𝐋𝐞𝐚𝐡
Íbamos a salir ya de aquella puta discoteca aunque se nos apeteció la última copa así volvimos a la barra.
-Leah, mejor nos vamos ya.- Habló mi amiga. Yo sudaba y realmente quería beberme esa Coca-cola con hielos.
-No Kiara, en serio quiero beber algo.- Dije oniéndome delante pero rápidamente me arrepentí.
Ahí en frente se encontraba mi novio Marc con una rubia comiéndose hasta las cuerdas vocales. Me heché a llorar de la rabia y me giré para abrazar a mi amiga.
-Leah, vámonos.- Me gritó Kiara.
-No, eso sí que no, esto se acaba aquí.- Finalicé secándome la mejilla.
Me encaminé hacia él. Le toqué el hombro y cuando me miró casi se le salen los ojos de las cuencas. Le dí una cachetada con toda la fuerza que había sacado de no sé donde y le grité.
-Vete a tomar por culo, Marc.- Y salí de ahí.
Luego recordé a Kiara y cuando me giré me encontré a Pedri, ahí parado.
-¿Era tu novio?- Yo solo asentí en respuesta. -¿Te ha engañado más veces?- Volví a asentir. -Vamos, te acompaño a casa.
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Llegamos a mi casa e iba a salir del coche, pero su voz habló.
-Buenas noches, Leah.
-Para tí soy Leíta, buenas noches, Pedro.- Ay dios, claramente bebí demasiado.
Salí del Mini Cooper y entré a casa. Subí intentando hacer el menor ruido posible, mi hermano estaría dormido. Entré a mi habitación, le escribí a Kiara diciéndole que había llegado a casa sana y salva y me dormí.
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-Agh, ¿Quién coño hace ruido un domingo a las dos y media?- Me levanté porque ¿Y qué remedio?
Bajé y me arrepentí al segundo. Empieza fuerte el día.
-¿Qué hace él aquí?- Mi hermano y PEDRI estaban hablando me estallaba la cabeza y había un culer en mi casa.
-Hola Leíta. ¿Tan temprano de mal humor?- Esto sí que no. - Tengo que hablar contigo, 𝑴𝒐𝒓𝒆𝒏𝒂.
-Oh no tu quédate hablando con el traidor de mi hermano.- Dije para darme la vuelta y mirar a mi hermano con los ojos entrecerrados.
Entré a la cocina a por agua y una aspirina, pero ALGUIEN me persiguió, agh.
-Oye 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒊𝒅𝒊𝒔𝒕𝒂, tenemos que hablar de lo que pasó anoche.- Hablo de nuevo, me gusta su voz pero ahora necesito que se calle.
-Oye 𝒄𝒖𝒍𝒆𝒓, no quiero hablar contigo, ayer no estaba en mis cinco sentidos y se nota bastante, yo nunca pero nunca saldré con alguien como tú.
De un momento a otro me acorraló contra la encimera con sus increíbles y musculados brazos. Me puse muy nerviosa no sé porqué pero tampoco se lo iba a hacer notar.
-Te seguiré hablando y me amarás, lo juro.- Dijo y me dí cuenta de que estábamos demasiado cerca, así que lo empujé.
-𝑺𝒆𝒓𝒂́𝒔 𝒑𝒂𝒚𝒂𝒔𝒐
-𝑺𝒆𝒓𝒆́ 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂
-Fuera de mi casa.- Le grité, estaba un poco confundida pero no sé quién se creía para hablarme así.
-¿No me acompañas a la puerta? Está bien pero acuerdate de lo que te he dicho, 𝒂𝒎𝒐𝒓.- Finalizó y se fue no sin antes besarme la mejilla.
Cuando escuché la puerta cerrarse salí a fuera para hablar con mi hermano.
-¿En qué estabas pensando al dejarlo pasar? Ahora tengo que desinfectar la casa, Raúl.- Hablé en busca de alguna respuesta.
-Pensé que habiaís hablado y yo que sé fue majo conmigo y me lo pidió por favor.- Respondió.
AAAAAAGHHHHH yo lo mato.
-Si vuelve a venir me llamas y voy yo a la puerta. ¿Queda claro?- Pregunté para quedar segura.
-Queda claro.
Aunque Raúl fuese dos años mayor que yo siempre nos habíamos llevado bien. Obviamente de pequeños si hubo alguna que otra peleita pero nada fuera de lo normal.
Subí a mi habitación para cambiarme e ir al gimnasio pero en el último escalón mi teléfono sono indicando un mensaje. Para mi desgracia era de Raúl. Quería quedar para hablar.
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-Hola, preciosa.- Me saluda Marc como de costumbre.
-Marc tienes cinco minutos para hablar y deja de llamarme preciosa, no voy a volver contigo.- Respondo seca.
-Vale. A ver, te quería aclarar que ayer estaba muy borracho y no sabía lo que hacía.
-Marc, sirmpre estás muy borracho y no sabes lo que haces. A parte de que me has sido infiel dos veces, no nos hablamos Marc, no quedamos ya no nos queremos, Marc. Es mejor dejarlo aquí.- Dije y me levanté de la silla para irme pero Marc no me dejó.
Me agarró la muñeca y habló
-No Leah, si no vuelves conmigo entraré en depresión de verdad necesito que estés conmigo.
-Marc vete a un psicólogo, yo no te puedo ayudar.- Respondí.
-Leah por favor.- Dijo pero luego le cambió la cara como si un fantasma hubiese aparecido detrás mío.
-Eh tú, deja en paz a la chica, tío, no te arrastres, no te quiere.- No, no puede ser él.
¿Esto es en serio mundo? ¿ Porqué a mí? ¿ Por qué me encuentro a este chico hasta en la sopa?
-¿Eres Pedri? ¿Nos podemos sacar una foto?- Eso es lo primero que se le ocurre decir. ¿En serio? Tengo que conseguir personas mejores en la vida.
-Primero deja en paz a esta chica y luego las admiraciones.- Creo que dijo eso solo por cortesía porque su cara era un poema.
-Emm gracias. ¿Pedri?- Fue lo único que me salió decir pero me fui de ahí.
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-Hermanita. ¿Qué cenamos?- Dice mi hermano entrando por la puerta de mi habitación.
-¿Hago pasta?- No es por fardar, pero hago la mejor pasta de España.
-¿Con huevo frito? Uff sí porfi.- Pues parece que me toca hacer la cena hoy.
Me encamino hacia el salón para encender la tele y poner Youtube. No puedo hacer nada sin música. Cualquier tipo: reguetón, pop, trap, salsa, cumbia, bachata, en inglés, en español, en portugués, en italiano, en francés... Lo que sea, pero la necesito para vivir. Aunque reina Quevedo y Feid.
Puse la playlist que prepara Youtube automáticamente yfui a la cocina.
-Hermanita, te pasaste el juego.- Dice mi hermano saboreando los espaguetis.
-Como siempre.- Dije yo bajito para escuchar la serie, Las chicas Gilmore. Nos encantaba esa serie.
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Holiii, no sé si me dará tiempo a subir otro pero espero que os guste.
Voten y comenten porfii.
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𝐍𝐢 𝐥𝐨𝐜𝐚 +18-𝐏𝐞𝐝𝐫𝐢 𝐆𝐨𝐧𝐳𝐚́𝐥𝐞𝐳
Fiksi Penggemar-𝐒𝐞𝐫𝐚́𝐬 𝐩𝐚𝐲𝐚𝐬𝐨. -𝐒𝐞𝐫𝐞́ 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐚. 𝐋𝐞𝐚𝐡 𝐲 𝐬𝐮 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨, 𝐑𝐚𝐮́𝐥 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐨𝐬 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐁𝐚𝐫𝐜𝐞𝐥𝐨𝐧𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐭𝐚𝐫𝐢𝐚 �...