siete

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—¿Cita? Pero… ¿Minju y tú no estaban juntos?

—Oh, eso, no… decidimos mejor quedarnos como amigos. Siempre fuimos más una amistad que otra cosa así que no fue un problema.

La cara de Jeongin se iluminó, pero al instante cambió a ¿Decepción?

—Oh, supongo que eso está bien.

Era hora. Debía preguntarlo antes de acobardarse para siempre.

—Jeongin, ¿Tú estás saliendo con alguien?— al ver la cara de sorpresa del contrario se apuró a aclarar —digo por lo del beso del otro día, no sé si te sentiste presionado pero no quisiera haberte ocasionado problemas.

—No. No me sentí presionado ni estoy saliendo con alguien.

—Oh, ya veo…

El silencio en el que entraron era tan incómodo que Hyunjin estaba a punto de fingir un desmayo para salir de la situación. Hasta que vio al contrario acercarse y posar una mano en su mejilla, Hwang lo miraba a los ojos sin saber qué hacer ni qué decir, pero Jeongin seguía acercando su cara a la suya y no pudo evitar desviar la mirada a sus labios, esos rojos y apetitosos labios.

¿Puedo? Susurró el menor y Hyunjin asintió aún perdido en la belleza de Jeongin.

Y tal como la última vez, ese beso fue una explosión. Hwang era por demás inexperto, pero Jeongin lo guiaba de tal forma que al cabo de unos segundos sus lenguas ya se habían encontrado y sus manos no dejaban de acariciar la piel contraria. No pudo ni replicar cuando Jeongin ya se había subido a su regazo para besarlo más fuerte, más caliente, más cerca.

Y Hyunjin no sabe de dónde sacó la determinación ni el coraje, pero se levantó con el rubio prendido a su cadera y los encaminó a su habitación.

No podía parar.

Jeongin era más de lo que podía desear. Su piel era tan suave, sus manos eran expertas para acariciarlo, su torso descubierto -porque el hoodie ya estaba en el piso- era tan perfecto. El menor estaba recostado al lado suyo, los dos estaban ya sin prendas superiores y el contacto piel con piel era embriagante. Hwang sentía que podía fundirse en la piel del rubio.

Comenzó a bajar las manos desde la cintura del menor mientras besaba su cuello, escuchando los pequeños y agudos gemidos que llenaban el silencio de su habitación. —¿Puedo?— Le preguntó y llevó sus manos a esas piernas que se moría por acariciar. —desde que llegaste que quería acariciarte las piernas, son tan suaves…

—Jinnie, tengo que preguntar… ¿Hasta dónde quieres llegar hoy? Porque realmente me gusta esto pero estoy seguro que es tu primera vez con un hombre…

—No lo sé, sólo no quiero parar… ni quiero que sea incómodo para ti.

—¿Incómodo? Jinnie, dame tu mano— y acto seguido llevó la mano del mayor a su erección escondida en sus shorts —no estoy incómodo. Estoy caliente. Y quiero que me folles.

Dios. Si. Jeongin tenía un doctorado en volverlo loco.

Miró los ojos brillantes de Yang y se abalanzó sobre él, abriéndole las piernas y acomodándose entre medio, rozando sus erecciones y besando, lamiendo y mordiendo cada centímetro de piel que veía. No sabía qué estaba haciendo pero los gemidos del menor le indicaban que iba por buen camino.

Fue bajando un camino de besos hasta su abdomen y miró a Jeongin como preguntando si podía continuar.

Ya había visto esto muchas veces en los mangas de Minju, tenía que poder. Era sólo chupar un pene. Él podía con esto. Y sobretodo, quería.

Yang se retorció cuando Hyunjin lo tomó con su boca y acarició su cabeza, sus mechones largos, pidiéndole silenciosamente que continuara. Y eso hizo. Continuó saboreando la longitud del menor y cuando sintió que los gemidos aumentaban y que Jeongin trataba de levantar su cabeza para que saliera, lo hizo con más ímpetu. Quería sentir la corrida en su boca.

—¿Por qué hiciste eso?— preguntó el rubio entre balbuceos.

—Necesitaba probarte, eres delicioso, todo tu lo eres— y volvió a besarlo, acariciando más allá, masajeando esos muslos que lo volvían loco y subiendo a su bien formado y respingón trasero.

—Tienes que prepararme, pero puedo hacerlo yo, solo—

—¡No!— lo interrumpió —solo dime qué hacer, quiero prepararte para mí Innie…

Nunca había visto algo tan caliente. Yang precioso Jeongin retorciéndose bajo su toque, con tres dedos suyos en su entrada, el sonido del chapoteo, su boquita entreabierta.

Gracias a Dios y todos los santos por hacerlo gay.

—¿Me permites encargarme desde aqui?— preguntó Yang una vez estuvo listo. Y asintió sin saber a qué se refería.

Acostado boca arriba esperó a que Jeongin le pusiera el condón y cuando menos se lo esperó, volvió a tener al rubio sentado a horcajadas sobre él. Y entre besos y toques, Yang comenzó a sentarse sobre su erección, con cuidado de no lastimarse ni lastimarlo.

Y fue el cielo. El interior de Jeongin era como él, suave y caliente y sus muslos rebotando sobre su cadera creaban la imágen más perfecta de todas.

—Dioses Innie, esto es tan bueno— le dijo con una mano acariciando su cintura y la otra amasando sus muslos y su culo.

—Estoy tan cerca Hyun, por favor córrete dentro de mí—

Eso encendió aún más a Hyunjin, y se impulsó para penetrarlo más fuerte y más rápido mientras sostenía su cintura.

Yang Jeongin lo hizo tocar el cielo. Verlo acabar en tiras sobre su abdomen mientras se derramaba dentro suyo fue lo más caliente que vio en su vida.

Con el rubio desplomado en su pecho se permitió admirarlo y mimarlo. Le acarició la espalda y los hombros y dejó besos en su cabello. No quería que esto fuera algo de una vez. Quería estar para siempre así, con Jeongin desnudo y adormilado en su cama. Y no sabía cómo decirlo.

—Innie… sé que debería haberlo hecho antes pero, ¿A ti te gustaría ir a una cita conmigo?

La risa chiquita con ojos cerrados que soltó Jeongin le puso calentito el corazón.

—Sí Jinnie, quiero ir a una cita contigo.







fin





Bueno no hay mucho más que explicar
Hwang Hyunjin se curó de su heterosexualidad.
Seguro habrá un extra pero acá termino la cosa

che qué vergüenza narrar coito no sé cómo hacen es la última vez. Lo narre comiéndome un sanguchito de bondiola y me sentí
una farsante sexual.







fujoshi girlfriend [ hyunin ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora