Hola, las cosas pasan muy rápido, así q lean tranqui, no apresuren la lectura
—Oh, Sunoo.
Estaba sentado en una de las muchas mesas del almuerzo, esperando que Jungwon llegara a sentarse junto a él pronto.
Habían pasado algunos días ya. No había sido sorprendente que después de toda la insistencia, no volviera a ver a Sunghoon. Al menos no al humano que se supone, debía ver.
Durante esos días se sintió sensible.
—Hee Hyung. —Saludó, formando una pequeña sonrisa incomoda que el mayor notó... Y trató de ignorar.
—¿Cómo estás? —Continuó la charla. Sunoo asintió sin decir nada más, mientras bajaba su vista. –Te he notado algo extraño estos días. Solo quería decir que... Si alguna vez necesitas hablar con alguien, puedes contar conmigo.
Las palabras de Sunghoon se repetían en su cabeza con tan solo escuchar la voz de Heeseung.
—Todo está bien, Muchas gracias.
El mayor asintió.
—¿Quieres salir a comer algo juntos luego? —Sugirió sonriente.
—Yo... Tengo cosas que hacer. —Contestó, a forma de rechazo.
Era extraño estar rechanzando a Heeseung así, no se sentía bien hacerlo, mucho más por su evidente gusto.
—Oh, está bien. No te preocupes. Puede ser cualquier otro día ¿No? —Insistió, manteniéndose tranquilo y algo sonriente a pesar de que el otro ni le miraba. —Bueno, Hasta luego.
Sunoo solo asintió.
No quería meterse en problemas.
—¿Qué te dijo Heeseung? —Preguntó jungwon, sentándose a su lado con extremo interés. —Vamos, dime qué te dijo.
—Me invitó a salir pero... le dije que no. —Respondió, simple y dando un gran suspiro. Su amigo le miraba en silencio, como esperando explicación.—Jungwon, vamos a mi casa hoy. Hay algo que necesito mostrarte. —Dijo cambiando el tema. Su amigo rodó los ojos.
—¿Por qué lo rechazaste? Estabas emocionado por gustarle. ¿Qué se supone que pasó?
—Si te lo digo aquí sonará tonto.
Lo haría, definitivamente. Jungwon probablemente no le creería.
(...)
—Entonces dices que el peluche que se convirtió en humano te advirtió sobre Heeseung, diciéndote que no es una buena persona. —Repasó Jungwon, sentado sobre la cama y con una mala cara. —Sunoo, ¿Estás durmiendo adecuadamente?—Preguntó seriamente. El nombrado suspiró rendido. —Lo digo porque puede pasar y no te preocupes, solo debes dormir mejor.
—No, juro que fue real. Él vino. —Le apuntó insistentemente, jungwon posó su mirada por el oso pequeños momentos y suspiró.
—Entonces si es real como dices, dile que venga.
—Ese es el problema ¿Entiendes? No viene cuando se lo pido, como si apareciera cuando quiere. —Explicó. su amigo fingió entender y negó. —Jungwon, debes creerme.
—Te creeré si lo veo por mí mismo.
Sunoo no tenía de otras, pero sabía que el oso no cooperaría, mucho menos con alguien más en la habitación.
