Llevaba al menos, una semana compartiendo banca con el rubio de bonitos ojos azules. A veces quería gritarle que se callara o se fuera a otra banca y otras veces quería que le diera esas caricias que le daba en la cabeza cuando se recostaba sobre sus brazos.
Justo ahora, estaba con la cabeza entre sus brazos viendo hacia Chifuyu quién acababa una tarea que era para la siguiente semana pero según él "no quería tener preocupaciones".
El chico era bonito, según Mikey. Pues sus facciones eran delicadas sin dejar de ser masculinas, su cabello rubio brillante, ojos azules cielo que te atrapan y envuelven, labios rosas y apetecibles junto con una piel lechosa y aroma natural. Es que era bonito. Ni siquiera guapo, era bonito.
Pero eso, al mismo tiempo consternaba a Keisuke.
¿Porqué no podía verse normal?
¿Porque un hombre debía lucir como mujer?
Le incomodaba.Pero por alguna razón no podía dejar de verlo, era hipnotizador tanta belleza. Así como había notado que Chifuyu era bonito, también había descubierto que era inteligente, lo suficiente como para no estar en esa clase.
Sus ojos avellana se encontraron con los cielo y cuando estos se achicaron al regalarle una sonrisa, se sintió mareado y con asco, pues su estómago se revolvió, giro hacia la otra dirección, la ventana. Una risita después, una traviesa mano le acariciaba el cuero cabelludo relajándole.
Sin embargo algo que le molestaba de sobremanera era sentir su rostro caliente.
••••••
Se dejó caer en su cama, su mochila había quedado olvidada en el escritorio que tenía en su habitación, debía hacer tarea, lo sabía. Pero algo desconocido se lo impedía.
Alzo su mano hasta tenerla frente a su cara y la admiró. En ella, habían dibujos hechos con pluma negra, su autor era cierto rubio bonito de ojos azules, si su madre le veía aquellos dibujos lo regañaría basta...
¿Le dijo bonito a Chifuyu? ¿Lo pensó así tan naturalmente?
Un escalofrío le recorrió la espalda y se levantó para lavarse la mano.
No quería nada de Chifuyu en si mismo.
Antes de irse a lavar la mano, abrió el chat de Mikey y en un corto y conciso mensaje, le pidió que se vieran en la cafetería esa de siempre en veinte minutos. Ni siquiera debía preguntar si podía, pues sabía que si.
Mikey nunca tenía nada que hacer a menos que estuviera con Draken haciendo nada.
Y sin más, después de treinta minutos estaba entrando en la cafetería, Mikey no había llegado, lo sabía pues ese enano era un impuntual de mierda.
Se pidió un batido de fresa y vio por la ventana. Pensando.
—Joder, macho. Hasta pareces inteligente así. —la voz burlona de Mikey le hizo volver al lugar.
Su bebida estaba frente suyo, frunció el ceño. ¿Qué tanto había pensado? Miro a Mikey y como esperaba, Draken estaba detrás suyo con cara de sueño.
—Espero que esto sea importante, que sepas que arruinaste una siesta.
Cuando tuvo a Mikey frente suyo lo observo fijamente. Era rubio, ojos oscuros, labios rosas algo partidos, tenía pequeñas pecas por su rostro el cuál era redondo y algo gordito.
El rubio alto frunció el ceño cuando noto la mirada fija del azabache en Mikey. Ya lo estaba viendo mucho, ¿No?
—Uhm... Yo sé que soy guapo pero... Deja de mirarme, me incómoda que me vea alguien feo. —dijo el rubio corto desviando la vista.
¿Porqué? ¿Porqué Mikey no le provocaba ese revoloteo en el estómago si era casi parecido a Chifuyu?
¿Chifuyu le caía mal?
Frunció el ceño nuevamente y bebió estresado de su batido.
—¿Pasa algo?
—Creo que Chifuyu me cae mal. —soltó.
—¿Qué?
—¿Por? —preguntó Mikey alargando la 'o'— si Chifuyu es genial.
—No sé, cuando lo veo una sensación desagradable se instala en mi pecho y estómago. Yo sé que es agradable, comparto banca con él. Pero lo veo y —sacudio su cuerpo, simulando que un escalofrío le había dado—, me da, no sé, es raro.
Los dos rubios frente suyo se miraron.
—¿"Raro" cómo? —pregunto Draken, genuinamente interesado.
—Pues así, te digo. Se me revuelve el estómago cuando lo veo y me da como ¿Ansiedad? Verlo. No sé, es horrible.
Mikey se mordió el labio inferior.
—¿Y en donde entro yo?
—No sé. —gruñó—. Creí que si te veía sería igual, es que —resoplo y paso las manos por su cabello, estresado—, lo veo y me incómoda lo bonito que es, parece niña, porqué tiene que parecer niña, es un hombre, está mal. Pero aún así pienso que es muy bonito.
—Primero, no tiene nada de malo verse "bonito" siendo hombre —debatio Mikey provocando que Baji rodará los ojos—, segundo, entonces significa que soy bonito para ti y tercero, Chifuyu te parece atractivo, es por eso que te sientes a-
Un fuerte golpe interrumpió el hablar del rubio quien pego un pequeño brincó en la silla y alzo la mirada para ver a Keisuke quién le miraba con enojo.
—En tu vida vuelvas a dar a entender que un hombre puede parecerme atractivo, eso es repugnante y asqueroso.
Está vez fue Mikey quien se leva to de su banca para encarar a su amigo.
—Es tu mentalidad cerrada de mierda de nuevo. Tú, muy dentro tuyo, sabes que no es así. Así que, cuando vuelvas a tus propias ideas y no a las que te metieron, hablamos. —se alejó de la mesa—, Kenchin, vámonos.
Se mordió el labio con fuerza cuando los dos rubios abandonaron el lugar. No eran sus pensamientos impuestos, era lo que él realmente creía, ¿Porqué estaba mal? Él siempre escuchaba de gente mayor que dos hombres amándose era una aberración gigante, entonces debía ser cierto, eran mayores y sabios, tenían más experiencia que ellos que eran jóvenes.
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God Must Hate Me || Bajifuyu ||
FanfictionUn chico religioso que conoce a otro chico nada religioso.