El mecánico y La cocinera-SANJI x OC- One Piece Fanfiction

El Peso Publico del Uniforme

— Así que así son las cosas... desde afuera se ve diferente, las personas te veneran cuando te ven con tu uniforme y tus placas, siempre creí que era un privilegio...es extraño que lo cargues como tu cruz... pero ahora que conozco la versión desde dentro, no suena tan descabellado que te hayas apartado del conflicto... ¿Tus hermanos se apartaron por lo mismo?— un suave suspiro salió de la boca de Jean, que fue acompañado de una calada del cigarrillo del rubio, quien no podía apartar la vista de su amiga, siempre tan amable y hasta cobarde, huyendo de conflictos y evitando las peleas preocupándose por los demás, no sonaba para nada como el monstruo que ella misma describía.

— Sanji hay algo que debes entender de los soldados...En las guerras y guerrillas, en cualquier conflicto, la compasión será tu pecado, tu cruz y tu verdugo...James y Alex se dieron de baja porque no lo soportaron, no pudieron hacerle frente en las trincheras ni mucho menos conciliar el sueño en las noches sabiendo que habían matado niños e incluso bebes, cuando se dieron de baja los degradaron y los señalaron como cobardes, solo nosotros sabemos lo que sufrieron, Olivia tiene una entereza de hierro, Fleamont es igual, por eso han llegado tan alto y tan lejos...pero no es para cualquiera, la culpa y el sonido del terror causado por tu propia mano no te deja vivir...por eso mismo me extrañó tanto que Fleamont los mandara a llamar de nuevo, aun sabiendo que no pueden soportarlo...el apellido nos pesa, eventualmente hasta yo tendré que volver y transformarme en ese monstruo que recuerdan todos como un valeroso héroe—

— ¿Por qué volverías? Si lo odias y ya te especializaste... ¿por qué volver?—

— Para mantener mi posición de inmunidad...especialmente ahora que estoy con ustedes, en cuanto llegue a oídos de mi comandante y los demás comandantes, sabrán que me alié con piratas y sino mantengo mi puesto con las convocatorias a las pruebas y battle royale, si no asisto a las convocatorias junto a Antoine dudarán de mis lealtades...ellos no dudarán en enjuiciarme por alta traición, he ido a diferentes juicios en mi época de estudiante y no hay cosa más triste y horrible, estoy segura de que si mantengo mi posición hasta podrán asistir a las batallas ustedes, si vienen de acompañantes míos, los dejaran ver el torneo y las pruebas... ustedes jamás me han visto pelear y todavía no conocen a Antoine...les agradará, es un muchacho increíble, nos criamos juntos en la academia, es más que mi compañero de batallas... es la persona en quien más confío en este mundo, cuando lo conozcas te agradará...a todos les va a gustar —

El sol a lo lejos en el horizonte comenzaba a asomarse haciendo que los rostros de ambos jóvenes se tornaran de un rosado a tono con los ojos de Jean, el mismo rosa violáceo los dos, sin darse mucha cuenta Sanji observó detenidamente a Jean, y un revoltijo gracioso e incómodo le subió desde el estómago hasta la parte posterior de su garganta, tal vez Antoine no le agradaría mucho a él, tal vez hoy debería cocinar la comida preferida de Jean o debería prepararle algunos bocadillos extras...

— ¿Por qué me ves así de raro?— una divertida sonrisa adornaba la cara de Jean que había capturado al cocinero, quien viéndose totalmente atrapado decidió que era momento de levantarse, rojo de vergüenza y entre tartamudeos excusarse para ir a preparar el desayuno:

— ¡No prepares mi parte! Tengo demasiado sueño como para comer ahora, me voy al camarote...—

— ¡bien, descansa!— y diciendo esto el rubio se adentró en la cocina y escapó de la vista burlona de la peliblanca.

En menos de una semana ya habían arribado a Mock Town, una isla que permanecía bajo la opresión de La Hiena Bellamy, uno de los tipos más desagradables con el que tuve la desgracia de conocer bajo las ordenes de Ichibei, el muy idiota había querido sobornarnos a todos los mecánicos de la isla, e incluso intento atacar al viejo, un error gravísimo puesto que Ichibei si bien era un viejo, gordo y medio sordo, el anciano era poderoso, sin moverse de su silla se sacó encima a La hiena y a toda su tripulación y su barco, sin arreglarles nada los lanzó directo al medio del mar.