Crimen 31

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Residencia Guerrero

— Luisita...— Sebastián aprieta con sus manos la arena debajo de él.

— Sebastián...¡Sebastián!...— Luisita le sigue hablando al ver que el chico cierra los ojos, desmayandose.— ¡Sebastián, por favor resiste!

— ¡Dónde está la ambulancia!, ¡Ya la llamaron o no!— Exclama Marcelino.

— ¡Viene en camino!— Dice Marisol volviendo de la casa.

— ¡Sebastián!, Sebastián, por favor no te mueras.— Suplica Luisita intentando despertarle.

Hotel de la Vega

23:00 hrs.

Gabriel se encontraba bebiendo whisky, sentado en el sofá de su habitación de hotel, cuando su móvil comienza a sonar.

— Dime, Roque, ¿cumpliste con lo prometido?

Sí, señor. Ya lo hice.— La gran sonrisa de Gabriel aparece.

— ¡Muy bien, Roque! Te recompenzaré por esto.

Gracias don Gabriel, pero necesito contarle algo.

— Qué pasó... ¿algún problema?

Antes de dispararle al tipo, Amelia Ledesma estaba ahí. La vi cuando se estaba yendo.

— Amelia? Estás seguro?

Sí, señor. Claro que era ella. Estaba con Luisa, yo la vi.

— ¿Crees que te haya visto...?

No me vio. Subió a su coche y se fue... creo que ni siquiera escuchó los disparos.

— De acuerdo, Roque. Ahora ocultate...y no se te ocurra llamarme, yo te llamaré y muchas gracias por todo.

— No hay de qué, estaré esperando su llamada.— Cuelga.

Camino al hospital, dentro de la ambulancia

— Tenemos un caso de disparo. La condición del paciente es crítica, tiene tres heridas. Aplicaremos tratamiento de emergencia. Preparad el equipo que vamos en camino, gracias.— Comunica el paramédico al hospital, revisando junto a otro la condición de salud del policía que estaba recostado sobre una camilla, con la camisa abierta, descubriendo su torso. Luisita sentada cerca, lloraba tomando su mano, mientras que Ignacio la acompaña como copiloto dentro de la ambulancia.

— Sebastián, por favor no me dejes, no te vayas...— Solloza la rubia.

Hospital 12 de octubre

23:30

Los médicos trasladan la camilla con Sebastián dentro del ascensor, para trasladarlo a pabellón. Mientras Ignacio abraza a Luisita que lloraba desconsolada.

— Luisita, por favor, se fuerte, no te desesperes que le puede hacer mal a tu hijo y a ti, por favor.

— Te-tenemos que llamar a Sebas y avisarle...

— De acuerdo, tienes el contacto?

— Sí... Yo lo llamo.— Luisita luego de limpiarse sus lágrimas, marca a Sebas para comunicarle la tragedia.

Hola, cómo estás, Luisita. ¿Todo bien?

— Sebas...

Qué pasó, Luisita...¿Por qué lloras?

— Sebas... sucedió algo terrible... Sebastián está herido...

Qué...mi sobrino...herido?...— Luisita continúa llorando y la llamada se corta. Ignacio vuelve abrazar a Luisita para transmitirle fuerza.

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