El pecho ya no le dolía como antes, su corazón ya no se rompía como solía hacerlo.
Ahora incluso su respiración era más ligera y sin trabas en la garganta.
Ya lo había aceptado.
Después de un muy largo proceso de dolor y resignación, había aceptado aquella página en su vida que se había manchado de lágrimas.
Lo que mantenía a su alma en paz era lo que habían vivido y todo por lo que habían pasado. Un gran capítulo en su vida, lleno de color, versos y risas. De tanto amor que traspasaría a las demás páginas del enorme libro, traspasaría hasta la última hoja de ella.
Las fotos en su celular y las que fue a revelar eran su gran compañía, una de ellas estaba preciosamente adornando su mesa de noche; una en donde ambas se abrazaban con una sonrisa enorme en sus rostros. No envidiaba aquello, lo que estaba plasmado en el papel; solamente recordaba con un suspiro feliz. Lo vivido siempre plasmado en las fotos y recuerdos hechos. La trayectoria en la que tomó la mano de Dahyun contra la suya.
Dahyun siempre estaría presente en su vida, impregnada como la primavera, como el aroma de la miel y el aroma de los dulces.
La verdadera pérdida de todo lo vivido y de su ser sería en el no recordarla más, el olvido sería la gran mancha llevada en las manos, el camino a la perdición. Pero ese nos sería el caso, no cuando Sana jamás dejaría de recordar los ojos brillantes de Seungmin.
Jamás.
Aunque no estuviese a su lado físicamente.
Porque le acompañaría en el corazón y en el alma.
Incluso ahora, en el día después de su graduación, sentía su pequeña y suave mano acariciando la suya.
Desde temprano fue a las oficinas de su―ahora -ex colegio, al día siguiente de su graduación les entregarían todos los papeles necesarios para el ingreso a la universidad. La fila para recoger los papeles era enorme; a pesar que haya salido de su casa muy temprano aún parecía haberse atrasado. Con audífonos en sus orejas y las manos en los bolsillos veía a los diferentes alumnos pasar con un folder, conocía a algunos estos le saludaban y el devolvía el saludo; nunca había sido del tipo popular, pero cuando eres fuiste el novia de la pelirosa más amado del lugar, muchos te conocían.
Aún recuerda cómo fue la primera vez que se paseó con Dahyun de la mano, muchas de las personas que las veían sorprendidos ni siquiera disimulaban, las miradas se clavaron en sus manos entrelazadas; recuerda muy bien como las mejillas de Dahyun se habían teñido por la atención recibida. Tan adorable.
Y aún mejor, recuerda muy bien la primera vez que le robo un beso a Dahyun en los casilleros, acorralándola contra uno de estos y envolviendo su cintura para luego unir sus labios, logrando que sus mejillas se sonrojen y que se esconda por unos segundos en su pecho por la atención dada. Los suaves y dulces labios de Dahyun; siempre dejando ese sabor en los suyos, siempre sonrojándose ante las miradas curiosas e incrédulas.
Tan hermoso.
Sana soltó un suspiro, una pequeña sonrisa dibujándose en su rostro.
-Hey, Sanari.-Saludo Nayeon, ella venía frente a ella; con un folder entre sus manos.
-Nay.-Saludó de vuelta mientras le devolvía la sonrisa.
-Llegaste tarde. -Regaño golpeándola suavemente con el folder entre sus manos.
-Creí que llegaría temprano, creí mal.-Dijo mientras frotaba el lugar golpeado.-¿Y las demás?
-Están esperando su turno.- Dijo posicionándose al lado de Sana.-Ah, tengo miedo de ver todo, me asusta el futuro.
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❝cigarro acaramelado❞ saida
ChickLit❝ Sana siempre tiene un cigarro entre los labios. Dahyun siempre tiene un caramelo en la boca.❞ Sana tiene apariencia ruda e intimidante, siempre vestida de negro, con una chaqueta de cuero en sus hombros y un cigarro entre los labios. Sana practica...