Siete Copas

49 7 4
                                    

Han pasado ya dos semanas, mismo día de siempre, levantarme, mirar la ventana por veinte minutos, el cansancio constante de tener que ir a trabajar o de buscar un trabajo. Y un mensaje de texto de Dulce en mi teléfono, donde ella me preguntaba si estaba ocupado, o si quería desayunar.
Empezamos a pasar la mayor parte del tiempo juntos, en estas dos semanas ya la había visto llorar una o dos veces por algún chico que conoce, de la facultad, o alguno guapo que le pide su número en la florería que trabaja, creo que se me hizo costumbre en mis ratos libres ir a su trabajo, a veces cuenta con gracia como algunos chicos que suelen ir semanas antes a comprar flores a sus novias, vuelven para pedirle su número. Es más inteligente de lo que parece, la semana pasada termine un trabajo antes de tiempo, y tuve 3 días libres, por algunas protestas que hubieron, a Dulce y a mí no nos gustan tanto esas cosas, bueno a ella, realmente yo si iría, pero no tengo muchos motivos porque luchar, durante los días de protesta fuimos a la playa, yo estaba más concentrado en la costa y la imagen de esa chica que apareció en mis sueños, ella estuvo contándome acerca de algo que practica de hace mucho tiempo, aunque no escuche mucho de lo que me hablaba, era algo llamado "tarot" según recuerdo, la cosa consistía en una baraja de naipes con imágenes que constan de un significado según lo que salgan, estas por lo general tratan de darte un mensaje sobre tu futuro o dar respuesta a alguna duda que tengas. Yo, por lo general no soy muy creyente en esas cosas, pero a Dulce le agrada mucho usar el tarot para dar respuesta a muchas cosas respecto a su vida amorosa o buscar manifestar alguna cosa que ella quiera, no le doy mucha bola a eso, pero la estuve ayudando con su álbum musical, o escribir partituras porque quería algunas canciones con notas más complejas que la escala musical común, le enseñe algo de Silvio y ella me enseño algo de un artista llamado Spinetta, me doy cuenta que es verdaderamente fanática de sus canciones, especialmente cuando me llamo a las dos de la mañana en una fiesta (Yo no voy a fiestas y tampoco duermo así que no era molestia), solo para terminar una conversación que habíamos tenido antes, discutimos sobre la musicalidad y la temperatura
Supongo que aquí podría explicarte que según las notas y escala musical que se use, puede sentirse un ambiente distinto, tales como las notas mayores, interpretadas más a la alegría, que pueden ser en escalas Jónico, Lidio y Mixolidio, estas pueden sentirse cálidas, como los colores de tono rojizo, y las escalas menores, Dórico, Frigio, Eólico y Locrio, que fácilmente pueden ser usadas para temas más tristes u oscuros, como tonalidades azules. Ella me dice que quiere hacer una canción alegre con modo Locrio, le digo que podría hacerlo pero que sería un poco más complejo, porque se sentiría frio.
Al fin y al cabo me llamo borracha en una fiesta a las dos de la mañana diciendo algo como;

"He reído al fin, pues llorar trae tanto frio, más frio... Que olvidar... Como ver... Como ver... Que olvidar... como ver... Como el Locrio..."

Creo que más que alcoholizada, estaba drogada, pero no soy quién para juzgar que tipo de sustancias consume Dulce.
Las cosas han ido raras estas noches, ya no duermo casi, pero cuando lo hago, no sueño nada, las noches pasan en un abrir y cerrar de ojos, sigo tratando de darle respuesta al sueño sobre esa chica, pero es extraño, no sé qué buscar, O qué significa, por dónde empezar, trate de escribir una canción sobre esta chica, pero Dulce lo confundió con que había conocido a alguien, realmente no sé cómo puede llegar a ser el conocer esta chica. Y si... ¿Yo aparecí en sus sueños? ¿Realmente existe? ¿también me está buscando? Como seria verle y decirle "Te doy una canción" ¿Como lo tomará? son cosas que me pregunto en las noches, sin poder dormir.

¿Qué hora es?, Ocho con cincuenta y seis, creo que debería ir saliendo, extrañamente ya estoy duchado y no tengo hambre así que asumo ya haber desayunado, aunque no recuerdo nada, parece que pensé demasiado.
Olvide a donde tenía que ir hoy, voy rumbo en mi bicicleta, pasando junto el estancamiento de los autos, detenidos por la protesta, hoy no abrieron la florería donde trabaja Dulce, supongo que estará en el café donde siempre suele estar, ahí es donde ha estado los últimos dos jueves a las nueve con veinte, son solo tres cuadras en dirección hacia la calle de la libertad, realmente no sé cómo se llama la calle, le digo así especialmente porque durante un tiempo, antes de tener la bicicleta, mi autobús pasaba por ahí, unos chicos habían pintado durante 6 días una estatua de la libertad con alusiones protestantes, que durante años paso ahí, hasta que el siguiente alcalde, el alcalde actual, decidió repintar todas las zonas de la ciudad, le dio un retoque, pero ahora solo esta ese muro azul celeste con uno o dos grafitis de nombres.
Dulce me conto que fueron unos de sus amigos los que hicieron esa obra, yo no recuerdo donde estaba en esa época, solo recuerdo pasar por ahí, estando en el autobús, aunque mis vagos recuerdos tratan de recordar la escena, no puedo.
Y si, Dulce está en el café de siempre, se le nota un poco estresada, no tengo nada que hacer, tampoco tengo dinero, así que tendré que invitarle nuevamente a pasar el rato, debido a que esta semana no he podido conseguir trabajo, no creo que le moleste estar un rato conmigo.
Dulce nuevamente me cuenta acerca de algunos avances sobre su proyecto, dice que uno de sus amigos le está ayudando a producir una pista digital y va a hacer una colaboración con él,
le divierte oír los avances que tiene su amigo y sobre todo me agradece por enseñarle nuevos acordes y escalas, dice que ahora sus canciones suenan más poéticas y que a diferencia de antes, sus palabras resuenan más en la melodía.
Nos dirigimos un poco lejos, en el centro, donde mayor mente estamos no hay muchas tiendas abiertas, fuimos un poco más allá, dijo que quería visitar una zona un poco alejada, al que solía ir de vez en cuando, solo cuando necesitaba inspiración, me dijo que quizás podría ayudarme a pensar mejor acerca de la chica esa de la que le hable.

Y aún tengo muchas dudas que responder.

El camino fue largo, mientras iba indicando por donde debía ir, creo que más de una vez me hundí en mis pensamientos, hoy el cielo esta azul, las calles más silenciosas de lo normal, los perros ladraban, y a lo lejos se veía el mar azul abierto, a diferencia de otros días nublados, hoy parecía el día perfecto para tocar la guitarra, aunque todos los días lo hago, hoy parece ser más especial. Antes de seguir admirando brevemente el entorno, Dulce me pidió que parara de pedalear.
Llegamos a un zoológico, alguna vez había pasado por aquí, en una de mis caminatas largas probablemente, uno de los sitios más ruidosos que conocía, hoy estaba abierto, pero más silencioso de lo normal, caminamos a través de él y vi algunos animales vivir en su hábitat, encerrados, sin libertad, pero hoy lucían tranquilos, quizás gracias a que no había gente, me entro la duda de porque Dulce quería venir acá, parece que lo dije en voz alta, ella respondió

"Este es uno de los únicos zoológicos que tienen una reserva de mariposas, a la que se puede acceder"

Lo cual es curioso, porque, yo le tengo miedo a las mariposas

"¿Como puedes temerles a seres tan pequeños e indefensos?"

Creo que le temo más a mi desconocimiento, el daño quizás, de lo que puedan causar mis torpes movimientos e ideas, es uno de mis temores más grandes.
Yo siento que todos los humanos son como mariposas, pequeños en indefensos, que viven volando y revolando por la vida, como les gusta vivir, que se cuidan entre sí. Yo creo que me desvié, no hubo nadie quien me cuidé y realmente no me gusta vivir. ¿Porque habría de cuidar algo que no tiene un motivo para existir?

El silencio nos invadió a ambos, ella se acercó más a las mariposas, yo me quede a lo lejos viéndole sonreír, no parecía una chica joven artista con un montón de mariposas, parecía como una más de ellas, tan hermosa y pequeña, como si se comunicaran, como si ella les entendiera, y luego estaba yo, a lo lejos.

Mi estomago sonaba, ya eran las tres de la tarde, y yo no había comido desde las nueve de la mañana. Dulce noto mi disgusto y se dio cuenta que ella también tenía hambre, como una niña pequeña se tomó un momento para despedirse de las mariposas y corre tras de mí, que sabía que nos íbamos e iba un poco más adelante, Dulce se veía más calmada, a diferencia de la mañana, iba cantando alguna canción, no pude reconocerla bien, estábamos en mi bicicleta, le pregunte a donde iríamos y me dijo que quería ir a algún parque, ella me había preparado algo, es la primera vez que Dulce cocina algo para ambos, casi nunca cocina, así que es la primera vez que pruebo algo hecho por ella, es una especie de pure de patatas con Nuggets, estaba muy rico la verdad, estábamos bajo un árbol, con una manta que ella trajo, saco su guitarra y me pidió que tocara algo, tengo en la mente una canción desde hacía un tiempo, Debo partirme en dos... Unos dicen que aquí... otros dicen que allá... y sólo quiero decir... Sólo quiero cantar... y no importa la suerte... Que pueda correr una canción...

Toque al menos unas ocho canciones de Silvio Rodríguez, Dulce parecía embelesada con el movimiento de mis dedos al tocar mi guitarra, preguntaba en alguna ocasión como aprendí a tocar así, yo realmente no lo sé, fue una de mis obsesiones de los dieciséis años, quizás porque mi padre escuchaba mucho Silvio Rodríguez y no pude evitar enamorarme de la manera en que interpretaba sus canciones y sobre todo sus melodías, fueron años de prácticas hasta que decidí entrar en esta carrera, en algún punto llegaba a soñar con mi guitarra, y hasta en mis sueños tocaba, recuerdo que llegue a dedicarle a una chica una canción de Silvio para confesar mi amor, ella me rechazo, por supuesto, pero aun así, me refugie en lo único que sentía bueno para mí, mi guitarra, hasta ese momento éramos mi guitarra y yo, bueno hoy era yo, con la guitarra de Dulce, pero aun así, usted me entiende.

Ya eran las seis de la tarde, debía llevar a Dulce a casa, ella me invito de camino a quedarme a dormir, y yo, accedí, quería conocer un poco más a Dulce y quizás pasar un momento diferente, a los últimos diez meses viendo el mismo techo blanco antes de dormir, comiendo en la misma mesa, con la misma bicicleta en la misma puerta.
Me permitió dejar mi bicicleta en su pasillo, me dijo riendo que quizás agarrara esa mala costumbre de mi parte, porque no sabe dónde pondrá su bicicleta cuando la tenga.
Deje mis cosas en una pequeña mesita, que sin querer tiraron unas cartas, eran de tarot, las recogí y cuando me vio, me pregunto si quería una lectura. Realmente no sabía que iba a pasar, pero accedí a esta actividad, se tomó un momento, me pidió que me sentara, me mostro un lugar cómodo, apago las luces, preparo todo el lugar y barajeo sus cartas, me pregunto qué era lo que quería consultar, por mi mente pasaron muchas cosas, yo realmente no sé qué hacer con mi vida, cuando finalmente tenga un título, o pueda tener un trabajo estable, o si pasare de los veintisiete, si tendré familia, si llegare a ser alguien, pero tengo que buscarle respuestas a ese algo que me está atormentando desde hacía ya un buen rato, pregunte sobre esa chica, la chica de la sombrilla roja.

Trate de prestar atención a todo lo que me decía, me explicaba acerca de cómo esta manifestación en mis sueños podía representar una búsqueda incesante sobre algo que todavía no logro comprender y que me ayudara mucho acerca de mi desarrollo emocional.
Eso da un poco de miedo, pero una de las cartas y su explicación me dio algo de sentido.
Siete Copas.
Me menciono que habla de una persona soñadora, que continuamente vive en un mundo de ilusiones, me sentí raramente identificado, me dijo que esto puede dificultar el avance del presente hacia el futuro, esto extrañamente me hizo sentir atrapado, esa chica de sombrilla roja hasta ahora era lo último que me había incitado a perseguir algo, me decidí por intentar totalmente en encontrarla, quizás era lo que me hacía falta, quizás era eso que me permita finalmente sentirme suficiente.
Dulce y yo cenamos, me dejo dormir en su sillón, me dijo que talvez mañana saldríamos o si no, podría pasar el día en su casa.
Recto como un tronco en el agua, mirando el blanco de su techo, que me llamaba a un nuevo patrón, esperando encontrar algo nuevo en mis sueños, o a alguien.

La chica de Sombrilla Roja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora