𝙀𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙖𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙖𝙡𝙢𝙖 𝙥𝙞𝙧𝙖𝙩𝙖 ☠ [𝙈𝙖𝙞𝙩𝙖𝙠𝙚]

「¿𝚃𝚎 𝚐𝚞𝚜𝚝𝚊𝚗 𝚕𝚊𝚜 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊𝚜?」

Si alguno de los tripulantes vería el comportamiento tranquilo de Mikey en estos momentos, de seguro armaría un alboroto, pidiendo regrese su capitán

Ambos rubios descansaban en la playa de aquella isla, el sol ya se había escondido, dejando a la luna hacer su trabajo, el pirata tenia la pensativa al ver las olas y esto lo observo Hanagaki, que se empezaba hartar del silencio, quería respuestas pero no sabia si era adecuado preguntar

— Te gustan los cuentos?

— Disculpa?

— Eres un príncipe, supuse te gustaban esas historias

— Si me gustan, solo me tomaste desprevenido

— A lo largo del tiempo se crearon muchas historias, cuentos y leyendas sobre brujas, dragones y vampiros, si embargo las historias de piratas son mas que advertencias para los pequeños niños

El rubio de orbes celeste escuchaba atento, mientras crecía fue escuchando la variedad de historias que le leían las sirvientas, muchas hablaban de feroces dragones que cuidaban tesoros, otras de horribles brujas que comían niños, escucho también historias de reyen inmortales, llamados vampiros y su deseo por la sangre de bellas damas, pero como dijo el capitán las historias de piratas eran advertencia para no ir al mar, advertencias para cuidar de su reino, advertencias y más advertencias, sobre aquellos ladrones del mar

— Aunque haya escuchado muchas historias diferentes, nunca escuche sobre vampiros piratas

— Lo se no es nada común, nosotros no éramos nada de esto 

— Uh? Nada de esto?

— Hace años existió un reino, dirigido por un sabio y bondadoso joven, el reino gozaba de paz y riquezas, pues este Rey acompañado de su fiel hermana sabían como conquistar a sus enemigos, si embargo como las caras de una moneda tenían 2 hermanos menores, cuyo comportamiento no era tan agradable. El mayor dirigía las tropas terrestres, mientras el menor conquistaba el mar, ambos eran muy reconocidos por su fiereza en batalla, no importaba que tan feroz era la batalla, siempre cuidaban de los suyos

Takemichi que se encontraba atento a la historia noto como el pirata sonrío melancólicamente como si recordara algo, mientras proseguía contando

— Un nefasto día el Rey enfermo . . . los tres príncipes desesperados de escuchar a cada medico decir que no había solución, buscaron ayuda en la hechicería, aun con el intento de cada mago del reino, no hubo cura . . .

— Como que no?, que paso entonces? — el rubio se veía preocupado por aquel rey de esa historia que causo cierta gracia en el pirata

— Al pasar los días llego una carta al reino, un mago descubrió la forma de salvar al rey, pero debían emprender un viaje hacia otra isla, en busca de una flauta especial.

— Espera, espera . . . siento que esa flauta la escuche en algún otro lado 

— Eso es imposible 

— No no, créeme . . . ya recordé!! , en la isla donde me secuestraron, una ansiada conto un historia sobre cuatro príncipes y una batalla

— Que dijo?

— Recuerdo poco, dijo que uno de los hermanos era ambicioso y peleo con sus hermanos por el trono, en batalla murieron y el sobreviviente busco una flauta para cambiar su destino

— Con que esa desgraciada dijo eso . . .— susurro enfadado 

— Que . . ? 

— Olvídalo, caminemos de regreso

— Espera quiero saber el final de la historia

— Sera otro día, por ahora espera

— Aun así no entiendo como una historia me explicaría como eres vampiro y pirata a la vez . . . acaso dejar con dudas es tu pasatiempo

— Pero vaya, que príncipe para más confianzudo de la noche a la mañana, hasta hace horas no podías ni mirarme y hora me reclamas 

— No es mi culpa ser curioso

El pirata reía al ver al joven príncipe hacer rabietas para saber el final, pero sabia que aun no era hora de aclarar las cosas. No se trataba de confianza, sabia que si el chico hablaba de más podría matarlo, pero se resistía a esa idea 

— Llegas tarde . . .

— Perdón Inui, el capitán me pidió caminar 

— Aja te creeré por ahora, pero que mal que me dejes solo

— ESPERA, no estabas solo yo me quede aquí — ahora el de hebras celestes se quejaba

— Eso no cuenta, cuando grite que me ayudaras no saliste, vaya amigo

— Me quede dormido, no era mi culpa

— Espera, espera como que gritaste por ayuda, que paso? — la confusión se veía en su rostro

— NADA!!! — el de cicatriz se giro y metió a la cama junto al peliceleste, quien no dudo en abrazarlo para dormir, su gemelo no era de ayuda en las noches

— Cielos . . . desaparezco un rato y ya me perdí el tema — suspiro bajo sentándose en su hamaca — Chicos que saben de Nahoya y Chifuyu

— Naho no regresa del pueblo y Chifuyu debe estar perdido con esos comandantes

El rubio soltó un suspiro más pesado, mientras se recostaba y trataba de dormir, a esas alturas prefería caminar con el capitán por la playa y seguir escuchando la historia