Una pregunta

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El día en el que finalmente salieron para tener su merecida semana de vacaciones Jungkook esperó al Sargento en la puerta de salida.

— Señor... ¿Puedo pedirle un favor? – pidió con un poco de pena.

— ¿Qué pasó Jungkook? – le preguntó con media sonrisa.

— No quiero regresar a casa ni una semana... Me preguntaba si...

— Está bien, vamos – dijo antes de que el soldado terminara la frase.

Hoseok comenzó a caminar hacia el estacionamiento.

— No sabía que tenía coche... – comentó Jungkook sorprendido.

— No es como que me hayas preguntado – contestó divertido.

Una vez en el coche Jungkook sintió como el Sargento veía de reojo con curiosidad sus brazos.

— ¿No habías visto mis tatuajes? – dijo para hacerle saber que se había dado cuenta que lo estaba viendo.

— No, la verdad no. – admitió apenado.

— Los suelo esconder, no quisiera tener problemas por eso. Aún hay mucha controversia por los tatuajes, no sé que tan bueno sería ver que un soldado tiene tantos – explicó.

Hoseok asintió en forma de comprensión.

— Antes tenía el cabello hasta el hombro, ¿sabes? – continuó el soldado recordando.

— ¿Y por qué sacrificaste tu cabello por estar en la milicia?

Jungkook solo se encogió de hombros, no quería hablar al respecto...

Hoseok comprendió que había tocado un tema sensible y no insistió más. Llegaron un poco después a la casa del Sargento y aquel soldado entró con mucha curiosidad, se preguntaba cómo sería aquel lugar.

Y la verdad le sorprendió la simpleza de su hogar, todo era de una tonalidad neutra, tenía un par de cuadros colgados en las paredes pero nada excéntrico.

— Honestamente pensé que sería diferente – dijo confundido.

Hobi rió un poco.

— Creo que sé lo que estas buscando... Ven – dijo haciéndole una seña con la mano para que se acercara a un cuarto en específico — Entra, yo ahorita no puedo...

Con esa indicación pasó al cuarto cerrando la puerta detrás de él. Era un lugar muy hermoso, de un color azul pastel decorado con ositos. Había una pequeña tienda de campaña tipo tipi que se veía muy cómoda, muchísimos peluches, mordederas, biberones, cuentos para dormir, ropita cómoda, todo muy tierno.

Salió del cuarto con una sonrisa y no pudo evitar abrazar a Hoseok.

— ¿Por qué escondes que realmente eres tan tierno? – preguntó sin dejarlo de abrazar.

— Supongo que por alguna razón parecida a la de porqué estas en un lugar que no te gusta... – dijo Hobi.

Jungkook se alejó un poco y rascó su ahora cortísimo cabello.

— ¿Conoces al Jefe de Brigada Jeon? – preguntó apenado.

— No, he escuchado mucho de él pero no lo conozco. Yoongi, Namjoon y Seokjin lo conocen bien. – dijo sin comprender a donde iba todo.

— Es mi padre – soltó haciendo que el Sargento se sorprendiera — Digamos que al Jefe no le pareció mi forma de vivir. Siempre decía que vivo así por la influencia de Jimin, mi mejor amigo, pero yo creo que más bien si no fuese por él yo no hubiera aceptado quien soy.

Hizo una pausa y decidió sentarse en un sillón de la sala que estaba cerca, Hoseok lo siguió con curiosidad y se sentó frente a él.

— El Jefe Jeon también odió saber que su hijo es gay... – agregó con tono amargo — Me encontró besándome con el típico amor imposible que no quiere nada formal, recuerdo que lo sacó de la oreja de la casa y cuando regresó conmigo lo primero que hizo fue jalarme del cabello, me sentó y pasó la maquina. Me dijo que iba a hablar con sus colegas para que entrase a la milicia, que debía hacerlo bien porque sería un favor y así al mismo tiempo estaría perdonado mi servicio militar.

— ¿Por eso te esfuerzas tanto? – preguntó Hobi haciendo una mueca.

— Supongo... Eso y... Te conocí a ti. Eso mejoró todo – admitió el soldado sonriendo.

El Sargento se paró de donde estaba sentado  para cambiarse a estar a su lado, pasó la mano por su cabello que había crecido un poco desde que entró.

— También te ves bien con cabello corto – dijo sonriendo.

Jungkook se rió.

— Me ves con mucho amor – dijo bromeando pero logró que Hoseok se sonrojara.

— Probablemente si –admitió haciendo ahora que el soldado también se sonrojara.

Hubo un poco de silencio hasta que Hobi se recargó en el hombro de Jungkook, el menor pasó su brazo por los hombros del Sargento.

— Claro que mi padre no comprendió que... Es mala idea mandar a una persona que le gustan los chicos a un lugar lleno de chicos – dijo haciendo que Hobi riera ante eso.

— Creo que terminaré teniendo problemas con el Jefe de Brigada – dijo mientras decidía pasar su brazo por la cintura de Jungkook en un abrazo.

— Probablemente...

Aquel día se quedaron así abrazados un buen rato. Jungkook acariciaba el cabello de Hoseok, el cual estaba más largo que el suyo, y a veces también su mejilla. Tenía muchas ganas de preguntarle tal vez la más grande tontería, pues muchas cosas de las que habían hablado y hecho respondían esa pregunta pero....

— ¿Te gusto, Hoseok...?

El sargento Jung [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora