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Cami.

Me estaba despertando con un gran dolor de cuello porque me tocó dormir en el sofá ya que en la cama durmieron nata y makis.

- Buenos días. - Hablo makis. - Esto es para ti.

Me extendió un papel, se lo recibí y me sente en el sillón.

- ¿Que es eso? - Hablé. - Ay Dios mío. - Fue cuando caí en cuenta.

- ¿Que es? - Pregunto.

- La carta de divorcio y quiere que sea hoy mismo.

- Okay, entonces vete a duchar.

Me levanté del sillón, busque mi toalla y antes de irme al baño vi que nata estaba en el comedor desayunando.

- Hola nata.

- Hola. - Me respondió sin ánimos.

- Déjala, está un poco enojada. - Me susurro.

- Ya lo note.

Ignore eso y me fui a duchar, me aliste y en 10 minutos salimos al bufete de abogados en donde trabajaba Olga la cual no dudó que va a ser su abogada.

Llegamos nos registramos y esperamos para poder pasar a la oficina de Olga porque aún no llegaba.

- Que puntual, ¿No crees?

- Dejala, tal vez estan haciendo todo el papeleo para el divorcio.

- Entonces hubiéramos hecho todo esto después; te apuesto lo que sea a qué fue Olga la que la convenció a que nos divorciaramos hoy.

- ¿Y si fue ella que Camila? Deja de hacerte la víctima ya y asume tus consecuencias, fuiste infiel por eso se están divorciando.

- Ya, perdoname.

Escuchamos el elevador abrirse mostrando a una Olga y una Juliana super alegres.

- Mira, ya llegaron.

Nos levantamos y Juliana en ningún momento me miró, era como si no estuviera allí.

- Ven. - Dijo makis caminando hacia la oficina de Olga. - Buenos días abogada Vives, hola Juli.

- Abogada De ángulo, ¿Como le va? - Respondió dejando su saco en el perchero. - Bien. - Se sentó y nosotras imitamos su acción. - Lo que pide mi cliente no es nada del otro mundo. - Mire a Juli que estaba mirando a la ventana. - Quiere quedarse con el departamento puesto que ella fue la que puso más para el ya nombrado, quedarse con el auto y que su clienta le dé el anillo de compromiso. - Terminó de hablar y le extendió una hoja a makis. - Si estás de acuerdo en todo, firma por favor.

- ¿Estas de acuerdo en todo? - Me pregunto makis.

- ¿Es todo? - Le hable a Juliana. - ¿Te vas de mi lado sin ninguna explicación? - Me pare. - Me echaste del departamento sin dejarme hablar y ahora haces como si no existiera, ¿Y lo que yo siento que? - Para todo lo que le había dicho ella nunca me había volteado a ver. - ¡Pero mírame maldita sea! - Grité.

- ¿Que quieres que escuche Camila? ¿Como lo besaste? ¿Como me estuviste engañando por meses? ¿Como me decías que ibas a salir con Natalia y con makis cuando en realidad salias con el idiota ese? ¿Eso quieres que escuche? Porque si es así pues perdóname tienes toda la razón. — Camino hasta el asiento en donde yo estaba y lo giro hacia la ventana que era donde yo estaba. — A ver cuéntame, explicame con lujo de detalle como me fuiste infiel, adelante te escucho. — Yo quedé sorprendida, nunca me había hablado así. — Firma de una puta vez y sueltame.

— Está bien, voy a firmar. — Se me resbaló una lágrima.

Tome el bolígrafo y me acerqué al escritorio para firmar.

— No vengas a llorar aquí, esto era lo que tanto esperabas ¿O no?  — Me susurro.

— Jamás en mi vida me voy a perdonar esto. — La volte a ver.

— Y yo jamás en mi vida  voy a perdonarme haberte rogado tanto.

— Perdóname.

— Dame el anillo por favor.

Asentí y baje mi mirada para quitarmelo, se lo di.

— Okay, entonces creo que eso es todo. Están oficialmente divorciadas. Gracias por colaborar Camila. — Hablo Olga.

— Esto es lo que siempre quisiste. Ahora tienes el camino libre.

— ¿Como voy a querer ver a mi amiga así? 

— Si, ahora hazte la loca.

— No metas a Olga en esto. — se paró enfrente mío. — Nos divorciamos por tu culpa, porque me fuiste infiel. Hiciste aquello que prometiste no hacer, así que Olga no tiene nada que ver aquí. Fui una idiota contigo. Tienes hasta hoy para ir al departamento y recoger tus pocas cosas que quedan. Te espero en la tarde. Gracias por todo Olguita. — Giro a verla. — Nos vemos makis. — y me volteo a ver a mi. — Espero que el idiota ese te de todo lo que yo no pude.

Juli.

Era la tarde y estaba esperando a que Camila viniera por sus cosas para ya por fin comenzar mi proceso de olvidarla; tocaron la puerta así que fui a abrir.

— Hasta que llegas. — Dije al ver a Camila me quite de la entrada y me senté en el sofá.

— ¿Estas sola? — Pregunto cerrando la puerta.

— Si. — Respondí seca.

— Perfecto. — Se acercó a mi y se arrodilló frente mio. — Escúchame por favor.

— Y dale con lo mismo. No quiero escucharte Camila.

— Por favor Juli. Mira las cosas no son como piensas.

— ¿No? — Respondí sarcásticamente.

— Mira, si salí con el y no voy a negar que te mentí al decirte que salía con Natalia pero te juro que no paso de allí. Lo del beso fue un error, no sé qué me pasó y si me preguntas si quería hacerlo mi respuesta es no, solo mi mente se dejó llevar por el momento pero te juro que no moría por besarlo, créeme mi bailarina hermosa.

— No me digas así. Camila, sé que querías besarlo ¿Sabes por qué lo sé? Porque conmigo hiciste lo mismo. Nos gustabamos y hubo un momento de tensión hasta el punto de besarnos, entonces dime ¿Cómo quieres que te crea cuando hiciste lo mismo conmigo? Te gusta, te enamoraste de él y es horrible porque yo aún te amo, quería que esto fuera hasta nosotras llegar a viejitas pero lamentablemente no se pudo. Siempre voy a estar enamorada de ti. Fuiste todo para mí, fuiste todo lo que buscaba en una mujer. Pero perdóname, no puedo perdonarte esto, no otra vez y más aún que estábamos casada. Lo hiciste dos veces Camila, ya la segunda no puedo perdonarte.

— Mi bailarina. La cagué, perdóname. — Agache mi cabeza y llore en sus piernas.

— Recoge tus cosas y vete. Por favor.

Me levanté y fui a la habitación por mis cosas las cuales puse en una caja y cuando termine caminé hasta la entrada.

— ¿Algún día me perdonarás?

— No sé.

— Gracias por todo y no me va a alcanzar esta vida ni la próxima para pedirte perdón.

Tome la manija de la puerta y salí de lo que era nuestro nidito.

Otra vez me quedo sin ella, la primera vez que me pasó jure no volver a cagarla y ahora estoy aquí tirada en el piso del departamento llorando mares al frente de nuestra puerta.

Juli.

Otra vez me quedé sin ella, la primera vez fui una idiota y la perdone pero ya no lo puedo hacer, ya madure y juro no hacerlo. La voy a extrañar pero no puedo volver a hacer una idiota y perdonarla, tal vez me haga lo mismo otra vez. Simplemente le deseo lo mejor.

dejarte o quedarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora