Tal vez que se encontraran no estaba escrito.
Tal vez no estaban hechos el uno para el otro.
Tal vez si eran esas razones.
Marc y Alba.
Él en la cumbre de su carrera. Un ganador. Acostumbrado a la fama, al éxito, a las alabanzas, pero, siendo un sol...
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📅 PRIMEROS DE SEPTIEMBRE
📅 UN MES DESPUÉS
Estoy sentada en el despacho de Iria, frente a su ordenador. Este fin de semana tenemos una pequeña cena para un amigo de su padre, y aunque ya está todo organizado, ella es muy meticulosa, y me tiene repasando el planning por cuarta o quinta vez. Apenas hemos hablado del tema de Marcos, y lo prefiero, por mi bien, y el de ella.
-¡Que puto calor, joder! -la voz de mi amiga entrando por la puerta, me hace desviar mi mirada de la pantalla para centrarme en ella. Se deja caer en la silla que hay frente a mi y mueve un poco el ventilador que tengo al lado del ordenador para refrescarse la cara.
-¿A quién se le ocurre irse a comer al centro en el autobús? solo a ti -le contesto burlándome de ella. Iria me da una mala mirada y vuelve a cerrar sus ojos disfrutando del aire que le da en la cara- y por cierto, ¿Qué tal te ha ido? no me has contado nada de tu misteriosa comida.
Iria abre los ojos y veo como aprieta sus labios y después se los muerde de manera nerviosa. Deja el ventilador a un lado y se endereza en su silla para contestarme.
-Es que hasta que no tuviera nada claro lo que me han propuesto, no quería decirte nada, Alba -el tono misterioso de su voz me deja algo confundida.
-¿A qué te refieres? -Iria toma aire muy lentamente y lo deja salir igual de lento.
-Me han ofrecido un trabajo en Las Vegas. Seré la chef ejecutiva del Hotel Bellagio. Es un sueldazo y me dejan capacidad creativa total.
Miro perpleja a mi amiga sin poder creerme lo que me cuenta, pero, feliz porque sé que es un sueño para ella. Siempre ha querido ir a Estados Unidos y triunfar allí, sin tener detrás la sombra de su padre.
-Joder, Iria, no sé qué decir -le contesto por fin, después de haber salido de mi sorpresa.
-Di que te vienes conmigo. Voy a necesitar una buena repostera y o tú, o nadie. Me quieren para dentro de un mes. Así que...
-Tengo que decírtelo ya -termino su frase viendo como ella asiente a mis palabras. Aprieto mis labios pensando en cada una de ellas y la repercusión que van a tener en mi vida.
