—Oye, Pero entonces, ¿Que harás? —Preguntó Jungwon entre risas desconcertadas. Se sentaba sobre la alfombra del suelo con interés y Sunoo hacía lo mismo, justo frente a él.
No era la primera vez de Jungwon en su casa, al ser muy cercanos y con una amistad casi inquebrantable, solían verse a menudo.
—Supongo que nada, fue bastante triste en ese momento. —Contestó dando un pequeño suspiro y recomponiéndose rápidamente. —De todas formas estuve pensando en que, mientras no le guste nadie, tengo posibilidades con Heeseung ¿No crees?
—Puede ser... A no ser de que sea un hetero con complejos de macho alfa... O fifa. —Añadió, como para endulzar un poco el tema. Sunoo lo pensó un poco y negó despreocupado. —¿No? ¿Qué tipo de hetero es?
—¿Se supone que hay respuestas para eso? —Preguntó de vuelta entre risitas, recordando a Heeseung. —Mm, es lindo. Es muy gentil, amable y divertido, es una buena persona.
—Acabas de conocerlo de todas formas, las primeras impresiones son solo eso. —Dijo alzándose de hombros. Sunoo asintió un poco, sin querer darle la completa razón. —Bien, pasando a otro tema...
Jungwon giró su cuerpo para buscar algo en su bolso, sin embargo su mirada se desvió al tierno osito sentado sobre el escritorio de Sunoo.
—Es muy lindo. —Elogió con ternura. Sunoo abrió los ojos con sorpresa y comenzó a darle palmaditas a Jungwon sobre las piernas, emocionado. —No me pegues, agresivo. —Alegó, encontrando finalmente su celular y prestando atención a su emoción.
—¡Déjame contarte esto! —Pidió. —De casualidad y hablando con Heeseung me enteré de algo muy extraño y casi tétrico.
—¿De qué trata?
—Bueno, ¿Conoces los peluches embrujados? —Preguntó, muy sonriente. Jungwon le miró con pánico. —Busqué sobre ello en internet y encontré una pagina de venta de peluches "mágicos" —Explicó emocionado. Jungwon le miraba con temor. —Salía Sunghoon, agotado.
—Sunoo, no me mientas. —Advirtió.
—¡No es mentira!
Tuvo que buscar el sitio para que Jungwon le creyera... Y pareció estar completamente aterrorizado de haber confirmado que era real, que ese peluche provenía de un lugar así.
—¿Y a qué demonios se refieren con "uso personal"? —Alegó el Yang levantándose y yendo a la cama con rapidez. Veía de reojo al peluche, con miedo.
—Quién sabe. Aunque, no creo que sea algo malo ¿No? Mis padres dijeron que encontraría al amor de mi vida, así que no le temo. Además, ¿No es tierno? —Susurró acercándose al peluche con una gran sonrisa. —Es realmente tierno. Hoon solo permanece sentado, feliz.
—Si, claro. Yo no podría dormir tranquilo con esa cosa en mi misma habitación. —Apuntó, negando.
—Pues yo sí. No digas algo malo de él. —Respondió cruzándose de brazos. —Won, de todas formas, ¿Tú... crees en estas cosas, cierto? ¿Crees que me ayude a encontrar a la persona indicada?
—¿Cómo podría saberlo? —Susurró pensativo. —Pruébalo con el tiempo, tal vez te ayude a ser más positivo y eso basta.
la respuesta no le convenció, pero estaba bien, tenía razón.
(...)
Para cuando Jungwon se había ido, ya era muy tarde, estaba anocheciendo y Sunoo necesitó cerrar las ventanas y cortinas por el frío. Por suerte, su cuarto se mantenía en una cómoda temperatura y la pequeña lampara cálida le hacía sentir reconfortado.
cerró la puerta detrás de él y entonces acudió en busca del peluche como cada día.
Últimamente había dejado de hablar a solas con él, pues le parecía raro hacerlo... Pero era una buena forma de desahogo luego de días intensos.
Tal vez a eso se referían con "uso personal".
caminó hasta la cama y se recostó boca abajo en ella, sosteniendo al peluche entre sus manos, mientras lo veía en silencio, observando muy de cerca los ojitos.
—¿Crees que sea tonto creer en tí?
su tono de voz era suave, como si realmente tuviera miedo de lastimar al peluche con sus palabras.
Sunoo tragó saliva y ladeó su cabeza, viendo la ropita con ternura.
—Da igual. ¿Sabes? Eres tierno, no puedes darme miedo, hoonie.
Y en un abrir y cerrar de ojos, el peluche lindo había desaparecido.
Simplemente desapareció de sus manos, como obra de magia.
Y no tuvo tiempo de asustarse y buscarlo cuando se vió recostado frente a...
Los lentes cayeron sobre la cama, los ojos oscuros y sorprendidos le miraban en silencio. Era terriblemente penetrante e intenso
Sunoo no tardó en alejarse con susto y su corazón acelerado de miedo y sorpresa. Miraba la figura de la nueva presencia allí en silencio, esperando que tal vez le diera alguna explicación.
Sin embargo, pronto recordó al peluche... Y no dudó un segundo en creer que tal vez era un sueño. El peluche, por supuesto, no estaba por ningún sitio... Y lo único que quedaba era él, quién vestía las mismas prendas y usaba los mismos lentes.
No sabía si debería sentirse asustado por eso... Pero no en ese momento, se sintió incluso relajado al pensar en que podría no ser completamente desconocido.
El "estudiante" miró sobre su regazo, buscando por alguna parte el lugar exacto en donde sus gafas habían caído... Y muy torpemente.
—Te... ayudo.
Sunoo se atrevió a acercarse para indicar el lugar en el que los lentes descansaban. El contrario le miró con los ojos bien abiertos y brillosos, analizando todo su rostro y facciones.
—¿Deseas algo? —Preguntó de pronto, en un susurro. Escuchar su voz hizo que su estómago se revolviera, pues era una voz realmente diferente a lo común.
Realmente atrayente.
—¿Qué? ¿Desear? —Preguntó Sunoo confuso. El contrario no dijo ni hizo nada, solo esperó.
desear... ¿La pregunta era seria? porque lo único que deseaba Sunoo en esos momentos era entender lo que estaba pasando... y por qué.
—¿Esto es un sueño? —Interrogó con duda. El estudiante negó, pero dudosamente, como inseguro de ello. —si no lo es, ¿Qué haces aquí?
—¿Yo? Pero... Tú me llamaste. —Contestó, sin embargo, se veía algo incomodo y hasta molesto.
—¿Te llamé?
—Si no me llamas, es imposible que esté aquí. —Explicó sin más. —¿No lo sabes?
—¿Eres el osito, verdad? —Interrumpió. Sunghoon pudo ver que Sunoo no entendía nada de lo que ocurría... Así que solo asintió. —Dios mío... ¿Y... y qué debo hacer? ¿Esto es lo que se supone debe pasar?
—Probablemente. —Susurró. —¿No deberías saber estas cosas?
Sunoo no sabía nada... Y Sunghoon no sabía el por qué.
Se acercó al estudiante entre pasitos nerviosos, hasta llegar y sentarse frente a él en silencio. Le miraba con sus mejillas rojizas, apenas logrando entender que en verdad eso era real.
—¿Puedes ser tú el amor de mi vida? —Preguntó en un susurro. Sunghoon tragó saliva antes de contestar.
—Supongo que sí. —Sunoo tapó su propia boca con timidez. —Dime qué debo hacer
—Entonces, ¿Es así? ¿No buscas al amor de mi vida? ¿Eres tú?