｡⁠.ﾟ¿ Mala Suerte ? ﾟ. ｡

1

- ¡¿De verdad eso no te molesta Usopp?! - exclamó con sorpresa el Capitán de los sombrero de paja ante la declaración de su compañero.

Este solo rió nervioso, había dicho otra absurda mentira que la mayoría parecía estar creyendosela. Desvió su vista manteniendo una sonrisa orgullosa por sus palabras.

- ¡Por supuesto que no! ¡Yo el gran capitán Usopp soy tan valiente que vivir solo fue nada enrealidad! - Volvió a reír está vez cerrando sus ojos para evitar que notasen lo rotos que estaban, estaba a nada de estallar en llanto...

- ¡Asombroso! Yo no sé que hubiera hecho sin Ace o Sabo Shishishi - rió el capitán volviendo su atención a la comida de la mesa.

- Estoy orgullosa de ti Usopp, yo realmente no puedo decir con tanto orgullo que pude estar sola... - la navegante agachó la vista con molestia, recordar lo que vivió por culpa de Arlong realmente le amarga el alma.

- Oh, ¡lo siento mucho Nami! No quise recordarte eso... - el moreno se llevó una patada del cocinero quien no tardó en acercarse a la mujer que reía con pena por preocupar a sus compañeros.

- Ouch, Gracias por la comida Sanji - bajó su vista con una mueca mirando a su compañera sonreír mientras degustaba su platillo, le alegra que sea tan valiente para poder superar su pasado...

Ojalá yo también pudiera hacer lo mismo, pensó mientras se levantaba y a paso lento salía de la cocina, la mirada fija del espadachin hacia él le tenía algo preocupado.

Pero ignoró aquello y se dirigió al nido de cuervos, tal vez hacer vigilancia no estaría nada mal. Miró el océano moverse con calma, no sentir el viento gracias a la cúpula en la que estaba le tranquilizaba, escondió su rostro en sus rodillas y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

Se regañó mentalmente por ser tan débil, no quería seguir llorando por todo, el quiere ser valiente. Quiere ser un guerrero valiente del mar... Pero que teme a la más mínima criatura, que incluso su pasado le sigue atormentando cada maldita noche.

Ve la cama donde su madre falleció frente a sus ojos, escucha como todos le llaman y gritan mentiroso con gran rabia; observa la costa en la que su padre partió y como juraron que cuando esté volviera su madre se mejoraría de aquella enfermedad que no hizo más que consumirla.

Soltó un grito ahogado entre sus piernas, se siente desesperado por sacar toda la basura que sigue guardando en su interior, ¿Hasta cuándo tendrá que mentir? Seguir diciendo que nunca le importó lo suficiente, sabe muy bien que haber estado solo durante su niñez le era doloroso, porque el sabe lo mucho que le sigue atormentando que no pudiera proteger a su madre.

Un ruido le hizo salir de sus pensamientos, se sobresaltó apretando su cuerpo con fuerza, si alguien lo descubre toda su mentira se iría al caño.

Temeroso levanta un poco su rostro topandose con una cabellera más que singular en ese navío, tal vez no le había ido tan mal. Volvió a encojerse entre sus piernas sintiendo como su compañero se sentaba a su lado sin decir palabra alguna.

Sintió una palmada sobre su espalda, sabía que el espadachin no era bueno con la afectividad, pero sentir aquel tacto sobre su cuerpo le hizo comenzar nuevamente con aquel llanto que intentaba apartar de su rostro.

Derramó un mar de lágrimas, no sabe por cuánto tiempo lo estuvo haciendo, pero el espadachin seguía a su lado. Sin decir nada escuchando cada lloriqueo del chico y cada palabra sin sentido que murmuraba.

Usopp se incorporó lentamente y girandose hacia el hombre le encaró, Zoro estaba serio sin una pizca de burla en su rostro. Sus orbes ónix le miraba como si el moreno fuese la cosa más preciada del mundo, apartó su vista del rostro del mayor y se recostó sobre el regazo del hombre quien solo se dejó ser.