1

5.2K 389 82
                                    

Pircing, alta, castaña, mierda la gran adicción de Jennie kim. Esta espiaba a su presa charlar con otras chicas, "perras", pensaba la pelinegra con su mirada fiera a lo lejos.

__Jennie se te van a caer los ojos si sigues mirando tan acosadamente a Lisa.—Una pelirroja llamada Jisoo la tomó del hombro.

__Perras solo perras..—Se cruzó de brazos con enojo.—¡¡Me hierve la sangre!!.—Suspiró con pesadez.

__Calma los celos, Lalisa lo podría notar.—Soltó una risa burlona.

__¿Y a ti que?.—La empujó para irse hacia otro sitio. La pelirroja suspiro y solo se fue con su preciosa novia, la rubia llamada Roseanne Park.

La pelirroja era su hermana mayor, y siempre se tenía que bancar a su hermana acosar a la tailandésa en los tiempos libres de la universidad. Casualmente chicas se le acercaban a la castaña por su estilo, por el pircing en el labio, su forma de vestir, usaba ropa marca Celine, y todo le quedaba perfecto. Lástima para Jennie, ella hace meses esta enamorada, pero nunca tuvieron una interacción, y aunque muy celosa y muy de matar gente con la mirada, por dentro hay una Jennie que teme ser rechazada por la mismísima Lalisa Manobal.

__Otra ves Jennie...

La pelirroja la había encontrado nuevamente espiando ala castaña, esta ves estaba sola leyendo un libro que no se le podía ver cual era.

__¿Por que no te le acercas?.—Preguntó la rubia Rosé a su lado mientras tomaba de su batido.

__No.—Suspiró dejando caer su tarjeta.—Me voy a matar, necesito besarla, tenerla en mi cama.—Fijó la mirada en su presa.

__En ese entonces acércate, eres muy linda, ella sin duda te hará suya.—La rubia tomó la tarjeta y se la guardo en su bolsillo.

__Estas hablando con Jennie mamita. Para el ligue esperaría hasta morir.—Fue seca, se coloco sus lentes negros, y solo se dio la vuelta.—Iré a comprar algo, y no con ustedes pobres.

__Ayayay Jennie kim.. agua fiestas....—Habló burlona.—No gastes mucho dinero Kim.—La pelirroja Escondió su sonrisa, quería reír como nunca.

__Puedo comprarme hasta el puto órgano de La Tailandésa. —Gruñó empujando a ambas mujeres para irse hacia una tienda. Las demás se quedaron mirandola, empezaron a reír fuerte, lo cual la pelinegra solo ignoro.

La molestaban por su forma de ser, y ella se decía, Me las pasó por las tetas Se le resbalaban las burlas, tenía mucho dinero, y podría tener lo que pidiese. Si tan solo estuvieses en Venta, Lalisa, carajo.

Siguió su paso hasta llegar al comedor de la universidad, había muchas cosas para desayunar, como cenar. Eligió tres cafés, unas facturas, las más caras, era de tener mucho dinero. Al esperar volteo a ver ala castaña quien mordía su pircing. Que Sexy maldición Pensaba mientras la veía leer un libro que llamaba su atención.

__Aquí tiene señorita, tenga cuidado.—Dejo la bandeja en la mesa.—Son 3 millones de Won.

__Gracias.—Reviso en su bolso, el terror comenzó, no hallaba su tarjeta, estuvo segundos. La señora la miró mal, esperaba el gran dinero.—Espera, ¿Donde está mi Black Card?.—Reviso sus bolsillos, unas risas fuertes se presenciaron así que clavo su vista allí.

__¿Señorita?..—Habló seca la mujer mayor.

__Nada de señorita.—Sus ojos tenían fuego en ese momento.—Park Roseanne, Kim jisoo malditas escorias hijas de puta.—Su piel ardió al verlas tan contentas comprando un batido.

This is furiousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora