dejarte o quedarme

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Cami.

- Abogada Camila. - Era Alex.

- Abogado Alex.

- ¿no sé si sabe pero ya es hora de irnos? - Mire el reloj y así era.

- Vaya, ni me di cuenta cuando eran las 7.

- ¿Quiere que la lleve? - Se acercó.

- No gracias, tengo un auto esperando abajo.

- Está bien, hasta mañana.

El se fue de mi oficina y yo recogí todas mis cosas para ya por fin irme, tomé el ascensor y baje hasta el estacionamiento allí fue donde vi a Juliana esperándome así que me subí al auto.

- Hola. - me saludó.

- Hola. - Me acerque para darle un beso en la mejilla. - Gracias por venir a recogerme.

- Tranquila.

Vi que se quedó impactada por el beso pero no quise hacerlo de mal, solo me salió dárselo.

Estábamos en camino a casa totalmente en silencio pero para mí era lo mejor.

Al otro día.

- Abogada Camila. - Alex ensañando su cabeza desde mi puerta.

- abogado Alex, ¿Cómo estás?

- Bien, oye, ¿Que te parece si después del trabajo salimos?

- ¿Y a dónde quieres ir?

- No sé, ¿Que te gustaría a ti?

- Conozco una pizzería muy buena.

- Está bien, entonces nos vemos después del trabajo, suerte en todo.

- Igual.

El salió de mi oficina y yo continúe trabajando.

En la noche.

- ¿Lista? - Habló desde la puerta.

- Más que lista, solo déjame recoger unas cosas y ya nos vamos.

- Okay.

Me levanté de mi silla y comencé a recoger mi escritorio, cuando de repente vi que me sonó mi celular.

Juli ❤️

¿Quieres que te recoja?

No, había olvidado decirte, voy a salir con Natalia. Nos vemos en el departamento.

Estaba mintiendole pero no tenía de otra, no quiero llegar a ese apartamento.

- ¿Todo listo? - Se acercó a mi por mi espalda.

- Si, todo lis...- Volteé quedando cerca de él.

Era claro y obvió. Nos besamos. Cuando nos separamos vi por la ventana a Natalia con cara furiosa, yo me quedé sorprendida, mientras ella caminaba a toda velocidad hacia el ascensor.

- Perdón, no debí hacerlo. - Hablo Alex.

- Solo llévame a casa. - Me gire y busque el anillo rápidamente. - O mejor no me lleves, ¿Sabes? hablamos luego.

Dejé tiradas mis cosas en el escritorio y solo salí al ascensor para tratar de alcanzar a Natalia, aunque era imposible es lógico que ella ya fue a contarle todo a Juliana.