La familia Miller vive una vida normal y feliz, no son la familia perfecta pero aún así viven felices y se amaban mutuamente.
La vida les arrebata lo que más aman y deben aprender a vivir con ello aunque no todo sea igual de nuevo y ambos adultos pi...
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El calor de los brazos de Joel hicieron que Violett sintiese que nada más podía pasar, que estaba por entrar en una nueva etapa de su familia, por lo que le devolvió aquel abrazo a su esposo.
-Es el mejor regalo de cumpleaños, solecito, no sabes lo feliz que me haces- El hombre tomó el rostro de su mujer con cariño antes de acariciar el mismo con una sonrisa- No te preocupes trabajaré más si es necesario y te quedarás en casa como lo hicimos con Sarah-
-Aun trabajaré, al menos un par de meses más me encargaré de limpiar más casas y guardar dinero- Y sin más se fundieron en un abrazo, eso hasta que el teléfono de Joel empezó a sonar.
-Es Tommy- mencionó esta vez Joel con una mueca en su rostro antes de ver a su esposa y responder el teléfono, una vez colgó habló- Tommy está en la cárcel, necesito ir por él y pagar la fianza-
Era algo que no le agradaba nada, odiaba que Tommy se metiera en peligro, sin embargo, tanto Joel como su esposa estaba dispuesto ayudarlo pues era parte de su familia.
-Ya se me hacía raro que no haya venido, pero quise pensar que estaba en algún bar o algo así- La mujer hizo una mueca.
El menor de lo Miller vivía con la familia, así que se encargaban de cuidar allí a este para que no se metiese en problemas. La mujer se encargó de ayudar a Joel con el dinero sacando de sus ahorros para que trajera a Tommy a casa a salvo, ya se encargaría ella de regañarlo después.
Alrededor de unos 20 minutos después Violett se durmió dejando que el cansancio la cobijara, su esposo había ido por su cuñado por lo que decidió quedarse en la sala. La voz de Sarah la despertó, por lo que la mujer algo asustada se despertó e inmediatamente escuchó el sonido de un helicóptero y sirenas de policía a lo lejos.
-¿Que pasó cielo? ¿Llegó papá? -Sarah quien estaba notablemente asustada negó por lo que su madre la envolvió entre sus brazos.
-Hubo una explosión cerca de aquí, y no hay televisión ¿qué está pasando mamá? - Dijo con voz temblorosa la pequeña hija del matrimonio.
Fuera de casa se oyeron gritos y gruñidos y ella supo que venían de casa de sus vecinos, cosa que hizo que Sarah temblara ligeramente, mientras tanto Violett también estaba asustada por lo que tomó a su hija entre sus brazos levantándolas del sofá.
-Vamos a salir de aquí, no vamos a estar seguras aquí, necesito que seas fuerte cielo, ¿si? No se que está pasando allá pero no es nada bueno- Dijo la mujer tratando de que su hija no entrara en pánico pero a la vez hablándole con sinceridad.
La mayor de ambas tomó un bate que estaba en la entrada en una mano y una vez abrió la puerta salió con su hija. Sarah vio al perro de los vecinos por lo que lo tomó, sin embargo, su madre no esperaba que saliese corriendo para ir a casa de sus vecinos los Adler.
-Sarah, Sarah, no- Dijo asustada la mujer antes de ir tras de su hija quien había cruzado la puerta, por lo que rápidamente ella hizo lo mismo.
Ojalá que Sarah no lo hubiese hecho, pues una vez ella entró el perro huyó, y el rastro de sangre asustó a ambas por lo que Violett empuñó su arma alzándola lista para golpear a quien fuese. No esperaba encontrarse a la anciana mujer comiéndose a su vecina, ella apartó a Sarah colocándola atrás de si, la niña temblaba y sus lágrimas caían por sus mejillas, mentía si no decía que la mujer también sentía miedo.
