Docente de la Universidad de Columbia busca pareja del mismo sexo para una relación que no se base en atracción física o deseo sexual. ¿Encontrará alguien que dé con la talla?
*Esta historia es victuuri*
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Cuando Chris vio el anuncio al encontrar a varios de sus alumnos reunidos conversando sobre ello en medio de la clase los mandó a todos a casa media hora más temprano. Con el periódico ya circulando por toda la universidad, no podía deshacer el daño causado, pero si preguntarle a su mejor amigo qué había pasado por su cabeza al publicar algo como eso.
―Estas loco?―le dijo apenas entró a su oficina mostrándole el periódico en la mano. Obviamente lo estaba. Su mejor amigo siempre había sido impulsivo y algo fuera de lo común, pero eso ya había sido demasiado.
―Así que ya lo viste.
―Sí, así como todo el cuerpo estudiantil. ¿En qué estabas pensando?
―¿Pero por qué te sorprendes?
―Victor, entiendo que estés pronto a atravesar la crisis de los cuar…
―¡Ni te atrevas a decir algo! Soy uno de los profesores más jóvenes de la Universidad! Incluso soy más joven que tú.
―¡Hey, solo por mes y medio! ¡Y no me cambies el tema! ¡Explícame qué te dio para publicar este anuncio en el periódico de la universidad!
―Chris, sabes que llevo años saliendo con diversas personas y ninguna de ellas me ha hecho sentir eso que todos los libros de los que hablo en mis clases y que he leído en mi vida expresan.
―Bueno, es que el problema está en que todo aquello de lo que hablan no existe, Vitya. El amor no es perfecto y es más complejo que solo un "y vivieron felices para siempre".
―Así parece, por eso he decidido que ya no seguiré esperando a que mi "verdadero amor", mi "alma gemela", mi "destinado" o lo que sea se aparezca.
―Y en su lugar quieres obligar a alguien a que te ame con el cerebro y no con el corazón.
―Creo firmemente que entre dos adultos racionales se puede establecer una relación consensuada muy civilizada y eficiente. El amor a la larga es un compromiso, por tanto, también es un acuerdo.
―La racionalidad no puede mover por sí sola una relación, Victor―su amigo empezó a sobarse el tabique de la nariz, seguro que en cualquier momento la migraña que estaba formándose iba a salir―. ¿Qué hay del deseo, de las ganas de besar a alguien con pasión, de sentirlo sobándose contra tu entrepierna, de…?
―Por favor, mantengamos esta conversación apta para menores de edad.
―¡Ah! Tú sabes a lo que me refiero.
―Lo sé, pero creo que el deseo está sobrevalorado. Todos aquellos deseos febriles que uno puede llegar a tener por alguien desaparecen con el tiempo y el amor se ve reflejado en la amistad y confianza que hay entre ambos, en la decisión de acompañarse pese a todo. Remarcas lo sexual cuando es lo espiritual lo que cala en el alma, lo que verdaderamente compenetra a uno con otra persona, Chris.
