𝐶. 𝟬𝟯

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𝐓𝐎𝐌 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙.

Los rayos de luz del sol comenzaban a iluminar la casa tan gigante. He estado toda la noche moviendome de un lado a otro como un puto maniático, pero debía hacerlo si no quería morir.

Hace unos días secuestré a la hermana de mi más grande enemiga, Madison O'Connor, y cuando ella se enterará hasta el diablo querrá correr y esconderse.

Todos le tienen terror a esa mujer, tanto que tiene más amigos que enemigos, creo que solo tiene un enemigo y ese soy yo, no por querer poder (aunque si lo quiero), si no porque no perdonaré la peor traición que esa hija de puta me hizo.

La noticia de que Madison O'Connor tiene dos hermanas no tardo en volar más rápido que la luz, porque en cuanto se enteraron que rescató a una mujer esperaron a que la entregara al mercado negro, pero como no la vendió, empezaron a investigar y fue ahí cuando descubrieron qué Madison tiene dos hermanas;
Abigail, una chica rubia quién es la mayor pero la más idiota, se casó con un hombre alcohólico que la hecho sufrir en todo su mísero matrimonio, luego estaba;
Becky, una chica morena quién es la menor de las tres, y por último estaba la chica que tanto se esforzó por ganar mi enemistad,
Madison, quién era la del medio, dicen muchas cosas del hermano del medio, dicen que ese hermano es quién vive con odio por ser ignorado y prefiere mantener distancia, por lo que veo no se equivoca mucho el dicho.

Volviendo al tema; secuestre a la hermana menor de Madison, ¿Por qué?, Simple, me está robando el primer lugar, esa perra ha estado expandiendo su negocio por más países, haciendo que más mafias le teman y la traten de jefa, cosa que no me agrada.
Así que para darle un susto, me llevé a su hermana, que se llama... ¿Cómo era que se llamaba la mocosa?, ¿Bel?, ¿Bik?, ¿Beck?, ¿Becky?, ¡Becky!, Ese es su maldito nombre, es una niña de 17 años, una chica inmadura e insoportable.
Desde hace una hora que está chillando en el sótano pidiendo a gritos y sollozos que la liberemos pero eso no sucederá.

La chica era un buen negocio para el mercado negro, pues era pariente de la mismísima Madison O'Connor y eso la hacia tener un gran valor, sin embargo, no la vendere, solo quiero ver la capacidad que tiene mi querida Maddie.

Sonreí con malicia, pero los chillidos insoportables aún se escuchaban y eso me puso de mal humor. Me levanté del sillón y encaminé hacia el sótano del cual salían los gritos, una vez llegué abrí la puerta de un golpe dejándola de par en par.
Cuando hice aquello pude ver la reacción de la mocosa, la cuál había sido asustarse, entonces es débil a los ruidos fuertes.

-¡Becky, Becky, Becky! -cante con ironía-. Maldita zorra chillona,¿cuando será el momento en el que te calles y dejes de gritar por una puta vez? -comenté con un tono algo elevado.

-¡Po-Por favor! -me miró con sus ojos rojizos por las lágrimas-, dejame ir... -susurró devastada.

Verla suplicar me hacía sentir satisfecho, pero a la vez me daba asco lo emocional que podía llegar a ser, no lo soporto.

-Deja de llorar, qué tus mocos se ven y das asco.

En su mirada cristalina se reflejaba rabia, odio y desprecio de tenerme frente a ella.

- ¡Maldito! ¡M-Mi hermana te matará, tenlo por seguro! -gritó fuerte, con su pecho agitado de la ira.

Solté una carcajada y ella frunció el ceño.

-¿Y quién es tú hermana? -pregunté con ironía.

-Madison O'Connor -susurró con timidez.

Solté una leve risa como en un suspiro. La mire con diversión y burla.

Me acerqué a paso lento hacia ella.

-¿Sabes algo, Becky? -murmuré-. ¿Tú crees que a tú hermana le interesa buscarte? -cuestioné y pude notar en su mirada como se perdió por unos segundos.

MAFIA ENEMIES | 𝕿𝖔𝖒 𝕶𝖆𝖚𝖑𝖎𝖙𝖟.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora