PRÓLOGO - HERZLOS MORNINGSTAR

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Herzlos Morningstar es mi nombre. Antes me llamaba Jefferson.

Actualmente he reencarnado como si fuera un protagonista de algún fanfic genérico, y tengo la sensación de que de alguna manera soy uno.

Actualmente estoy en el inicio de mi adolescencia, al principio de mi nueva juventud.

Las personas que me ven dirán—¿No es ese el Joven Morningstar? Haciéndome preguntar como conocen de mí.

¿Soy una persona popular?

Podría decirse que sí. Tuve mucha suerte, y nací siendo el príncipe de un Rey y una Reina de un Reino pequeño, pero próspero, que se expande cada año.

Soy el hijo mayor del Rey y la Reina Morningstar, y por supuesto, una vez cumpla la mayoría de edad y mis padres sean demasiado viejos, seré el heredero al trono. Desde pequeño mis padres han estado enseñándome como gobernar el reino y mis labores como el príncipe. Desde pequeño nunca me hizo falta nada en esta nueva vida, y estaba muy agradecido por ello, ya que en mi anterior vida me tocó vivir una vida en la pobreza, no el tipo de pobreza extrema, sino el tipo de pobreza donde tenías que gastar todo tu dinero en el arriendo del hogar para no quedar en la calle, viviendo con un presupuesto apretado.

Mi hermana menor, la princesa Lulú Morningstar, es una caprichosa, y desafortunadamente estoy encargado de enseñarle los valores de la humildad, el respeto y básicamente a ser mejor. Amaba a mi hermana menor, pero a veces sí me sacaba de quicio, pero también teníamos momentos de hermanos como: Robar los dulces y comerlos a escondidas de nuestros padres.

Como el príncipe de estas tierras, tenía sirvientes, dos en especial, eran mis guardaespaldas y hacían todo lo posible por ayudarme. Una mujer llamada Sophie y su esposo llamado Ornstein. Ellos también me ayudaban a entrenar, ya que tenía que ser un príncipe fuerte capaz de proteger el reino. Ornstein era un poderoso combatiente con una Hacha de una Mano, y Sophie usaba látigos. Yo, por supuesto, elegí los látigos para pelear, ya que me gustaba el poderoso chasquido que hacían, esa fue la única razón de mi elección.

Nutrí mi cuerpo y mente hasta la edad de quince años, que en este mundo parece ser ya empiezas a ser un adulto hecho y derecho.

Entonces comencé a expandir los territorios del reino, pero no con conquistas violentas en la mayoría de los casos. Siempre trataba de comprar o negociar territorio con los nativos de esas tierras, una relación complementaria. A veces tenía éxito, a veces no. Pero al final, el reino si se expandia a una velocidad vertiginosa. En mi anterior vida no tuve padre porque murió muy joven, y nunca escuché eso tampoco de mi madre porque no era la gran cosa, pero en este lugar...tuve la oportunidad de escuchar, la oportunidad se sentir esa felicidad que te trae escuchar a tus padres decir: Estamos tan orgullosos de ti. Ese día, mis lágrimas salieron, porque una parte de mí anhelaba oír esas palabras de las personas que fueran mis padres.

Aquí se me fue dado ese regalo.

Era una estadía casi perfecta, obviamente teníamos problemas de vez en cuando, pero nada muy grave.

Hasta que llegó un problema que era realmente malo.

En una negociación—¡Me niego a someterme ante ustedes! Ustedes... ¡Monstruos! Mi padre, el Rey Morningstar, se negó a vender su reino a una potencia mundial, una negación imprudente hecha por mero amor y orgullo, pero no podía culparlo, los Morningstar levantaron este reino desde que era tan solo un pueblo pequeño sin mucho poder, no lo venderían jamás.

En este continente yacía una potencia, la poderosa Capital Imperial, un lugar enorme lleno de oportunidades, incluso yo sabía de ella porque muchos de nuestros plebeyos venían de allá, lo raro era decir que ellos “escaparon” de ese lugar, como si fuera un lugar realmente malo. He escuchado rumores de que ese lugar está totalmente podrido y sin salvación, el gobierno se fue a la mierda.

SILVERSLAP - Yo En Akame Ga Kill (PAUSADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora