Un día y medio pasó antes de que finalmente volvieran a verse.
En lo alto del carajal Sanji se mortificaba a sí mismo, la noche ausente de luna se burlaba de su pena, cuando escucho la escalerilla moverse y tronar, en señal de que alguien subía a su posición, ni se molestó en revisar y asumió que sería Zoro:
— Ya te lo dije cabeza de alga, hoy vigilo yo...—sin voltearse el olor a café con leche le llegó como un bofetón a su conciencia, reconociendo el aroma volteó y se encontró de frente con Jean, temerosa se sentó a su lado ofreciéndole un café, el corazón del rubio se agitó terriblemente y un vértigo inesperado le revolvió el cerebro, los colores y el calor le subió a la cara y de repente agradeció que hoy no hubiera luna, la luna hubiera delatado su vergüenza.
Sin saber muy bien que decir, solo dejó que se sentara a su lado y la observó mejor, queriéndole decir lo mucho que lo sentía, lastimosamente las palabras no salían de su anudada garganta.
Él silencio perduró un rato, el silencio y la oscuridad le permitieron prestar más atención a su acompañante, a quien de reojo y avergonzado observaba, con sus dos manos aferradas a su taza, y sus extraños ojos rosas que no lo miraban, inesperadamente Jean sí habló, con la amabilidad que caracterizaba, con un tono calmo y audible solo para su cercanía:
— no estoy enojada... si es lo que te preocupa. Puedo entenderlo. —la tristeza marcaba el fondo de su voz, aun cuando le sonreía, le rompía el alma el darse cuenta del daño que había causado.
— ...Jeanie, lo lamento... jamás...ni siquiera se me cruzó por la cabeza... lo siento...—
— No tienes que disculparte... ya te dije, puedo entender...Sabes Sanji...jamás me había importado como luzco...nunca me cuestioné esa parte de mi... mi trabajo es sucio y el cabello largo y con rizos es imposible de mantener limpio, mis manos están llenas de callos y soy un poco...plana...al menos para la edad que tengo, puedo entender...
Lejos de hacer sentir mejor al rubio, esta declaración lo hizo sentir aun peor, la tranquilidad con que la peliblanca tomaba las ofensas cometidas por el cocinero le destrozaban el corazón, imaginando que en el peor de los casos hizo a una dama cuestionarse su propia belleza y sentirse inferior, se mordió los labios en una expresión de decepción total a sí mismo sin poder aguantarse las lágrimas que se le escapaban, apoyado en la barandilla del carajal, entre lágrimas miró a su amiga quien no lo miraba, ella sonreía suavemente mientras le daba vueltas a la cucharilla del café que tenía a medio terminar, y al verla apenas pudo pronunciar un quebradizo "lo siento Jeanie":
— Es suficiente... ya no quiero disculpas, y menos quiero ese trato tan raro que le das a Nami y Robin...si te hace sentir mejor, en realidad creo que me hayas confundido es algo bueno... al menos pude conocer al verdadero Sanji, no al baboso que pone acento Francés cada vez que habla con Nami...siempre lo tomé como un privilegio, que te comportaras normal conmigo y no como un baboso, me gusta el Sanji normal, el Sanji que es mi amigo...si te hubiera conocido sin toda esta confusión y me trataras como tratas a Nami lo más probable es que te tuviera miedo y ni me acercara a ti, soy bastante repelente a acosadores, ¿sabes?— estaba siendo amable como solo Jean podía ser, dejando de lado todo el daño colateral que pude haberle causado, poniendo delante nuestra amistad, sus vagos intentos de disuadir la pena del cocinero surtieron algo de efecto, un poquito, apenas y lo hizo reír, avergonzándolo de sus tonterías lo hizo reír.
— Lamento todo, por dios se me caerá el rostro de vergüenza, me tiré gases y me comporté como un cerdo...—
— Y eso sin mencionar las veces que te he visto en pelotas... no sé si te sirva el dato pero eres el primer muchacho que vi desnudo en mi toda mi vida jajajaja —los colores le subieron al rostro del rubio, y si ya estaba sonrojado antes, ahora estaba casi morado de la vergüenza.
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El mecánico y La cocinera-SANJI x OC- One Piece Fanfiction
FanfictionAl GoingMary se une nuevo integrante, mecánica militar y usuaria de artes perdidas, Jean Armstrong se gana el cariño de todos, hasta que un mal entendido revoluciona su mayor vinculo en el barco. ¿Cómo enfrentarán la situación nuestros protagonistas...