Veinte

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Hana se levantó temprano un día cualquiera mientras el resto de la tripulación aún dormía. Había tanta neblina y corrientes de frío que salió del camarote envuelta en una manta. Una vez que suspiró salió algo de humo frío y rió. Se sentía bien esa tranquilidad.

Observó en el camarote de Kid las luces estaban encendidas. Era muy temprano como para que estuviera despierto,o eso pensaba.

— ¿Kid,estás despierto?

Al no recibir respuesta pensó que solo se le había olvidado apagarlas. Una mano agarró su antebrazo y la jaló bruscamente.

— ¿Por qué estás despierta? Es muy temprano.

— Ahg,lo mismo digo — Respondió levantándose del suelo — Rayos. Sigues siendo tan tosco conmigo.

Kid la miró detenidamente. La manta que llevaba se había deslizado por todo su cuerpo dejándola en una pequeña bata de dormir que cubría perfectamente su cuerpo.

— ¿Quieres ropa? Podemos parar en el camimo para comprarla — Hana no entendió el comentario de Kid hasta que notó que no dejaba de mirar sus pechos.

— Tengo mucha ropa,no necesito más.

— Entonces te daré las camisetas que ya no uso,son extremadamente largas.

Empezó a revisar entre sus pertenencias. Hana aprovechó ese momento para organizar  la mesa de trabajo de Kid y las herramientas que tenía tiradas por todos los rincones. Cuando Kid salió del baño encontró todo perfectamente organizado.

— Pensé que te habías levantado,pero resulta que nunca dormiste — Dijo de la nada arreglando la cama del pelirrojo — ¿Por qué no duermes un rato? Estás desarrollando un mal hábito.

Se notaba el perfeccionismo de Hana al limpiar aquel desorden. Kid sonrió como lo que él calificada como un tonto y se sentó en el borde de su cama.

— ¿Estás mirándome el trasero?

— No,tu espalda.

Soltó un gruñido ante el sacarsmo de su pareja,pero descubrió que realmente sí miraba su espalda.

— ¿Por qué?

Él agarró su cintura y la sentó sobre su regazo. Su mano carnosa comenzó a trazar un línea recta desde su nuca hasta su espalda baja deslizándose por su columna vertebral.

— Tu espalda tiene la forma de un diamante. Hace que tu cuerpo se vea como un reloj de arena — Se aproxima a su cuello — Como el cuerpo de una diosa.

Hana se sonrojó,la estaba piropeando más de lo normal y la empezaba a poner nerviosa. Con su mano metálica dejó suelto su cabello y agarró su vientre.

— Pensé que no creías en seres mitológicos.

— Si existen cosas como las frutas del diablo pueden exisitir esos idiotas. Siempre me he preguntando si ellos sangran.

Ella hubiera reído de no ser porque sentía algo duro debajo de su cuerpo. Ambos estaban solos mientra la tripulación dormía y nadie los escucharía hacer algún ruido. Era el momento perfecto para tener algo de intimidad como pareja.

— Oye Hana,jamás te lo pregunté pero ¿qué edad tienes?

Abrió los ojos incrédula. Presentía el por qué de su curiosidad.

— Dieciocho...— Respondió molesta — ¿Por qué se repente te ha comenzado a importar mi edad? ¿te gustan maduras o qué?

Kid se quedó callado intentando no reír ante los celos de su novia. Se veía tan tierna y tocable que era imposible comenzar una discusión en ese momento. Así que esta vez él se encargaría de apaciguar a la fiera.

Corazones Piratas. 𝐋𝐚 𝐢𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐄𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬𝐬 𝐊𝐢𝐝 /𝑲𝒊𝒅 𝒚 𝑻𝑵/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora