IV

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Betty y Simon estaban comprometidos, su relación había subido un escalón más tras años juntos, la primera en enterarse fue su amiga más cercana, ________ Petrova. Estaba feliz por ellos, que su historia de amor siga floreciendo.

Petrova se encontraba en el nuevo hogar de la pronta pareja casada, Simon le comentaba sobre su próxima expedición.

—Se trata de una corona mágica, no hay mucha información del objeto pero se ve interesante, ¿qué dices?— comunicaba Simon hacia su amiga en lo que su prometida llevaba unos bocadillos de helado.

—Suena interesante, Simon, pero creo que esta expedición deberían realizarla ustedes dos solos, como si fuera su luna de miel— rechazo la oferta por más que su cerebro gritara por aceptar, el verlos bastante tiempo juntos y demostrandose afectó ha...

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—Suena interesante, Simon, pero creo que esta expedición deberían realizarla ustedes dos solos, como si fuera su luna de miel— rechazo la oferta por más que su cerebro gritara por aceptar, el verlos bastante tiempo juntos y demostrandose afectó hacía que dentro de su cuerpo ocurriera una batalla dolorosa que no podía ganar, es sin duda que con el tiempo se dio cuenta de que no solo sentía admiración por el trabajo de Simon, sino que también se había terminado enamorando de él y de su actitud torpe.

—Claro...como tu digas— Betty comento avergonzada, ambos futuros esposos tenían el rostro rojo ante la idea de una luna de miel, el solo pensamiento de eso los avergonzaba en masa.

—Espero lo disfruten, yo también he estado investigando desde hace un largo tiempo un par de guantes malditos, no tengo mucha información de ello, pero aún sigo buscando— comunico Petrova desviando el tema mientras tomaba una copa con helado y le colocaba chocolate encima.

—Deberias contarnos más de eso después de nuestra expedición de la corona— agrego Simon con la otra copa de helado en manos y colocandole crema batida.

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Petrova estaba caminando dentro de  una cueva alumbrando su camino con una linterna, estaba en busca de ese par de guantes místicos. Ese mismo día su par de amigos estaban en otro lugar en busca de aquella corona mágica que le comentaron, había escogido el mismo día para su expedición solitaria en forma de buscar un despeje en su mente y no pensar en el anticuario y las cosas que estaría haciendo con su prometida.

Quería dejar de pensar en Simon, en su forma torpe de realizar las cosas y de su gran intelecto en conocimiento de objetos extraños. Él ya estaba apartado por su amiga Betty, no tenía caso que siguiera enamorada de aquel hombre que la ayudo en sus momentos más difíciles cuando ni siquiera sabía de su existencia.

El camino parecía ser demasiado fácil para un objeto tan poderoso como lo era ese par de guantes, le había mentido a sus amigos con respecto a la informacion, ella sabía todo sobre ese objeto. Como mencionó, había estado años buscandolos, sabia que poder tenían, quien los había fabricado y el daño que podían causar si estaba en manos de malas personas. Por ello quería ser la primera y única que tuviera aquellos guantes malditos.

Cruzo casi sin problema un par de trampas escondidas en el interior de la cueva, estaba totalmente preparada para cualquier cosa. A lo lejos en las profundidades de la cueva logró observar una iluminación, con la respiración un poco agitada aumento su paso.

Al fondo de la cueva estaba un pequeño altar con ese par de guantes protegidos por un recipiente de vidrio transparente, Petrova sonrio orgullosa de al fin encontrarlos, cuando estaba a punto de dar un paso más una trampa se activó sin aviso alguno; las paredes, suelo y techo se encendieron lanzando llamas.

________ rebusco entre su mochila de expedición un traje contra incendios, se lo colocó y dejó su maleta en el suelo. Se adentró en las llamas sintiendo como la temperatura subía aún con el traje puesto, se apresuró a llegar hasta el par de guantes y sin cuidado alguno rompió el vidrio que los cubría, los tomo rápidamente haciendo que el suelo temblará. Pronto la cueva comenzó a desmoronarse, alertada corrió hasta su mochila para tomarla mientras escombros en llamas caían detrás de ella, la cueva se desmoronaba poco a poco por lo que el escape fue más difícil que la entrada.

En un punto casi cayó en un gran agujero formado en el suelo por la caída de escombros. Salio con las justas de aquella cueva, observo como detrás de ella aquella cueva se reducía a una pila de piedras y escombros.

Solto un suspiro aliviada por haber salido viva, se quitó el casco de su traje y observo más a detalle los guantes. Eran de metal, parecidos a un diseño medieval, en el dorso de las manos adornaban un par de gemas rojizas que parecía darles un valor monetario mayor al de lo que aparentaban por si solos.

Estaba cautivada por la belleza de los rubíes que decordaba el par de guantes cuando extrañamente las gemas brillaron con un poco más de intensidad, haciendo que el metal de los guantes se encendiera en un vivo rojo y lograra quemar un poco las palmas de sus manos. Por instinto soltó los guantes adolorida.

—No me esperaba esto...— comento con una mueca de dolor mientra veía sus manos, los guantes habían podido sobrepasar el traje que llevaba, lo que le confirmaba lo poderosos que podrían llegar a ser si se los usaba de buena manera.

Se quitó el traje y se sentó en el suelo por un rato a descansar mientras sacaba un frasco de vidrio, tenía la mínima esperanza de que aguantaran así como estaban resguardados en la cueva.

Lo guardo en su mochila junto al traje que se había quitado para tomar un poco de agua, tras descansar unos minutos se levantó y siguió su camino de regreso ahora satisfecha por su primera misión solitaria exitosa.


𝓑𝓮𝓽𝓽𝔂 [Simon Petrikov]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora