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07 - Jugueteo con los dedos

George obedeció la orden al instante, llevando sus manos hasta los miembros de ambos con cierta dificultad al tener a Dream encima. Dudando por un momento, pero continuando con los mismos movimientos que estuvieron a punto de llevarlos al orgasmo hace tan sólo cuestión de segundos atrás.

Notando la manera en la que Dream apenas podía contener su deseo sexual, arrastrando las sábanas debajo de sus dedos, o pegando su cabeza contra su pecho intentando comprimir sus gemidos, George decidió amplificar la velocidad de sus movimientos alrededor de él. O bueno, de ambos.

Mezclando el placer con un poco del dolor al torcer las dos pollas de la misma manera en la que él lo habia hecho anteriormente.

"D-Dios..." George tartamudeó, sintiendo la manera en la que su miembro se contraía bajo las yemas de sus dedos con cada movimiento, estando cada vez más cerca del orgasmo.

Consiguiendo un poco más de fricción, George tiró de su cabeza hacía atrás una vez más. Sumergiendo su cabeza en la almohada detrás de su cabeza al momento de liberar su orgasmo. A diferencia de Dream, quien aún no había conseguido alcanzarlo.

George, al notarlo, no pensó en dejarlo en tal estado. Sin más, se las arregló para alcanzar su miembro entre sus piernas y regresar a masturbarlo rítmicamente una vez más. Ante tal acción, él respondió con un hilo de gemidos, los cuales fueron acompañados de su liberación cuando George presionó su pulgar sobre la hendidura en la cabeza de su polla, estimulando el glande continuamente. Enviándolo al borde y llevándolo al límite dejándolo sin aliento.

Descansando su pulgar en el mismo lugar una vez que había terminado, entre suspiros, George preguntó sin pensarlo demasiado: "Y, cómo estuvo...?"

Él reguló su respiración antes de responder. "Estuvo increíble, pero..." Dream levantó su cabeza levemente, sonriendo con complicidad al ver el vientre de George teñido de blanco. "George, aún no hemos terminado."

"¿Eh? E-Espera, ¿Qué?" George lo miró, atónito.

"No lo repetiré dos veces." Dream susurró en su oído con un tono seductor. De pronto, pareció inclinarse hacia él con intenciones de besarlo, cuando un almohadazo lo detuvo a mitad de camino. "¡Auch! ¿Y eso por qué fue?" Preguntó, dándole un poco más de espacio al salir de encima de él.

George frunció el ceño, ofendido por su pregunta. "¿Por qué? ¡Porque por supuesto que no haremos nada más!" Se levantó, dirigiéndose al baño dentro de la habitación para poder limpiarse.

"Pero, ¿Por qué no? ¡Espérame!"

Definitivamente tenían suerte de que Sapnap tuviera el sueño pesado en tales circunstancias.