MAFIA ENEMIES | 𝕿𝖔𝖒 𝕶𝖆𝖚𝖑𝖎𝖙𝖟.

𝑪. 𝟭𝟱

Madison O'Connor.

Un día más en esta oficina donde todos aquellos proyectos ilegales se llevan a cabo.

Hoy tengo una reunión con un empresario millonario, uniremos fuerzas para que ambas empresas y mafias esten seguras.

Yo le daré seguridad y protección, él me dará dinero, es cambio y cambio, ninguno se ira sin nada.

Repentinamente sentí mi mente siendo invadida por una bonita sonrisa con dientes relucientes, la imagen mental que tuve en ese momento sobre sus labios rosados adornados con un arito en un lado, era para morirse.

Espera... ¿qué?.

Últimamente no he podido pensar bien, mi mente solo rondaba alrededor de esa noche en la que dormí feliz y agusto, pero fue porque Tom Kaulitz estaba durmiendo conmigo, sin segundas intenciones, sin malicias, solo nosotros dos, en paz y disfrutando la presencia del otro.

Por primera vez dejé de preocuparme por lo que es que tenía que hacer, o como tendría que actuar. Me sentí feliz y protegida junto a él, aún con su caracter de mierda en su persona.

Fue inefable como aquel sentimiento fue mutuo entre nosotros.

Sé que él sentía algo, que él sabía que yo sentía algo. Los dos lo sabíamos, por eso era mutuo.

Pero está vez otra cosa se apoderó de mis pensamientos, ¿él sentirá lo mismo que yo? ¿Está jugando? ¿Será un plan?.

No lo sé.

Quiero arriesgarme, pero lo perdería todo estando con él, no puedo estar con el.

Me arriesgue muchas veces y en todas esas veces, yo salí perdiendo.

El es un tsunami que arrasa todo consigo y yo soy un huracán que hace destruir todo. Dos desastres juntos seria el fin del mundo.

No puedo seguir negando mis sentimientos porque sería solo una mentira que yo quiero hacer verdad.

Pero... Siempre existe un pero, no puedo, por primera vez me siento angustiada por sentir amor, por sentir calidez en mi pecho.

-Madison, el señor Artem ha llegado para su reunión de hoy -La voz del chico en la puerta me irrumpió los pensamientos, lo cual agradecí.

Menee mi cabeza para volver a la realidad y dije;

-Dile que pase, por favor Félix.

El chico solo asintió y se retiró de la habitación, cerrando la puerta detrás de él para que segundos después fuera abierta otra vez pero por otra persona; Artem. El ruso empresario y millonario.

-¡Madison O'Connor! -Soltó entusiasmado, con una gran sonrisa en su rostro, mientras se acercaba hacia a mi.

Yo por respeto y educación me levanté de mi silla para saludarlo.

-Artem, es un gusto tenerte aquí -Hice una mini sonrisa.

-El gusto fue mío al venir para acá -Rió y asentí.

-Tomá asiento -Lo invite a sentarse, indicando el asiento libre en frente de mi y el obedeció sentándose allí.

El de manera inmediata tomo el respaldo del asiento que estaba a frente a mi a un costado y lo deslizó hacia atrás para después sentarse, cruzando las manos sobre la mesa.