Dos

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Desde que desperté sentí que algo ocurriría,no lo sabía con exactitud,pero eran pocas las veces que me he equivocado. Salí a esperar a que las gaviotas dejaran las noticias y los nuevos eventos que están ocurriendo en el Nuevo Mundo y en el Grand Line.

— Son ellos otra vez.

No dejaban de aparecer artículos sobre los Mugiwaras. Esos piratas sí que causaban estragos,pero de alguna forma su capitán no parecía una mala persona. ¡Y tienen a un cyborg! ¡Qué genial!

— Quisiera saber tu futuro,Monkey D Luffy. ¿Realmentes te convertirás en el Rey de los Piratas,o morirás antes de que eso suceda?

A pesar de vivir en una isla casi desconocida del planeta estaba bien informada sobre todos los sucesos que ocurrían,sé muchas cosas que las personas de aquí ignoran. Creen que es innecesario saber qué sucede en el exterior.

Al contrario de todos ellos,yo deseo algún día ver a esas personalidades en persona. No solo a piratas como 'Mugiwara no Luffy' ,el consejo de Shichibukais,los grandes y poderosos Almirantes de la Marina. ¡Los emperadores del mar! Y si aún estuviera vivo hubiera querido conocer a Roger. Todavía tengo la oportunidad de ver al viejo Barbablanca.

— Todo eso es imposible — Suspiré — El mar es tan inmenso,tantos peligros y aventuras...es todo un misterio. Espero que al menos mis hijos puedan ver lo maravilloso que es.

Nadie había venido a visitarme así que decidí cerrar todas las ventanas y puertas para descansar. Desde lejos pude ver que se avecinaba una enorme tormenta.

— Parece peligroso. Espero que todos en la aldea estén bien.

Me acomodé en la cama y cubrí por completo mi cuerpo. Sentí una especie de brisa recorrer el cuarto. Quería que el sueño se apoderara de mí lo antes posible. La ventana de mi habitación se abrió dejando entrar unas gotas de agua. Había comenzado a llover en menos tiempo de lo que imaginé. Era una lluvia intensa acompañada de fuertes vientos y algunos rayos.

Volví a revisar por toda la casa y asegurarme de que nada estuviera abierto o podría comenzar una inundación. Me sobresalté una vez que el bombillo de la sala se rompió.

— Habrá sido por el alto voltaje.

Encendí una vela y me senté en un rincón de mi cuarto mientras me tapaba con las sábanas. Confieso que estaba asustada,pero sabía que todo estaría bien. Los cuadros de la pared caían solos y los pedazos de vidrios estaban regados por todas partes.

— ¿Acaso es un huracán?

La llama de la vela no aguantó tanta corriente de aire y terminó apagagándosezde esa manera me quedé sola en la oscuridad. Estas eran las veces en las que me arrepentía de vivir tan alejada de la aldea.
<Pronto pasará> <Está todo bien>

— ¡Hana!

¿Anciana Chihiro? ¿Vino sola debajo de esta tormenta?

Me levanté rápidamente tratando de no pisar los vidrios. Quería abrirle de inmediato para que no llegara a resfriarse. En realidad no podía ocultar mi alegría al saber que ya no estaría sola.

–-- ¡Apresúrate! El ambiente aquí afuera no es muy agradable.

Me reí bajito ya que si llega a saber que me estaba riendo de ella me golpearía. Abrí la puerta y fijé mi mirada al suelo puesto que era bastante pequeña,pero estaba claro que noté las botas de alguien más. A sus costados divisé unas piernas de hombre. No quería levantar la vista porque ya tenía una idea de lo que pasaba.

— Espero que no sea una molestia, pero ¿podemos pasar y resguardarnos de la tormenta?

Un hombre alto,muy alto. Parecía de unos veinte años casi veintiuno. Vestía de una forma extravagante y llevaba anillos y lujosas joyas alrededor de sus manos. Una especie de gafas ocultaban su frente y usaba un labial parecido al mío. Él habló tratando de ser amable aunque no logró su cometido.

Corazones Piratas. 𝐋𝐚 𝐢𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐄𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬𝐬 𝐊𝐢𝐝 /𝑲𝒊𝒅 𝒚 𝑻𝑵/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora