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A LAS AFUERAS DE LA CIUDAD UN hombre llegaba a la casa dónde trabajaba dándose cuenta de que no se le permitia el acceso, frunció el ceño al darse cuenta de que el cierre de emergencia estaba encendido.
—Que raro...— Murmuro extrañado, normalmente nadie lo activaba puesto que la dueña de la casa pensaba que con la alarma era más que suficiente.
Uso su teléfono para desactivarlo y entró, bajó del auto caminando a la puerta para después entrar encontrándose a cierta pelirroja para la que trabajaba de chofer tumbada en el suelo dormida.
—Señorita Charlotte....— Comenzó a llamarla repetidas veces mientras la movía intentando despertarla.
—¿Que...? ¡Rick!— Se despertó agitada. —No puedo creerlo pensé que jamás saldría de aquí.— Lo abrazo feliz.
Había estado toda la noche aterrada pensando que no podría salir de ahí hasta que su madre volviera de su viaje en tres meses y que cuando saliera todos estuvieran muertos Jake, Junior, Lexy, Devon...
—¡Devon!— Gritó recordando que su amigo se había quedado en la casa de Charles y no sabía si había logrado escapar. —Escucha Rick, se que puede sonar raro y que necesitas muchas explicaciones que obviamente te daré pero ahora mismo necesito que me lleves a la antigua casa de Charles Lee Ray.—
