Una artimaña maligna

Capítulo 18

La Sala de Requisito, cuando Daphne llegó a conocerla a través de Harry y sus amigos, dio un respiro a las presiones de Hogwarts. Tener un lugar al que "llegar a casa" todas las noches le dio a Daphne la oportunidad de recuperar el aliento, de recuperarse en preparación para otro día.

También fue un lugar fantástico para besar.

"Harry-" ella se fue cuando él ahuecó su mejilla en su mano, las protestas desaparecieron mientras sumergía su cabeza para besarla de nuevo. Sin embargo, antes de que él pudiera distraerla más, ella se alejó más insistentemente. "Has hecho un desastre con mi maquillaje."

"Te ves encantador desde donde estoy parado", dijo con voz áspera y gutural, eso la hizo querer olvidar sus planes y pasar el resto de la noche presionada contra su vanidad. O cualquier superficie contra la que eligió besarla, de verdad.

"Estás usando más lápiz labial que yo", respondió Daphne, usando sus dedos para tratar de borrar la evidencia de su breve interludio. "Ahora tendré que volver a aplicarlo. Te paras allí."

Harry pasó una mano a través de su cabello eternamente desordenado, mostrándole una sonrisa rápida y moviéndose a través de la habitación hasta donde señaló. "Realmente te ves impresionante."

Comprobando su apariencia en el espejo, dobló un pañuelo por la mitad y lo presionó sobre sus labios para absorber cualquier exceso de cosméticos. "Y tú parece que deberías haberme dejado comprarte un nuevo atuendo."

"Qué tiene de malo esto? Me gusta", dijo, mirando la camisa roja y los pantalones negros que le había comprado a principios de verano.

"Tienes exactamente un atuendo que te quede bien, y dudo que esta sea la única fiesta a la que asistiremos."

"Solo voy para poder conocer a esta mujer que conocía a mi madre y a Sirius."

"Sí, solo lo has dicho unas pocas docenas de veces", respondió Daphne, poniendo los ojos en blanco mientras terminaba de reparar su maquillaje. "Sin embargo, podría ser divertido, y estoy seguro de que el profesor Slughorn tendrá más reuniones."

Harry tomó su mano y salieron de la Sala de Requisitos, comenzando la larga caminata a las mazmorras desde el séptimo piso. "Puedo pensar en mejores cosas que hacer que desfilar alrededor de un montón de gawkers. Ya es bastante malo cómo me trata en pociones."

"Tal vez, pero tú tener he sido brillante este año. Grumble todo lo que quieras, obviamente ha sacado lo mejor de ti." Harry no respondió a eso, así que continuó, "Y nos guste o no, iremos a muchas fiestas como esta una vez que salgamos de la escuela. Mi familia es bastante rica, y tú eres famosa. Seremos buscados como invitados, y no serviría para alienar a los tipos de la alta sociedad."

Su ritmo se desaceleró, y ella le disparó una mirada de interrogación sobre su hombro. "Harry," ella comenzó con no un poco de exasperación. "Vamos, ya vamos a llegar tarde."

La detuvo, todavía agarrándose a su mano. "Quieres decir que iremos juntos? Después de Hogwarts?"

"Por supuesto", dijo, como si fuera obvio. 'Eso fue obvio, ¿verdad?' "Está todo bien?"

Una sonrisa lenta y brillante iluminó sus rasgos. "Sí. Sí lo es."

Daphne devolvió su sonrisa, aunque un poco vacilante, pero la reticencia previa de Harry sobre el Slug Club parecía haber desaparecido. Llegaron a su salón de clases a la moda tarde e inmediatamente fueron atacados por su profesor, guiados de introducción en introducción.

Mientras Slughorn ('Llámame Horace, querida, ¡esto es una fiesta!') Los mostró como un par de artículos de coleccionista, Daphne catalogó la decoración y los alrededores. Impresionantes pinturas de, presumía, artistas famosos cubrían las paredes, y había conmovedoras fotografías de Slughorn con varias figuras de considerable importancia y notoriedad. Había excursiones y bebidas afrutadas (no alcohólicas, descubrió), aunque los invitados adultos tenían copas de vino. Un gramófono encantado tocaba una melodía alegre y alegre, y la habitación estaba bien poblada a pesar de lo que parecía ser un poderoso Encanto de Expansión que triplicaba los pies cuadrados.