Leonardo
Corro por la gran cancha de césped junto con mi equipo sin quitarle los ojos al balón que tiene nuestro contrincante. Mi equipo se sabe mover tomando posición en cada uno de sus lugares para cuando Jackson logra obtener el balón. Desde el otro lado de la cancha sus ojos me buscan y cuándo me encuentran lanza el balón por los aires, me muevo a como lo hace el balón mientras mi equipo cuida mis espaldas. Cuando lo tomo emprendo huida hasta la zona de anotación del equipo contrario. Cuando llego anoto el último punto que hace festejar a mi equipo.
Nuetro entrenador suelta un pitido con su silbato y con señas indica que el equipo The Black Tigers ha sido el ganador. Los chicos se acercan y las porristas se ponen a bailar entrenando su coreografía.
—Si siguen así vamos a ganar el campeonato— habla el entrenador.—Han trabajado muy bien en equipo, los resultados son excelentes y tenemos una gran posibilidad de que nuestro instituto quede en primer lugar.
—No queremos el segundo lugar— intervino Ethan, uno de mis mejores amigos.
—Y mucho menos el tercero— habló Jackson.
—¡Queremos el primero!— cantamos todos en coro golpeando el casco con las palmas de las manos.
—¡Así se habla!— sonrió el entrenador.—¡Vamos a luchar por lo que nos merecemos!
Nuestro instituto había participado dos años seguidos en ese torneo, siempre nos habíamos traído el segundo lugar y eso este año debía cambiar. Uno de nuestros problemas más significativos era nuestra falta de saber trabajar en equipo, nuestro pase a la victoria era trabajar por y para el equipo y eso lo habíamos empezado a reforzar desde hace un año que nos trajimos el segundo lugar. Además, sería nuestro último año porque en unos meses más sería nuestra graduación y ya no estaríamos más aquí.
Cuando el entrenador nos despidió todos nos fuimos a las duchas, éramos un conjunto de sudor y mal olor que desprendía nuestro cuerpo por estar mucho tiempo bajo el sol y estar corriendo de aquí allá.
—Lo hiciste espectacular— en el camino se me cruzó Cloe, la capitana de porristas a la cual me había follado más de tres veces.—Estoy segura que van a ganar.
—Eso esperamos linda— contestó Jackson en mi lugar.—Este año es nuestra última oportunidad de ganar.
—Me arrancaré los pelos si no sucede— habló Ethan.
—¿Y tú, mi amor?— sus ojos cafés me enfocaron.—¿No te emociona?
—Por supuesto que sí— apreté su mano contra la mía cuando rozó nuestros dedos.—Cómo dice Jackson: es nuestra última oportunidad.
—No caigas en el estrés— nos detuvimos en la puerta de las duchas de los hombres.—Y si lo haces, aquí estoy yo para ayudarte— me tomó por el cuello de la camisa para unir nuestros labios en un beso agresivo.
Oí las risas de mis amigos cuando entraron juntos con los demás dejándonos a solas a Cloe y a mí. Sentí como pasaba sus brazos delgados por mi cuello, así que no tuve de otra más que abrazarla por la cintura y pegarla a mí dejándole sentir mi miembro que empezaba a crecer en mis pantalones.
—Lástima que las duchas estén llenas— se separó y susurró en mis labios.—Con gusto dejaría que me hicieras lo que quieras.
—Tengo clase después de esto— me alejé.—Pero los de segundo año harán una fiesta esta noche, te veo ahí— guiñé un ojo y sonrío con picardía.
—Me pondré un lindo vestido color rojo. Tu favorito.
Se dio la vuelta y me quedé en la puerta viéndole el culo que movía exageradamente apropósito para que yo la mirara. Cuando se perdió en el pasillo entré a las duchas directo a una regadera para quitar la suciedad y la erección que crecía.
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Su propio juego
Teen FictionElla es de mirada inocente, rostro de ángel, palabras de sirena, cuerpo de diosa pero corazón y mentalidad de diabla. Y yo, yo soy un idiota que caí en mi propio juego.