Tres.

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Con el menor, fue hasta el ascensor, bajando al estacionamiento en busca de su auto, al llegar abrió las puertas dejando todo en la parte trasera, para cuando se dispuso a dejar al Omega en su asiento, este no se movió, manteniéndose aferrado a su cuello.

—Metawin, no puedo conducir contigo sobre mi— Cada que quería bajarlo este se resistía, así que comenzó a saltar a ver si se soltaba.

—¡Detente, joder!—

—¡Vamos! Eres como un Koala bebé rabioso. Es raro— dijo en tono quejumbroso, y es que se portaba como un bebé malcriado.

—Solo no me hables tan fuerte— había sacado su cara del cuello contrario para mirarlo.

—Lo siento, Winnie— canturreo apretándole la nariz mientras reía, ganándose un manotazo del más bajo.

—¡Ay! ¿Tienes alguna fijación con mi nariz?. Además, no me gusta toda esa mierda sentimental.

—Y aun así, sigues sobre mí.

—No me culpes, son las hormonas— Bright contrajo su boca en una linea recta y lo sintió aflojar su agarre para bajar de él y subir al auto.

La situación le parecía extrañamente hilarante. Siendo tan arisco, mandándolo a la mierda cada que tiene oportunidad y, sin embargo, no queriendo alejarse, sabe que es consecuencia del celo, pero no deja de verlo gracioso. Metawin es malhumorado e independiente; rehusandose a usar honoríficos con la mayoría del equipo, maldiciendo todo lo que se mueve cuando está enojado, lo que le hace gracia. Le gusta lo diferente que es y aunque ahora están envueltos en algo complicado, le gusta la idea de ver nuevas facetas de él.

Dio la vuelta y entró al carro, poniéndolo en marcha, iban en silencio hasta que el rubio lo rompió.

—Tú, ¿vives solo?

—¿No es un poco tarde para preguntar eso?. Digo, ya estamos de camino.

—Todavía puedo tirarme— dijo y escuchó cómo caía el seguro de las puertas. —No iba a hacerlo realmente.

—No creo en la palabra de gente loca.

—Aún no respondes mi pregunta.

—Vivo solo.

—Entendido— murmuró.

Quince minutos después pararon frente a una farmacia para comprar supresores.

—Vuelvo enseguida.

—Voy contigo.

—Es mejor que te quedes. Será algo rápido.

—No quiero quedarme solo— Definitivamente el celo lo hacía actuar muy diferente.

—No te pasará nada, volveré en pocos minutos— esas palabras le entraron por un oído y le salieron por el otro.

—Voy contigo. —repite el Omega con ese tono que seguía haciendo.

—Si te marco con mi olor... ¿Te sentirías mejor y te quedarías?— Preguntó indeciso después de unos segundos. Era mejor para ambos si se quedaba a bordo, así que fue lo único que se le ocurrió. A Win esa propuesta lo tomó por sorpresa; sin embargo, y para su sorpresa no le molestaba la idea, su olor era agradable después de todo, así que aceptó como si no fuera la gran cosa.

¡Si era gran cosa!

Asintió y observó a Bright acercarse e inclinarse sobre él, moviendo a un lado la tela de su camiseta, dejando espacio suficiente para ingresar a su cuello. Hasta ese momento todo iba bien, claro, no contó con que se le cortaría la respiración al sentir su lengua recorrer su glándula de olor, no contó con lo bien que se sintió y tampoco con que la pasaría de nuevo, rozando sus dientes en su piel, culminando el contacto dejando un pequeño beso. El mayor se quedó ahí, quizá más tiempo del "debido" antes de alejarse y mirarlo a los ojos. Ni siquiera estaban avergonzados, más bien sorprendidos.

C E L O  ლ  [Adapt. BrightWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora