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-Asi que, por favor, úsame como un esclavo que solo vive y respira por ti. -El Omega siento como su entrada se humedecido, amaba como Jungkook se entragaba completamente a el.

Quiso llorar al ver al alfa arrodillado y viendo con tanta devoción como si él fuera su dios, como si fuera lo único que necesita en esta vida para estar bien.

-No me veas aghhh así... -se quejó -Me da vergüenza, no me mires.

-¿Así como? -interrogo el alfa

-Como si yo fuera... Tu dueño o algo sagrado.

-Mi amor -el alfa marco un camino de beso desde los tobillos, hasta la cadera del menor -Creo que aún no comprendes... -Desabrocho el pantalón del menor, haciéndolo soltar un gemido lastimero -El poder que tú, tienes sobre mi. Eres el amor de mi vida, el motivo de mis más perversos pensamientos y sobre todo eres mi dueño.

El menor, sintió como sus piernas flaqueron ante la confesión -J-jungkook y..yo aghh m...erda -gimio, al sentir la intromisión del alfa en su entrada, en cambio Jungkook estaba fascinado con el cuerpo de su niño y como este podía reaccionar a unas simples palabras. Que de simples no tenían nada, para Jungkook, Taehyung era una droga tan adictiva, pero a la vez tan necesaria.

-J-jungkook m..más hmmm joder.. -el menor estaba delirando de placer, a pesar de que los dedos de su alfa eran largos, no se comparaba en lo más mínimo con su miembro, estaba satisfecho, pero el quería más, necesitaba más que eso.
-Tranquilo obsesión, este es solo el comienzo. -el alfa cargo al omega hacia la habitación de este, el mayor deposito en la cama al Omega dejandolo con la respiración agitada y con una erección que dolía como el infierno.

El alfa se alejo del menor para buscar entre las cosas del menor, Taehyung bufó en desaprobación ante la repentina lejanía, pero estaba curioso por la actitud de Jeon.

El menor no entendí que estaba buscando, trato de levantarse de su lugar pero fue interrumpido por el alfa -Quedate quieto -comento serio -Sabes, cuando viene aquí y no te encontré di un recorrido por todo tu apartamento -el alfa se dió la vuelta, dejando ver lo que buscaba. El menor estaba sorprendido, pero a la misma vez estaba avergonzado por el contenido que poseía la caja que cargaba el alfa. -Estaba curioso de saber que es lo que tenía tu viejo tu y para mí buena suerte, encontré todo esto -comento, tirando todo el contenido de la caja en la cama del menor.

-Jungkook ¿Que planeas? -pregunto el Omega viendo fijamente al mayor.

-¿Que pasá, amor? ¿No te excita el saber que probaremos todos y cada uno de tus juguetes? -pregunto el mayor en un todo sarcástico.

Taehyung quiso negarse a la idea del alfa, pero el dolor tan agudo que sentía en su parte baja lo hizo chillar de dolo. Lo único que deseaba en estos momentos era ser tocado por su alfa, estaba perdiendo la cordura que le quedaba. Si seguía más tiempo sin ser estimulado, su lobo tomaría el control de la situación y no deseaba que eso sucediera. Quería estar lo más conciente posible.

El menor dejando completamente de lado la vergüenza que estaba sintiendo, se levantó de su cama y se acercó lentamente al alfa, haciéndolo tomar asiento en uno de las sillas que habían en su habitación. No tenía un plan como tal, pero tenía claro una cosa y es que esa noche, el complacería a su alfa.

-Jungkookie -dijo en un tono dócil -¿Podemos repetir lo del cuarto rojo?

-Estas muy mal si piensas, que dejare que otro hombre te toque -gruño -Primero le saco los ojos, por verte y luego le cortó las manos, por tocarte. - amenazó

-¿Que? Eso no imbécil - regañó -Me refiero a lo de atarte -El alfa adquirió un color carmesí en sus mejillas, ante su comportamiento tan protector. No le quedó más que asentir y dejarse hacer por el Omega, y aunque el deseara negarse, no podría cuando se trata de su bebé.

365 DaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora