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12 - Contra la pared

"Realmente eres un idiota..." George soltó a través del beso, recostando su espalda contra la pared del baño.

Dream se burló, rompiendo el beso con una sonrisa tonta. "¿Sabes? No tienes que actuar como si no te gustará todo el tiempo."

George puso los ojos en blanco ante tal gesto, volteando la cabeza hacía otro lado. "No me gustas."

Dream dejó escapar una risa sarcástica en respuesta. "Está bien, si tú lo dices." Regresando su mirada a George, esta vez un poco más serio. "¿Al menos me dejarás follarte una vez más? Porfavor. Podria hacerlo aquí mismo si me dejarás..."

"Bien."

"Espera, ¿Qué-"

"Consigue otro estúpido condón y hazlo de una vez."

No se había dicho más.

Tan pronto como lo escuchó, regresó a su habitación para conseguir otro preservativo, apresurandose para hacerlo en el menor tiempo posible.

Deshaciéndose del envoltorio y deslizando el producto sobre su miembro, regresó su mirada a George. "Date prisa." Él le exigió.

Dream asintió, arreglandoselas para sostener sus piernas y mantener su espalda contra la pared, encontrandolo en un ángulo en el que nunca lo había visto antes.

"Creo que nunca antes te he follado contra la pared, ¿eh?" Dream preguntó, metiéndose un poco con el británico.

George no respondió e intentó patearlo en su lugar, pero dada la posición en la que se encontraban, no consiguió hacerlo. Fue entonces cuando fue sorprendido por su polla sumergiéndose dentro de su interior una vez más, llevándose un par de suspiros consigo.

George gimió ante la repentina intrusión, escondiendo su rostro en el hombro del contrario y sosteniéndose de sus brazos con fuerza, temiendo que pudiera soltarlo y dejarlo caer en cualquier momento. En vista de esto, Dream reajustó el agarre sobre sus piernas, asegurándose de sostenerlo con firmeza ante cualquier posible percance que podría presentarse.

Meciendo sus caderas lentamente, tan sólo minutos después, consiguió terminar en el acto, llegando al orgasmo dentro del estrecho cuarto de baño.

El mismo del que siempre se había quejado dado su tamaño desde el primer momento en el que se había mudado allí con Dream.

El mismo lugar en el que habían terminado la primera vez que se habían encontrado en la intimidad. Algo que, retrocediendo en el tiempo meses atrás, nunca hubieran imaginado que sucedería.