El héroe de nadie -HIATUS-

Capítulo 6: Una señorita cercana

El héroe de nadie

Capítulo 6: Una señorita cercana

Harry y Ginny dormían hasta justo después del mediodía, cuando su hambre los despertó, así que se dirigieron al vagón para comer algo. Disfrutaron de un almuerzo ligero mientras veían pasar el campo. Realmente se divirtieron, ni habían tenido la oportunidad de viajar antes y cada nueva vista era una vista increíble para ellos.

Estaban sentados uno al lado del otro, compartiendo titbits de sus platos antes de compartir una gran mezcla de chocolate para el postre. Ginny amaba la forma en que Harry la adoraba, no de ninguna manera condescendiente o condescendiente. Era solo una manifestación de su amor por ella y la llenó de alegría.

Regresaron a sus asientos y una vez más, saciados con el enorme almuerzo que habían compartido, Ginny se acurrucó contra Harry y volvió a dormir.

Harry, sin embargo, se sentó y pensó. Hubiera preferido cambiar las identidades nuevamente, pero al conocer a los Peters en París, tendrían que quedarse, Sr. y Sra. William Lewis por el momento, habiéndose presentado de esa manera cuando se conocieron.

No es que Harry estuviera realmente preocupado, después de todo, no se alojaban en un hotel ni se registraban en ningún lugar. Aún así, sabía que como el falso Profesor Moody los había golpeado, "Constant Vigilance". Todo lo que podía tomar era un deslizamiento y podían ser descubiertos.

Fue varias horas más tarde, después de que el campo había dado paso a la ciudad, que se hizo el anuncio de que llegarían a la estación momentáneamente. Harry despertó suavemente a Ginny con un beso y mientras despertaba, lo devolvió con interés.

"Supongo que estamos llegando a París?" ella preguntó después de que se separaran.

"Sí, acaban de hacer el anuncio de que llegaríamos a la estación en unos minutos. Quería asegurarme de que estuvieras despierto cuando llegamos allí", dijo Harry, sonriendo a su novia.

Ginny se estiró como un gato, y Harry notó que sus pezones sobresalían claramente contra su jersey. Ginny lo sorprendió mirando, y con una sonrisa dijo: "¿Como lo que ves?"

Harry solo se rió, "Sí y lo sabes. ¿Por qué si no te vestirías así?"

Ginny solo le sonrió tímidamente y le meneó las cejas sugestivamente, haciendo que Harry sacudiera la cabeza maravillado ante la joven amorosa y vivaz que se había convertido en su esposa.

Reunieron sus paquetes, mientras el tren se detenía y con poco tiempo perdido, desembarcaron. Fue un corto paseo hasta la terminal principal y sin muchos problemas Harry localizó un banco de teléfonos públicos. Afortunadamente, debido a sus compras en Niza, tenían la moneda adecuada y después de que Harry le dio a Ginny una rápida lección sobre el uso del teléfono muggle, Ginny llamó a los Peters.

Fue Noelle quien contestó el teléfono y estaba encantada de saber de la joven pareja. "Katherine, qué sorpresa tan encantadora. No te esperábamos hasta mañana", dijo, felizmente. "No es que importe, estaré hasta la estación. Justo dentro de la entrada principal hay un pequeño bistro, ¿por qué no tener una taza y estaré allí antes de que te des cuenta."

"Está bien", respondió Ginny, un poco preocupado de que Noelle no los hubiera esperado hoy. "Ella nos dijo que esperáramos en el pequeño bistro justo dentro de la puerta principal", le dijo a Harry.

Harry se encogió de hombros, y como Ginny, esperaba que no hubieran arruinado ningún plan que Noelle y James pudieran haber tenido.

Encontraron el pequeño bistro sin ningún problema y como eran casi las 3:30, decidieron tomar una masa con su té. Ambos terminaron eligiendo cruasanes de chocolate, del tamaño de la mano de Harry.