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Hércules despertó cuando la tarde ya se notaba. Los colores anaranjados del atardecer le dictaban la hora más o menos exacta que debía ser. Se levantó de su cómodo lugar y se dispuso a ir a su habitación a descansar un rato más, pues un dolor de espalda lo tenía agobiado. Quizá no debió dormirse más de la mitad del día en un árbol.
En su camino agradeció no encontrarse a nadie, todos estaban en sus propias habitaciones haciendo quien sabe que cosa, el punto es que no estaban ahí para amargar su dulce despertar. Aunque el recuerdo de lo que había ocurrido esa mañana seguía latente, el héroe decidió no darle mayor importancia.
Bostezó suavemente una vez que se encontró frente a las grandes puertas de su habitación. Las abrió de par en par, y, oh sorpresa, encontró al londinense sentado en la orilla de su cama. Tenía la mirada baja, pero bien pudo notar una sonrisa en sus labios. Aquella sonrisa cínica que tanto odiaba y amaba a la vez.
───── Creí que hoy te quedarías en tu recámara. ───── Jack ríe al escucharlo, cosa que le molesta.
El mortal se levantó de su lugar y se acercó al griego, siendo cuidadoso con cada movimiento, como si lo estuviera estudiando. Hércules por su parte permanecía quieto, totalmente expectante de que es lo que haría. De un momento a otro siente su mano sobre su mejilla, la acaricia con ternura, como si hace rato no le hubiera hecho pasar tal ridículo.
───── Lamento lo que hice. ───── Parpadea sorprendido, pero una sonrisa en su rostro deja en claro que le ha escuchado bien.
El humano pronto se acerca lo suficiente para abrazarlo, Hércules claro que corresponde.
───── Entiendo si está enojado conmigo, sir. ───── Se aleja nuevamente, o bueno, lo intenta ya que el héroe lo tiene abrazado con fuerza.
───── Jack, no estoy molesto contigo. ───── Se apresura a decir antes de que el londinense intente alejarse otra vez de él. ───── Fui yo quien te provocó en primer lugar.
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El Amor NO lastima. | HerJack. [Editando]
Fanfic« A veces hasta los mismos demonios internos pueden traernos malos ratos, y no solo a nosotros. También perjudicamos a quienes nos rodean. » © Basado en "El Violentómetro"