ROSAS ROJAS ||Bavilo x Efrit

|08|

|Bavilo|

Sentí mi cuerpo paralizarse

-¿Acaso no vas abrazar a tu madre?

Me quedé quieto viendo a mi alrededor, Benela suspiro y sento en el sofá

-Tks! Que hijo tan maleducado, ni siquiera fuistes a verme y tuve que venir por ti, sobre todo soy la última en enterarse de tu compromiso.

Ella  me miro, sonrió y trato de calmarme por dentro, feliz de que no tuviera una botella de vino en la mano.

Las manos no me alcanzan para especificar cuántos botellazos había recibido de su parte.

-Eres listo bavilo, quitarle una joya a ésa mocosa -Rio mi madre -Hubiera Sido genial que se la quitarás toda.

Lo mire con el rostro serio mientras ella reía

-Ahora... hijo -Ella se para y se acerca a mi, trato de alejarme pero ella pone rápidamente sus manos en mis hombros -La mocosa quiere ser Emperatriz.

-Ares va ser el emperador -Le recordé -Ariana solo tiene el harem porque padre le cumplió el capricho pero al final Ares gobernará.

La sonrisa de madre se borra.

-Tu serías el futuro emperador si ese bastardo de Roserice hubiera muerto -Rapidamente me alejo de ella, ignorando las ganas de vomitar que estába teniendo en éstos momentos con tan solo compartir espacio con ella.

-Deberias ir a descansar madre -Comente abrieron la puerta para qué se fuera.

Benela abre la boca ofendida y luego la cierra para irse, rápidamente cierro la puerta y me arrogo a la cama sintiendo qué pase por tormentos en cuestión de minutos.

(...)

Al día siguiente después del desayuno camine por los pasillos para ir a la habitación de Efrit.

Las citas son buenas para conocer mejor a las personas.

Ni siquiera tuve que llegar a su recamara cuando lo ví, estába extrañamente meditando sobre el césped. Parece estar en un estado de completa paz, como si este mismo momento fuera el cumplimiento de cada sueño que tenía.

Decidí no interrumpir su momento de paz y solo me senté tranquilo sintiéndo el viento en mi cabello.

Cerré los ojos Ligeramente

-Bavilo -Una voz susurro cerca de mi oido, me sobresalto despertado y lo primero que veo son los ojos de Efrit.

Cuando fue que me quedé dormido.

Sonrió nervioso.

-Efrit! -Saludo alegremente -Yo... quisiera invitarte a un picnic.

-Pinic, suena bien- Susurro tranquilo sin ese temperamento de fuego.

Sonrió y ofresco mi brazo, Efrit levanta una ceja pero lo toma

-Entonces, vamos el lugar es increíble.