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—¡Vamos Taehyung, más rápido! —gritó Jungkook corriendo por medio del pastizal de una plaza en frente de la casa de sus padres, junto a la pequeña Jihyo, mientras yo los seguia detrás caminando

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—¡Vamos Taehyung, más rápido! —gritó Jungkook corriendo por medio del pastizal de una plaza en frente de la casa de sus padres, junto a la pequeña Jihyo, mientras yo los seguia detrás caminando.

Son las seis se la mañana y apenas amanece porque empieza el invierno, hace frío, incluso más que en Seúl, eso significa que no voy a tener energía tan temprano. Aún no desayunamos, la señora Jeon nos envió a comprar.

—¡Ya voy! —grité alto para que me escuchara, obviamente no lo hizo por reír y ser corrido por su hermana menor.

Jungkook se encargó de las compras mientras yo descansaba sentado en una banca de cemento de la plaza que dividía su casa del pequeño mercado. Todo era silencio por la hora, silencio que fue quebrantado por una pequeña niña que al parecer me odia.

—¿Dónde nació Jungkook?.

—En Busan. —contesté aún con mi brazo cubriendo mis ojos.

—Error, en Seúl.

—¿Qué? —me senté más erguido en mi lugar mirando a la niña.

—¿Vio que fácil es engañarlo cuando alguien no está seguro de lo que dice? Ni siquiera esta seguro de donde nació Jungkook. No está a la altura de él, tiene tres días para volver a su casa, intruso.

—Si lo estoy, es solo que me hiciste dudar.

—Los verdaderos amigos no dudan con ese tipo de información.

La niña se fue ofendida hasta la casa y Jungkook se paró a mi lado.

—Sigue enojada. —le informé— Dice que no soy un buen amigo porque no sé todo de vos. Yo creo que tu hermanita me odia, si aparezco muerto ya saben quien es la primera sospechosa.

—También se lo hizo a Mingyu, no es para tanto. A los pocos días se olvida.

La despreocupación personalizada caminó con las bolsas de compras hacia la casa sin tomar en serio ni una sola palabra mia.

—¡Tu hermana va a asesinarme mientras duermo!.

—No seas escandaloso, dormimos juntos. Cuando la vea intentando algo te despierto.

—No es broma, Jeon.

Corrí hasta él que estaba a punto de cruzar la calle, me sorprendí cuando tomó mi mano antes de cruzar sin importar que su familia pudiera vernos por alguna ventana.

—No voy a dejar que te asesine, todavía tengo muchas cosas planeadas para nosotros.

—¿Gracias?.

Acaricié sus nudillos con la llema de mis dedos, sus manos eran suaves y tan grandes como las mias, con un pálido limpio a comparación del tono de mí piel, me gustaba, el color oscuro de sus ojos, el tono blanquecino de su piel, la comisura de sus labios mostrando esa encantadora sonrisa, sus labios perfectamente rosados tan cerca de los mios, todo en él era perfecto.

𝘓𝘰𝘴𝘴 𝘖𝘧 𝘚𝘢𝘯𝘪𝘵𝘺 || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora