Capitulo 13

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Cambia formas.

Eso es lo que son. Todos en el universo pueden cambiar a la forma de un lobo y volver a ser humanos.

Los lobos son depredadores naturales con presas naturales.

Es decir para satisfacer a su lobo interior, irían de "caza". Sin embargo, ellos van a estas cacerías ocasionalmente, respetar lo humano que hay en ellos. Leyenda dicen que si cazas con demasiada frecuencia, estaras permanentementes atrapado en tu forma de lobo, incapaz de volver a cambiar a humano.

Sin embargo, Checo cree que la comida cocinada sabía mejor.

La pareja alpha-omega ya estaba en forma de lobo, caminando por el bosque, olfateando cualquier rastro de olor. A pesar de tener un olfato afilado, Checo no pudo detectar ningún rastro nuevo, ni siquiera el de una liebre.

Max, sin embargo, sí."Ciervo", Max gira la cabeza hacia Checo, con la cola apuntando hacia su izquierda. "Por aquí."

Checo tiene que admitir que fue bastante impresionante. Max tiene una nariz muy afilada. Sigue al lobo alpha. Los alphas normalmente lideraban las cacerías de todos modos.

Max se detiene de repente y Checo levanta la cabeza y mueve la cola con emoción. Una pequeña manada de ciervos a unos diez metros delante de ellos.

"No hay ningún ciervo", (se refiere a un macho) comenta Max. "Sólo tenemos que preocuparnos de ser pisoteados."

Él asiente. "Vamos por la cierva que está en la parte de atrás". La cierva a la que se refería era joven y pequeña, casi como un cervatillo. Perfecto para cazar. "Los perseguiré hasta ti para que puedas identificarla". El lobo omega negro se agacha y comienza a acechar hacia el lado derecho de la manada.

Max parpadea una vez. Quizás fue porque se suponía que los alphas tomaban la mayoría de las decisiones en una cacería, comandando a la manada. Pero a Max no le importó. De hecho, le impresionó que Checo fuera lo suficientemente inteligente como para pensar en estrategias de caza.

Se agacha donde está, esperando que la maleza pueda cubrir su pelaje de colores brillantes. Quizás fue inteligente por parte de Checo ser quien inició la persecución. El pelaje más oscuro ayudó a mezclarse con el bosque para lograr el máximo sigilo.

Checo acecha hacia la derecha de la manada, colocando con cuidado cada pata para hacer el menor ruido posible. Estaba agradecido por su pelaje negro y su constitución ágil. Era excelente para escabullirse y sorprender a sus presas.

Una vez lo suficientemente cerca, levanta la cabeza y observa atentamente la manada. Actuaron como suelen ser los ciervos: comiendo hierba, levantando la cabeza perezosamente con la esperanza de atrapar a un depredador que se acercara a ellos y luego retrocediendo perezosamente para picotear el suelo nuevamente.

Checo sonríe, agitando la cola con entusiasmo. Que comience la caza.

El omega gruñe, sorprendiendo al ciervo para que se alerte antes de saltar de su refugio entre la maleza. La pequeña manada se aleja corriendo de Checo y él los persigue, con cuidado de no acercarse demasiado para no recibir una patada en la cara. El omega acelera a toda velocidad, tratando de curvar a la manada para correr hacia Max.

De repente, hubo un destello de pelaje dorado combinado con un profundo gruñido. El lobo grande aparece entre los arbustos frente a la manada, lo que hace que los ciervos se dividan en dos grupos. Él rápidamente se da vuelta para perseguir a la cierva objetivo. Max continúa persiguiéndolo, los músculos se flexionan en cada salto y con un salto masivo, el alpha pudo derribar al ciervo sobre su flanco, inmediatamente con los dientes en el cuello de la cierva y arrancándolo. Checo se detiene patinando y el frenético cloclo del ciervo se vuelve más suave a cada segundo.

El lobo omega mira a su alpha: las mandíbulas y el pelaje del pecho ensangrentados. El alpha se deja caer y perezosamente arranca un trozo de carne del flanco, moviendo la cola de vez en cuando. Claramente estaba disfrutando la comida.

Checo se sienta, a varios metros de distancia del cadáver, esperando su turno, como debería hacerlo un omega. Los omegas no comen hasta que los alphas terminan o hasta que el alpha les permite comer.

Max se detiene para girarse repentinamente para mirarlo.

"Oh, lo siento. Lo olvidé", Max aplana ligeramente sus orejas. "Puedes venir a comer conmigo, ¿sabes?"

Checo no dice nada mientras avanza, se tumba junto a Max y le arranca un bocado de carne al ciervo. El ciervo era demasiado para los dos lobos, pero sabían que el bosque tiene muchos recolectores que eventualmente lo encontrarán y acabarán con las sobras. La pareja trota por el bosque, buscando un arroyo en el que lavarse.

Cuando encontraron uno, se tumbaron cerca de él, disfrutando del frescor que irradiaba. Checo comienza a limpiarse, lamiéndose las patas. Luego siente que Max se acerca a él y el suave mordisco de sus dientes y la suave lamida cerca del pelaje de su cuello.

Si Checo no fuera un lobo justo ahora, se sonrojaría. Los lobos se acicalaban unos a otros, especialmente cuando se cortejaban. Pero él hace lo mismo, inclinándose hacia delante para arreglar el grueso anillo de pelo alrededor del cuello del alpha, que había sido ligeramente ensangrentado. Sólo quería devolverle el favor. Eso es todo. Nada más.

No se intercambiaron palabras pero no se necesitaron palabras. Ambos se acicalaron en un cómodo silencio.

Después de pasar un tiempo acicalándose, Checo deja escapar un bostezo y parpadea una vez hacia Max, quien le devuelve el parpadeo. Apoya la cabeza en el suelo, mete las patas delanteras y cierra los ojos. Tenía sueño después de cazar y comer.

Checo no abre los ojos cuando siente que la figura a su lado cambia de posición; enroscándose alrededor de sus cuartos traseros y apoyando su cabeza en la mitad de su espalda. Siente el constante latido del corazón del alpha contra su flanco y escucha su suave respiración.

Mantiene los ojos cerrados, seguro de que estaba a salvo.





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