capítulo XIV: Planes.

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Sana como mala costumbre que solía tener dejó los trabajos más importantes que entregar para el último día, se encontraba correteando entre los pasillos yendo de cura en curso en busca de los maestros, tenía que cambiar aquella mala costumbre.

Parecía que todos los maestros se habían ocultado de ella porque no podía dar con ninguno, cuando quiso entrar en crisis y tirar todos los informes al piso le dio un vistazo a la sala de los maestros, y vaya su sorpresa, todos sus maestros se encontraban ahí pasando las notas de sus alumnos al sistema. Tuvo que rogar un poco para que le aceptaran los trabajos, pero al final lo hicieron. Para su suerte le calificaron bastante bien aunque haya estado fuera del plazo de entrega. Agradeció antes de salir.

Al salir de la sala en la puerta se encontró con su novia que le ponía clips a un par de trabajos, se sorprendió mucho al verla, ya que Dahyun era muy responsable con sus trabajos, era extraño que estuviese entregando algo fuera del plazo.

-¿Pero que tenemos aquí?-

Dahyun saltó en su lugar logrando que clips cayeran al piso, Sana rió por ello y se agachó para levantarlos y devolverselos.

—Me asustaste.—Susurró aún con la atención a los papeles entre sus manos.

—Perdón.—Acarició una de sus mejillas y la apretó, Dahyun rió tiernamente por el gesto. —¿Pero qué haces aquí?

-¿No puedo entregar mis trabajos?

-No me refería a eso sino...—Rascó su nuca y escucho como Dahyun reía.

-Alguien me distrajo la semana pasada y se me olvidó llevar mis trabajos el día de la entrega, por eso los entrego ahora.-

-Me pregunto quien será ese alguien...-Hizo un gesto con sus manos fingiendo pensar.

-Yo también me lo preguntó.-Sonrió.

La semana pasada había sido solo para ellas dos, como se acercaba la finalización de clases no tenían muchos deberes que hacer. Sana había ido todos los días a la academia de ballet de Dahyun para recogerla, luego de eso iban a pasear por el jardín botánico o iban a tomar un helado, después iban a la casa de alguna para compartir su sesión de besos y mimos que todas las tardes no podía faltar. Por todo aquello Dahyun se había olvidado de sus trabajos pendientes sin embargo no se arrepentía, era muy feliz desperdiciando su tiempo con Sana.

-¿Son clips de colores?—Preguntó Sana viendo lo lindos que eran.

—Ajá.—Asintió.—Así los trabajos lucen más bonitos.

-Tus trabajos siempre lucen bonitos.

-Lo sé.- Sonrió.-Ahora toma esto y espérame aquí, iré a entregarlos.

-Suerte.- Dijo mientras sostenía entre sus brazos los folders y clips de Dahyun.

Si alguien la viera juraría que es una persona diferente a la Sana de principios de año, con folders entre sus brazos y una sonrisa de tonta en su rostro, no parecía ser la Sana que se emborrachaba en fiestas de mala muerte. Estar enamorada le quedaba bien.

-Hey, gobernada. -Escuchó a lo lejos, se volteó y vio a Momo caminando a su dirección con las manos en los bolsillos.

-Mira quien habla.-

-Shh, no me molestes.-Rodó los ojos.- ¿Qué haces acá?-

-Espero a Dahyun -

-Aww.- La abrazo de los hombros para molestarla, Sana no podía hacer nada porque si se movía tiraría al piso los folders.- Quería decirte que si podré viajar.

-Me alegro, tu ausencia no hubiese hecho un impacto, pero que bueno.-

—Ja ja, sin mi te hubieses muerto.-

-¿Por qué?-

-Irán las amigas de Dahyun, es como irte de viaje con su familia.-

-Lo hubiera tomado bien.- Se encogió de hombros.

-Ajá.-Rodó los ojos riendo.-Espero que sea una semana buena, estoy sacrificando levantarme a las dos de la tarde por ti.

-Si, ajá, no te estás sacrificando, irá Jihyo.-

-¿Quieres dejar de molestarme alguna vez? Se supone que eres mi mejor amiga, renuncio a esta amistad unilateral.-

Sana rió.

Siguieron hablando sobre los sacrificios que Momo haría por aquel viaje mientras esperaban a Dahyun, la cabellera rosada de Dahyun se asomó y la sonrisita típica en su rostro también. Aquella sonrisita parecía flechar a Sana cada vez más fuerte.

-¿Todo bien?-Preguntó a Dahyun.

-Ajá.—Sonrió asintiendo. -Me pusieron una buena nota.

-Me alegro.-Sonrió de vuelta.

--Le van a salir corazones por los ojos.-Rió Momo codeando a Dahyun.-La embobaste. Aunque ya estaba algo tonta.-

Dahyun rió con un pequeño sonrojo sobre sus mejillas. Sana quiso tomarla de las mejillas y besarle la boca pero se contuvo porque aún tenía las cosas de Dahyun.

-Momori

dice que irá.-Dijo Sana.

-¿Enserio?- Dahyun parecía estar muy feliz por la noticia.

-Sip.-Sonrió con aquella sonrisa cuadrada que siempre se asomaba.

-Ah, todo será tan lindo.-La pelirosa hablo totalmente ilusionada. -Gracias, Sanari.-

-No agradezcas. Solo quiero que vayas a ver la nieve, eso es todo.-

-Que lindas son. Pero es mucha miel para mi, las dejo darse todos los besos que quieran.—Volvió a meter sus manos a los bolsillos mientras se despedía de la pareja.

-Mira quien habla.-Susurró Sana.

-¿Vamos por helados después?-Dahyun se paró de puntitas y envolvió el cuello de Sana sonriendo.

-Me estás chantajeando con tu sonrisa.-

-¿Y no te gusta?-Ladeo su cabeza luciendo aún más inocente.

Sana sonrió de lado y junto sus labios.

Era un beso cerrado y fuerte, solo el roce de sus labios y la pequeña sonrisa en sus rostros. En medio del pasillo se abrazaban con los labios juntos y con estrellas en sus ojos. Después del beso se miraron y sonrieron enamoradas.

Luego de un rato volvieron a sus salones, tomadas de las manos y haciendo planes para el viaje que se aproximaba. Dahyun había hecho una lista, mucho de aquella era relacionada con las colinas llenas de nieve y armar hombres de nieve. Se prometieron hacer cada una de las cosas escritas en esa lista. Cumplirían con el plan paso a paso.

No podían esperar a estar entre la nieve y jugar entre ella, Sana no podía esperar a ver el rostro feliz de Dahyun.

❝cigarro acaramelado❞ saidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora