Parte 3

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Pero qué dolor de cabeza. Jane despertó aletargada sin tener muy claro en dónde se encontraba. No podía abrir los ojos a pesar de estar despierta y al parecer tampoco podía moverse, mientras se le aclaraba la neblina de la mente. Recordó dolorosamente lo ocurrido la noche anterior con su amiga pero reprimió el pensamiento para no colapsar bajo el peso de la tristeza. Volvió a preguntarse dónde estaba y logró abrir un ojo. Distinguió entonces el lugar al que había ido a calmarse después de encontrar el cuerpo mutilado de su amiga y se levantó de un salto del sofá en el que estaba. Una manta cayó al suelo al mismo tiempo que ella caía sentada en el sofá. Seguro era un efecto de la pastilla que su vecino le había dado para ayudarla a dormir. Hablando de esto, ¿en dónde estaba él?

-¿Reid?- No hubo respuesta. Se preguntó cómo debería referirse a él. No le tenía confianza suficiente para llamarlo por el nombre y "Señor Reid" le parecía demasiado formal para alguien que le había permitido pasar la noche en el sofá de su apartamento, aun cuando fuera después de una tragedia. Trató de recordar con esfuerzo cómo se había presentado él.

-¿Doctor Reid?- Tampoco hubo respuesta. Se levantó despacio y dio unos pasos cerca del sofá pero parecía que volvía a tener control de su cuerpo. Fue hacia su bolso y sacó su cepillo de dientes, era una suerte llevarlo, aun no tenía ganas de visitar su apartamento, mucho menos sola. Se dirigió al baño y se lavó los dientes y la cara, no se atrevía a bañarse para no tener que usar las toallas de su anfitrión.

En la cocina encontró un tazón con una caja de leche y otra de cereal puestas en la mesa. Sonrió agradecida sabiendo que su vecino lo había dejado allí para ella. No sentía hambre pero se obligó a comer para no perder fuerzas. Y luego se preguntó que debía hacer ahora. Estaba en un apartamento que no era suyo si no de alguien completamente desconocido y que además, no estaba. Si salía, no podría cerrar porque no tenía llave y cualquiera podría meterse. Y tal vez ni siquiera podría salir, nerviosa fue hasta la puerta y movió el pomo. Tenía razón, su vecino la había dejado encerrada. Frunció el ceño más con asombro que con enojo, no parecía que quisiera secuestrarla pero tampoco había razón para dejarla así encerrada, a menos que quisiera protegerla. Suspiró y se dio la vuelta, justo para ver como parpadeaba una lucecita en su celular, lo había dejado Reid en la mesita y ella lo había olvidado. Rápidamente lo tomó y vio que tenía un mensaje.

"+702 5550 103
Buenos días, este es mi número. En el librero entre los libros tercero y cuarto de la cuarta fila hay una copia de la llave. Desayuna. Spencer Reid."

¿Y el "Doctor"? Parecía que el título era sumamente importante para el agente pero en el mensaje no lo había puesto. Supuso que había buscado su número en el mismo teléfono, después de todo ella se lo había dado para que llamara a Lisa y le diera la mala noticia. Guardó el contacto en su teléfono y se dirigió hacia el librero, en el cual encontró la llave. ¿Porqué su vecino le confiaba su apartamento? ¿Y dónde estaba?

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-¿En serio es tan importante? Hoy tenía planeado dormir hasta medio día y luego hacer yoga, ir al cine, oler las flores...- Penelope Garcia se quejaba al tiempo que tecleaba en una de las computadoras de su "guarida".

-Ya estabas aquí cuando llegué. Y además, te traje café.- Le recalcó su compañero más joven. Lo más seguro es que estuviera desde temprano jugando en línea con múltiples cuentas desde varias de sus computadoras al tiempo. No por nada el FBI la había contratado, era una de las mejores hackers del país.

-Como sea. No puedo decirte que no cuando me pides un favor. Así que... buscando asesino en serie... puñaladas... corazón partido a la mitad... eso es bastante "emo".- la analista tecleaba como sólo una experta podría hacerlo y entonces, ¡bip!, una alerta en la pantalla. Ambos agentes se inclinaron sobre ella para leer.

-Tenemos un asesino en serie y nadie se había dado cuenta...- murmuró Garcia. En la pantalla aparecían las fotos de dos escenas del crimen, ambas de dos hombres jóvenes con el mencionado corazón en la pared sobre la cabecera de la cama.

-Llamaré a Hotch.- Reid se retiró después de haber leído en tiempo récord lo poco que decía en la pantalla dejando a Penelope mirando horrorizada la pantalla. y preguntándose porque su amigo le había pedido que buscara crímenes con esas características.

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El equipo estaba reunido en la salita de conferencias donde presentaban los casos. Garcia pasaba las fotos por el proyector mientras explicaba lo que había encontrado.

-Primera víctima: Oliver Martínez, hijo de inmigrantes, 25 años, estudiaba para ser profesor de matemática. Vivía con su madre en Georgia. Murió en el último año de universidad hace tres años, estudiaba en Westward. La madre falleció poco después, estaba enferma. La policía y la universidad encubrieron la muerte de Oliver y dijeron que fue un accidente para no sembrar el pánico.- La foto presentaba un joven blanco con pinta de tímido, cabello negro cayéndole sobre los ojos y unos lentes que le daban apariencia de nerd. Contrastaba con la otra foto del chico en la cama desnudo y golpeado hasta morir.

Segunda víctima: Timothy Miller, 23 años, Nebraska. Abiertamente homosexual. Vivía con sus padres y su hermana menor. Hace dos años. Se creyó que el crimen había sido realizado por algún novio celoso pero nunca se encontró al culpable. Un joven guapo y sonriente miraba desde una foto y en la otra, muy parecida a la de la anterior víctima pero sin moretones.

Tercera víctima: Tasha Williams. Afroamericana, maestra, 29 años. Originaria de Alabama. Reid dice que era lesbiana...-

-Espera. ¿Reid dice que era lesbiana? ¿Qué está pasando?- Morgan paró con la explicación. Su jefe, Aaron Hotchner procedió a explicarle a los demás la situación.

-Anoche asesinaron a esta mujer, Tasha Williams en el apartamento de al lado del de Reid. Prometió a la compañera de apartamento de Tasha averiguar si había más asesinatos como este, le pidió ayuda a Garcia y así nos enteramos de que hay un asesino en serie pero nadie había conectado estos asesinatos antes. Su firma es el dibujo de corazón partido en dos en la pared.- Morgan dejó escapar un silbido de sorpresa. JJ habló por primera vez desde su llegada.

-La victimología es confusa. Dos hombres y una mujer, el primero heterosexual y los segundos homosexuales. Un latino, un caucásico y una mujer negra. El primero murió a golpes, el segundo de un sólo golpe contundente en la cabeza y la tercera fue torturada.- Garcia apartó la mirada para no ver las fotografías. -No parece tener nada en común...-

-No, si tienen. La primera y la tercera víctima estudiaron en la misma universidad.- añadió Penelope quien por supuesto ya había buscado puntos en común entre las víctimas.

-Empecemos por lo más fácil. Entrevistemos a las personas cercanas a nuestra tercera víctima, comenzando por la compañera de apartamento. ¿Cuál es su nombre?- Preguntó el experimentado agente David Rossi.

-Jane... no sé su apellido.- Admitió Reid.

-¿Y dónde está?- Rossi hizo otra pregunta.

-En mi apartamento.- El joven genio miró la mesa fijamente para no recibir las miradas de sus compañeros que sabía eran de asombro e incredulidad.

-¿Dejas en tu apartamento a una persona de la cual no conoces su apellido?- preguntó Hotch un poco molesto por la imprudencia de su agente. Morgan murmuró algo como "¿Dejas entrar mujeres a tu apartamento?" pero la mirada gélida de JJ lo hizo desistir de molestar a su compañero.

-No tenía a dónde ir, el suyo estaba lleno de sangre de su amiga, ella encontró el cadáver, estaba asustada...- y no sabía que otra cosa decir, por una vez el más inteligente del equipo se quedaba sin palabras.

-Enviaré a Anderson a buscarla. Mientras, llamen a las personas cercanas a la víctima. Hotch se levantó para buscar al policía y dejó a todos en la sala tratando de quitarse la sorpresa.

Y a Spencer Reid preguntándose si había hecho lo correcto dejando dormir a su desconocida vecina en su apartamento o si realmente había cometido una imprudencia.

Volver a empezar (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora