que era la letra de una de las canciones que le gustaban.
Finn: -En tus labios está mi veneno y mi vino.
Rachel: -Quiero irme al país de las maravillas contigo.
Finn: -Pero ya me tienes en un paraíso.
Rachel: -Nunca y siempre son palabras muy fuertes...pero Te amo...es la que más identifica lo que necesito decirte el resto de mi vida.
Finn: -¿Cómo fue que hice para enamorar a una indomable?
Rachel: -Enamorada sí, domada nunca.
Finn: -No necesito que estés domada, es lo que más me gusta de ti.
Pasaron dos días, al fin cumplía al menos 17 años. Regresé a casa. Mi madre denunció a mi padre por falsificar su nombre y lo acusó de casar a una menor de edad. Puck y yo nos divorciamos, el juez estaba un poco asustado pues moríamos de la risa con el acta de divorcio, ya que nos burlábamos de la idea de divorciarnos porque nos parecía gracioso, y más cuando nos abrazamos al final y terminamos besando a nuestras parejas.
Habían pasado otros cuatro meses, mi padre seguía en la cárcel; eran cinco años por falsificación de documentos y diez por casar a una menor de edad sin autorización. No quería que mi padre pasara quince años de su vida encerrado, tenía una fianza, pero mi mamá la pagaría hasta asegurarse que no nos haría daño.
Finn vivía conmigo en la mansión. Puck se llevó a Quinn con su padre y este la acepto por ser de buena familia, el padre de Finn cambió de opinión sobre Finn y yo cuando le comentamos que tendría un nieto. Mi madre sigue en sus viajes, ya no quiero asesinar a Denise, pero la molesto de vez en cuando por jugar.
Ya era de noche, una semana más y cumplía los nueve meses, mi vientre era extremadamente enorme. Tenía 17 años y con gemelos. Nos dimos cuenta que uno era niño y otro niña; así que como habíamos quedado se llamarían Jesse Hudson y Barbra Hudson. Quinn y Puck serían los padrinos. Nos encontrábamos recostados en la habitación platicando.
Finn: -Ya falta poco- acariciaba mi vientre.
Rachel: -Sí, no me puedo ver ni los pies.
Finn: -Gracias por aceptar no tomar alcohol todo este tiempo.
Rachel: -¿Aceptar? No lo hice por ti, no lo hubiera hecho de todas formas.
Finn: -Además te has alimentado muy bien todo este tiempo, más de lo necesario- rio.
Rachel: -¡¡No me digas gorda!!
Finn: -No eres gorda, eres perfecta. Todas las mujeres embarazadas son perfectas.
Rachel: -¿Estás viendo a otra, cierto?
Finn: -¿¿Qué??
Rachel: -¿Aparte está embarazada?
Finn: -Mi amor, pasó las 24 horas del día junto a ti cuidándote, y no me dan ganas de hacer nada más que eso. Mis bebés van a nacer muy sanos y grandes.
Rachel: -Hablando de comida...
Finn: -Ay no ¿Me pedirás otro sándwich de mantequilla de maní y atún?
Rachel: -No, quiero un vaso de leche caliente con malvaviscos y una taza de maníes garrapiñados.
Finn: -Como ordene- se levantó y bajó.
Rachel: -Muy bien, chicos, apresúrense un poco que andarlos cargando me va a hacer más baja de lo que ya soy- me levanté. Sentí una presión en el vientre- ¿Qué es esto? ¡No me digan que lo tomaron enserio!- sentí una contracción- ¡Pero les falta una semana!- sentí otra contracción- ¡Ok ok como digan! Malcriados, cuando nazcan les daré unas nalgadas para que no anden de rebeldes- otra contracción- ¡Ok no nalgadas pero relájense! Llamaré al culpable de todo esto ¡¡Finn!! ¡Finn! ¡Internero! ¡Maldita sea, Hudson! ¡Tus hijos ya van a nacer! Está sordo, pero relájense que ya viene.
Finn: -¿Hablando sola?
Rachel: -¡¿Cómo que hablando sola?! Tus hijos son unos malcriados.
Finn: -¿Estás loquita ya?
Rachel: -Estoy sintiendo contracciones, los gemelos ya vienen.
Finn: -¿Ya qué?- soltó la taza con leche y comenzó a temblar.
Rachel: -No tiembles y ayúdame.
Finn me guio hasta el auto y se dirijo hacia la clínica.
Finn: -¡No me importa que estén fajando, Puck! ¡Los gemelos ya van a nacer!- tiró el teléfono por la ventana.
Rachel: -Oye ¿Quién va a parir tú o yo?
Finn: -Lo siento, estoy nervioso.
Rachel: -Pero no vayas tan rápido que vamos a chocar.
Finn: -No vamos a chocar, no digas tonterías, no ves que trato de conducir, no me distraigas- dijo viéndome.
Rachel: -¡No apartes la mirada!
Finn esquivó bruscamente un auto que venía directo a chocarnos.
Rachel: -¡Cálmate, psicópata!
Finn: -Mis hijos no nacerán en el asiento delantero de un auto.
Rachel: -Si quieres me paso para atrás.
Finn: -No hagas chistes.
Rachel: -Lunático- rodé mis ojos.
Llegamos a la clínica e inmediatamente me metieron al quirófano. Llegaron Quinn y Puck quienes esperaban en la sala de afuera.
Finn me acompañaba, luego que las contracciones se hicieran más y más fuertes y frecuentes el doctor nos habló.
Doctor: -Necesito decirles algo.
Rachel: -¿Qué pasa?
Finn: -¿Los bebés están bien?
Doctor: -Sí, muy sanos pero...no están listos.
Finn: -¿Qué? ¿Cómo que no están listos? ¿Y por qué quieren salir ya si no están listos?
Doctor: -No sé qué les hayan dicho pero, ella apenas tiene 17 años y un parto de gemelos es muy duro para ella.
Finn: -¿Y una cesárea?
Doctor: -Sería peor aún, según su historial médico ella no tolera las anestesias locales y es la necesaria para hacer la operación.
Rachel: -¿Qué quiere decir esto?
Doctor: -Que si hacemos un parto normal la vida de los bebés estarían en riegos, y si hacemos una cesárea los bebés tendrían más posibilidad pero tu propia vida estaría en riesgo. Las contracciones son cada vez más fuertes y frecuentes, necesitamos una respuesta rápido.

BAD GIRL (adaptada-finchel) terminada<3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora