Prólogo

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Taeyong suspiró aliviado cuando entró al edificio donde estaba su departamento, había sido un día pesado en el trabajo, pero aparte de eso deseaba llegar a la seguridad de su casa, se había sentido inquieto a mitad de camino, no sabía si era paranoia o simple sugestión suya pero sentía que alguien lo observaba. 

Negó, eso no era probable, muy seguramente era el nervio que sentía particularmente en estos días donde su ciclo de celo estaba próximo, por suerte siempre tomaba sus inhibidores  y se mantenía alejado de alfas. Pero sabía que esa no era la única razón, las semanas antes de Halloween lo ponían muy ansioso. Aún no superaba lo ocurrido hace años atrás, en una noche como esa. Nunca volvió a celebrar Halloween después de lo ocurrido.

Estaba a punto de cerrar la puerta de su departamento cuando una mano se asomó de forma repentina impidiéndoselo, su expresión de sorpresa cambio a una de terror absoluto, ahí frente a él estaba la personas que menos había deseado volver a ver en su vida: Jeong Jaehyun, Taeyong trató de empujar la puerta con fuerza pero era imposible, Jaehyun de un empujón se había adentrado a su hogar, por la fuerza usada Taeyong cayó al suelo, Jaehyun lo miraba de forma intensa, era más alto y fuerte, un alfa en toda la regla; se veía mucho más intimidante que cuando lo conoció, cuando apenas era un joven, lo que más temía es que era un alfa y Taeyong evitaba a toda costa mantener contacto con ellos.

En el pasado había sido un omega ingenuo, fantaseaba con el sueño de encontrar a su mate, al alfa correcto, aquel que solo tendría ojos para él y lo cuidaría y amaría hasta llegar a viejos, aquello solo había sido un tonto sueño que creyó se había hecho realidad cuando conoció a Jaehyun, estupido e inocente Taeyong, aquello solo había sido el inicio de una pesadilla que hasta la fecha no había terminado y al parecer volvía para atormentar la poca paz que tenía en su vida. 

Jaehyun se agacho para poder verlo cara a cara, no le quitó la vista de encima, como si estuviera asegurándose que no desaparecería de su vista. Taeyong a este punto estaba pálido del miedo y respiraba de forma agitada, estaba tratando de mantener sus nervios a raya, podía sentir que perdería la conciencia si no se tranquilizaba. 

—No has cambiado nada en estos años Taeyong, solo tu cabello— movió con cuidado un mecho de su frente, hace diez años llevaba su cabello en tonos fantasía, casi siempre rubio, ahora mantenía su cabello negro.

Taeyong no habló, sentía que por más que intentara no saldría ni una palabra de su boca, mucho menos un grito de auxilio en caso de ser necesario. 

Jaeyhun negó con la cabeza, sintiéndose decepcionado, no era la reacción que esperaba, hubiera esperado un insulto o un golpe tal vez, pero ver al omega paralizado del miedo no era lo que deseaba. Respiro hondo calmando sus instintos, liberar sus feromonas solo acabaría afectando más el delicado estado de Taeyong.

Por lo que decidió tomarlo de su camisa y lo levantó, fue brusco, quería una reacción de su parte, la que fuera; solo quería ver como lo enfrentaba. Se acercó a él para inspeccionar con mayor detalle su rostro; sus facciones se habían definido, había perdido su grasa de bebé en las mejillas, era incluso más atractivo que en preparatoria, pero notaba que sus ojos habían perdido brillo, antes eran más alegres y vivaces, recordaba las miradas coquetas que le llegó a dedicar, ahora solo reflejaban temor. Tenía miedo de él, temía a Jaehyun. Le tenía miedo a su Alfa.

—¿Por qué? —lo dijo tan bajo que incluso Jaehyun temía haberlo imaginado, se acercó más a él, Taeyong se dignó a mirarlo por primera vez, aparte del miedo había resentimiento en su mirada.

—¿Por qué estás aquí Jaehyun?

—Eso deberías saberlo tú —se  acercó a su rostro, tan cerca que su nariz casi rozaba la contraria. Taeyong negó, esto no tendría por qué estar pasando.

—Te lo diré, quizá en estos diez años aún sigo pensando en aquel día, tal vez debería terminar aquello por lo que me culpaste.

Taeyong tembló ante el recuerdo, podía sentir como las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, aquel día todo había cambiado, hubo un antes y un después en sus vida gracias a lo ocurrido. Ese día Taeyong sintió lo que era un corazón roto, Jaehyun por su parte experimentó la traición por parte de la persona que creía amaba. 

Aquel romance que creyeron podían tener juntos y ser el inicio de una bonita historia de amor, solo había sido una ilusión que fue usada de una forma cruel. Les había dejado una profunda cicatriz en sus almas.

Jaehyun apretó su agarre, poco le importaba el sentimentalismo barato de Taeyong, había tanta rabia y coraje en su interior, quería que el omega pagará por el mal que le había ocasionado, pero una parte de él odiaba verlo sufrir.

Recordaba las sonrisas y las miradas dulces que habían compartido una década atrás, pero todo era opacado por la última mirada que Taeyong le dedicó, lo observó con tanto desprecio y odio, que a veces Jaehyun soñaba con ella. 

—¿Ya no eres tan valiente acaso? —la voz de Jaehyun se escuchó tan fría y distante en ese momento.

—Déjame en paz Jaehyun —haciendo un gran esfuerzo lo empujó librándose de su agarre.

Jaehyun sonrió burlón, se acercó nuevamente a él y tomó su barbilla con fuerza, Taeyong se quejó ante la fuerza usada.

—Me estás aburriendo Taeyong, así que por hoy te dejaré en paz, pero la próxima volveré para terminar lo que empezamos hace tiempo, así que prepárate para abrir tus lindas piernas para mí, acuérdate lo mucho que disfrutabas de nuestro tiempo juntos.

Taeyong sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, abrió sus ojos con sorpresa buscando la mirada de Jaehyun, sabía que aquello no era una simple amenaza, era una promesa y el alfa siempre cumplía su palabra, Jaehyun lo miraba fijamente, no debería pero la reacción de Taeyong había sido satisfactoria para él.

Y sin aviso acercó sus labios a los de Taeyong en un beso que no fue correspondido, el omega estaba inmóvil de la impresión, Jaehyun mordió su labio y aprovechó el momento en que se quejaba para meter su lengua y recordar el sabor de Taeyong, seguía siendo igual de dulce. 

Se separó de él y un olor a vainilla y canela invadió sus fosas nasales, era muy tenue pero con su olfato de alfa podía detectar que venía de Taeyong. Seguramente el efecto del supresor había pasado. 

Respiro profundo, nunca había tolerado el olor de los omegas, se le hacía muy dulce y empalagoso, hasta que conoció a Taeyong, el único omega cuyo olor toleraba y  podía disfrutar, cegado por su impulso se acercó a su cuello y lo olfateo.

—No por favor no, aléjate —pidió entre sollozos

 Taeyong mantenía sus ojos cerrados y su cuerpo tenso, su olor cambió drásticamente a uno amargo, no quedaba rastro de su dulzura. Su miedo estaba tomando control de sus feromonas, comenzaba a sentirse en peligro y estaba tratando de ahuyentar al alfa. Jaehyun tomó distancia rápidamente, el omega realmente lo repudiaba tanto para defenderse de ese modo.

—Recuerda muy bien lo que te dije Taeyong —advirtió con su voz de alfa

Y sin más salió del departamento azotando la puerta, Taeyong inmediatamente se acercó para ponerle llave y asegurarse de que no pudiera entrar, pero aunque hiciera eso, ya no se sentía seguro en su hogar. 

Ahora solo tenía un miedo profundo.









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