Hinata no es una chica dócil, así que la pasión que estalla entre ellos amenaza con hacer trizas la estrategia de Naruto.
- Adaptación a los personajes de Naruto
- Protagonistas Naruto y Hinata
- La historia imágenes y personajes no me pertenecen, c...
La luz del sol brillaba a través de campos verdes y cielo azul. El carruaje se balanceaba y crujía mientras viajaban desde la isla de Konoha hacia la Isla Mull, habían desembarcado y se dirigían al castillo de Sōke. Los pájaros cantaban. Los niños se reían. Una brisa refrescaba el fuerte calor.
Hinata suspiró cuando el olor a hierba recién cortada le hizo cosquillas en la nariz. Besó la dulce cabeza de su hija y observó los campos de trigo que se convertían en oro.
—No eres mi niñera, Naruko — se quejó Boruto, de seis años. —Deja de decirme qué hacer.
—Siéntate quieto, y no debería tener que hacerlo — respondió Naruko, de diecisiete años, con un resoplido. —Los niños se mueven demasiado.
Hinata compartió una sonrisa con Naruko, quien abrazó a la segunda hija de Hinata y Naruto. Himawari podría tener el color de pelo de su madre, pero ella tenía la inclinación de Naruto por la travesura. Tenía solo dos años y ya había robado todos los corazones a su alcance.
—Tal vez si ciertos niños hubieran terminado sus lecciones como deberían, estarían montando con su papá como lo está tu tío Menma — Hinata reprendió gentilmente, señalando con la cabeza a la pareja que actualmente montaba a Sōke, junto al carruaje.
Naruto, que se veía relajado, con el cabello alborotado Junto a su hermano Menma, de catorce años, simplemente levantó una ceja.
—Tu madre dice bien, hijo—. Los ojos azules melancólicos encontraron su mirada con Menma. —De hecho, un paseo en un día como este es muy agradable. Una recompensa digna por hacer los deberes.
—Conducir en un carruaje con mujeres es aburrido, papá — respondió Boruto, cruzando los brazos.
—Hmm. Con el tiempo, sospecho que pensarás diferente. ― Naruko se inclinó más cerca y susurró al oído de Boruto.
Los ojos del niño se abrieron. Él asintió ferozmente. Luego, moviendo su espalda contra el asiento, se acomodó y se comportó como un caballero.
—Notable — murmuró Hinata. —¿Cómo lo hiciste?
Naruko simplemente se rio, guiñó un ojo y rebotó a Himawari sobre su rodilla.
—Tengo mis modos, mi lady.
Su pequeña familia había crecido, ahora habían dos miembros mas del clan MacUzumaki. Después de dos años del incendio en Remolino, el hogar del jefe y su dama estaba terminado. Menma y Naruko tenían su propio espacio. No era tan grande como el gran castillo rodeado de mar, pero era un lugar lleno de amor y felicidad.
La gran fortaleza de Remolino, seguía siendo importante para el clan MacUzumaki, pero en visitas y asuntos oficiales. De vez en cuando Hinata junto con Naruko, se ocupaban del castillo.
Naruko se acerco a Hinata, para que ella solo la escuchara.
—¿Estará Sasuke en Mull esta vez?
Hinata le sonrió, el buen amigo de Naruto había despertado en la muchacha una especie de enamoramiento juvenil. Naruko se había convertido en una chica muy bonita, sus hermanos estaban teniendo problemas para mantener alejados a los pretendientes. De hecho, Naruto ya había recibido solicitudes de alianza mediante el matrimonio de su hermana menor.
Pero Naruto siempre respondía lo mismo. El matrimonio de su hermana, así como a su tiempo, el de su hija, seria por elección de ellas.
—Claro que sí. Después de todo esta casado con Sakura. Y el motivo de la reunión es por el nacimiento de su hija.
—Debe estar muy feliz. —Naruko suspiro —Lastima que él fuera mayor.
Hinata soltó una risita.
—No debes de pensar mucho en eso, el amor llega cuando menos te lo esperas.
Nuevamente Hinata dirigió una mirada a su esposo y este sintió que ella lo observaba.
—¿En que piensas ahora, amor?
Ella le sonrió. Él también estaba sonriendo, mirando a su esposo, tan fuerte y vital, Hinata busco tomar su mano y se la estrechó, cálida y seca. El amor ardió hacia ella. Azul. Cariñoso. Feroz. Su corazón respondió llenando su capacidad, inundándola con un brillo dorado.
—En casa, mi amor — respondió ella. —Donde sea que vayamos, nuestro barco siempre nos llevará a casa.
Y Fueron Muy Felices Por Siempre
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
