Paciencia

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Hobi se sentía culpable por no haber contestado bien.

— Es complicado, no es que no me gustes... Pero debo arreglar las cosas con Yoon... – había sido su respuesta.

Tal vez Jungkook comprendía, pero le daba pena que no podía contestar con un firme "Sí, me gustas".

Después de aquello había dicho que debía irse a dormir y que él podía quedarse en el sillón-cama, pero la verdad fue que se había hecho bolita y llorado hasta quedarse dormido.

Por la mañana no sabía muy bien porque le dolía tanto la cabeza, se levantó y se sintió extraño... Volteó a ver su cama y estaba mojada.

Se sintió bastante abrumado, había mojado la cama... Comenzó a llorar fuertemente, odiaba mojar la cama.

Sintió que alguien lo cargaba y ponía en el piso, vió a Kookie hacer la cama y volvió a cargarlo para llevarlo al baño.

— Vamos, Seokie. Levanta las manitas, hay que bañarte – le dijo de la forma más tierna.

—N-n-no... Yo... Puelo, ¡Seokie niño grande! – dijo sintiéndose para nada grande realmente.

— ¿Ah, si? – preguntó Jungkook divertido — Si Seokie es niño grande... ¿Puedes quitarte tu ropa para entrar a la tina? – le pidió.

El pequeño asintió con la cabeza e intentó quitar su playera sin mucho éxito. Kook rió un poco y lo ayudó.

— Seokie está igual de chiquito que siempre – declaró el soldado.

Le terminó de ayudar a quitar su ropa y lo metió a la bañera. Él pequeño estaba algo apenado por toda la situación... No le gustaba mojar la camita, le daba mucha vergüenza cuando eso ocurría.

— ¿Qué pasa, Seokie? – preguntó Jungkook al verlo tan callado.

El pequeño solo negó con la cabeza, no quería hablar.

— ¿Tienes penita? – insistió aquel chico.

Seokie asintió.

— Oh pero ¿por qué? Es bastante normal, incluso alguien grande como yo puede tener esos accidentes si no va al bañito a tiempo – le aseguró.

Seokie no pudo evitar reír al pensar eso.

— ¿Ves? No pasa nada, solo hay que darse un bañito y seguir adelante ¿Qué gustas comer hoy, pequeño? – continuó comenzando a tallar su cabellito.

Pero de nuevo Seokie decidió no contestar ¿Podía pedirle comida a Jungkook así como lo hacía con Yoonie? Pensar en el Teniente lo había vuelto a poner triste.

— ¿Qué pasa, Seokie?

— Seokie... Malo... Con Yoonie... – logró decir.

— ¿Por qué dices eso, bebé ? – dijo mientras terminaba de enjabonar su cuerpecito.

Pero él solo se encogió de hombros, la verdad ni siquiera sabía porque había sido malo con Yoonie... Cierta parte de su cerebro estaba muy chiquito para comprender las cosas de grandes, pero la otra parte sabía que había hecho algo mal.

Jungkook le pidió que cerrara los ojos para quitarle el jabón del cabello y cuando terminó de quitar todo resto de jabón en el pequeño lo sacó y enredó con una toalla.

Lo llevó hasta aquel cuartito especial y le pidió que eligiera su ropita. Escogió un lindo mameluco de ositos color amarillo.

Le puso su pañalito de una forma muy chistosa que hizo que el pequeño volviera a reír y después su mameluco.

Le preparó un biberón no muy bueno pero Seokie sabía que lo había hecho con mucho cariño.

Lo dejó ver las caricaturas que él quiso mientras estaba sentado en su regazo y terminó durmiéndose en un punto del capítulo final.

Cuando Hobi volvió a despertar se encontraba fuera de su Little Space... Estaba recostado en el pecho de Jungkook, sonrió un poco al ver que el soldado estaba dormido también. Le hizo una caricia en la mejilla.

— Um... Despertaste... – comentó el soldado medio adormilado.

— Me cuidaste... – contestó como si fuese más una acusación.

— Bueno, no podía dejarte solo.

Hoseok volteó al piso como si hubiera hecho algo malo.

— ¿Qué es lo que te ha estado molestando? ¿Qué pasó con Yoongi? – preguntó Jungkook.

— Um... Lo lastimé por... No corresponder sus sentimientos... Incluso me besó... Dejé que lo hiciera porque estaba confundido pero... Creo que solo hizo que me diera cuenta que... Me gustas, Jungkook... Pero, esta no era la forma en la que quería decirlo... Quería decírtelo de mejor manera, por eso decía yo que debo arreglar las cosas primero con él – le explicó Hoseok.

Jungkook respondió con un abrazo fuerte y un beso en la mejilla.

— Estaré esperando a que me lo digas bien, haré como si no hubiese escuchado eso... Aparte, no creo que él esté enojado contigo. El tiempo arregla los problemas del corazón – dijo el soldado aún abrazándolo.

Con aquella plática se sintió más tranquilo e incluso pudo mandar un mensaje a aquel Teniente.

Hablemos cuando regrese de las vacaciones. Te quiero.

El sargento Jung [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora