Una artimaña maligna

Capítulo 13

Este capítulo no ha sido editado, disculpas por cualquier error de SPAG.

Daphne Greengrass estaba segura de que si uno le preguntara a sus maestros sobre ella, se la consideraría una estudiante brillante, si no excepcional. Cuando el profesor Snape le quitó puntos en su oficina, la noche en que interrumpió las 'pociones de recuperación' de Harry' - Era solo la tercera vez en sus cinco años en Hogwarts que había perdido alguno. Ciertamente nunca había tenido ninguna causa para ser enviada a la oficina del Director. De hecho, no había hablado tanto con el hombre.

Y, sin embargo, aquí estaba, ni siquiera una semana después de sus vacaciones de verano, sentada frente a él, llorando bajo su mirada dura.

"Me temo que tendré que insistir en que respondas la pregunta."

"Somos Harry y yo, estamos juntos."

Dumbledore sonrió, pero no llegó a sus ojos. "Confieso que soy demasiado antiguo para afirmar que entiendo a los adolescentes, pero he pasado medio siglo en Hogwarts. Una relación repentina contigo parece bastante fuera de lugar para Harry, si no te importa que te lo diga."

¿Qué negocio era suyo, de todos modos? "No estabas realmente tan cerca de este último término. Señor."

"Eso puede ser, pero mis asociados me dicen que no se esperaba su llegada a Privet Drive. Cómo aprendiste exactamente la ubicación de los parientes de Harry?"

Al menos tenía una respuesta lista para eso. "Le envié un búho y lo seguí en su escoba."

"Es así?"

"Sí. Soy consciente de que podría considerarse una violación menor del Estatuto. Pagaré la multa."

"Ese no es el problema."

"Y no debería tener que quedarse con esos asquerosos muggles, independientemente! Son horrible, viviendo en la inmundicia y la miseria!"

Dumbledore se recostó en su asiento, acariciando su barba mientras miraba a Daphne. Finalmente, habló de nuevo, "Pasaste los últimos tres días con Harry. Sin duda, su situación de vida te parecía extraña. Supongo que las prácticas y culturas muggles deben ser extrañas y aterradoras, dados tus antecedentes."

"Extraño? Esa no es la palabra YO usaría. Por qué no se lo han quitado?"

Dumbledore hizo una pausa, aparentemente sopesando cuánto decirle antes de responder. "La decisión de dónde colocar a Harry en 1981 se tomó teniendo en cuenta su seguridad. Sus parientes muggle proporcionan la base para protecciones mágicas de inmensa fuerza." Extendió la mano, arrancando una gota de limón de un tazón en su escritorio y metiéndola en su boca. "Las protecciones mágicas de las que corriste un gran riesgo."

"Estás hablando de tus guardias? Porque el que 'miró' a Harry se desmayó cuando llegué."

"Me refiero a los encantamientos alrededor de la casa de los Dursley, formados por el sacrificio de su madre por Harry. Son la base de un sistema de barrio tan temible que incluso Lord Voldemort no se atreve a acercarse. Un sistema de barrio," Dumbledore sostuvo su mirada de manera significativa, "que resultaría instantáneamente fatal para cualquiera que llegara con malas intenciones hacia los residentes del Número Cuatro, Privet Drive."

"Quieres decir que si yo, bueno, eso no solo muestra mis intenciones son bueno?" Sintió gotas de sudor sobre su frente. ¡El riesgo que había tomado era monumental! Si los encantamientos la hubieran juzgado de la manera equivocada, su campaña para salvar a Astoria, junto con la propia vida de Daphne, podría haber terminado muy abruptamente.

"Ahora he respondido a tu pregunta, me gustaría que respondieras a la mía. La verdad, esta vez, señorita Greengrass. Cómo encontraste la casa de Harry?"