Capítulo OO8: Sin palabras

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Minatozaki Sana entraba a ese restaurante con las mejillas sonrojadas y nervios rebosando todo su cuerpo, luego de haber ido a estudiar y dejarla la carta a Tzuyu, se apresuró a cambiarse, Dahyun le había dicho que era un lugar lindo así que debía ir con la ropa más hermosa que tuviera por eso había escogido ese vestido, le gustaba pero estaba segura que a alguien más le quedaría mejor que a ella, eso no quita que se lo haya puesto esperando que no le quedará tan mal como su cabeza le quería hacer creer.

Miró a los dos lados del restaurante en uno era gran salón con todo de madera y mesas dispersas por el lugar, las luces eran tenues y hermosas tan relajantes que te daban una impresión de cómo iba a ser disgustar la comida en ese magnífico ambiente, mientras que la otra parte era la típica zona de bar en donde todo es similar pero nunca igual, supuso que habían ido a esa zona así que dio dos pasos hasta que una mano la tomó del antebrazo y con un poco de agilidad dio la vuelta y le dobló el brazo a la causante del dolor.

"Lo siento!". Exclamó al ver a la chica que la había ayudado en la cancha, se quedó en silencio y poco a poco fue soltándola. "¿Tú?". Momo al escuchar eso asintió.

"Soy la novia de Dahyun". Dijo con una gran sonrisa, Sana la miró de arriba hacia abajo y por un instante algo pasó por su cabeza, si ella es la misma persona con la que había visto a Tzuyu y Dahyun era su amiga eso significaba que la amiga de su amiga que estaba sola posiblemente sea Chou, a los pocos segundos descartó aquello ya que sentía que era demasiado exagerado, además Tzuyu no era la única amiga de Momo de seguro era bastante popular se le notaba en la mirada y como se expresaba. "Me dijo que te fuera a buscar porque te tardaste un poco".

Otra vez las mejillas de Sana se sonrojaron. "Perdóname es que no encontraba el restaurante". Tragó saliva con algo de dificultad al ver el rostro serio de la contraria.

"A mi también me han pasado esas cosas". Rió y palmeó su espalda dándole ánimos. "Veo que nos llevaremos muy bien". Sonrió en grande y Sana no pudo evitar contagiarse de esa sonrisa, se miraron y comenzaron a caminar, Minatozaki era guiada por Hirai por el pequeño pasillo, parecía ser un lugar oculto porque ni siquiera sabía a donde estaba yendo. "No te asustes". Murmuró, al parecer debían hacer silencio. "A Dahyun se le ocurrió comer arriba y aquí solo come la gente super estirada". Rodó los ojos. "Cuando llegué los quise saludar y me miraron mal".

Sana se le quedó mirando por un momento sin decir nada intentando ver qué le había visto su amiga a la chica de flequillo que ahora mismo movía las manos mientras explicaba algo a base de susurros que parecían gritos ahogados, tal vez su facilidad para hacer sentir bien o en confianza a los demás, o la forma en la que hace reír con pequeñas palabras o expresiones, tiene un gran lado bueno y para los ojos de Sana era una chica muy guapa con una perfecta sonrisa y ojos grandes, todo lo que alguien quisiera tener.

"¿Me estás escuchando?". Sacudió la cabeza y asintió. "Bien...". Entre cerró los ojos. "Tenemos que subir o los estirados van a comenzar a hablar de nosotras por lo bajo y como detesto eso". Lanzó un golpe al aire. "¿Lista?". Dio un paso hacia delante, eso fue la señal definitiva para subir, le daba igual si la amiga de Momo era una desgraciada o si era la típica persona que le cae mal, sabía que de todas formas la parecía bien además de que es un favor para Dahyun no es que esté buscando a alguien a quien amar o sentir algún tipo de gusto para eso tiene a Tzuyu, como le gustaría verla a los ojos y poder decirle lo que siente, lastimosamente su cobardía va aumentando por días.

El recordar lo bien que se veía hoy hace que su corazón lata con mucha fuerza.

Al llegar al último piso hizo un sonido de satisfacción sus piernas arden por todas las escaleras que tuvo que subir, el lugar era exactamente igual que el otro solo que con unas vistas alucinantes, estaba segura que si se concentraba podía ver desde ahí donde vivía, apoyó el hombro en la pared un momento antes de tomar una larga bocanada de aire fresco y siguió a Momo que era la mujer más rápida que había conocido en todo el mundo.

Unos pasos más y llegó a la mesa en dónde estaba Dahyun con una sonrisa, por alguna razón Momo se sentó al frente de la misma así que le tocaba sentarse frente a su amiga, tal vez lo hicieron para que se sintiera más cómoda y eso lo agradeció ya que hubiera sido peor estar al lado de alguien que no conoce y que no tiene ni idea de cómo se comporta.

"Hola, Sana". Hizo una pequeña reverencia y se sentó, Dahyun sonrió en grande haciendo que sus ojos se cerrarán como siempre y escuchó el suspiro de Momo al verla, si que estaban enamoradas y era lindo ver cómo dos personas si podían hacerse felices mutuamente. "¿Cómo estás?".

"Bien aunque un poco nerviosa". Se sinceró y Dahyun le acarició los hombros.

"Tú tranquila que nuestra amiga es una persona muy relajada y especial". Asintió no muy segura de ello, la única que tenía ese título era Tzuyu y de seguro ella no vendría porque se nota que es alguien que no necesita de citas para estar con una persona, eso la hizo sentir algo mal y bajó la mirada al agua cosa que Momo notó al instante.

"Confía en nosotras". Le dijo y le tomó la mano. "Te va a encantar y serán buenas amigas...o algo más".

¿Por qué estaban tan seguras de ello?

Lo único que hacían era lanzarle flores a alguien que no conocía y que de seguro no era no la mitad de amable de lo que le decían, siempre hacían lo mismo, bueno sus amigas cuando vivía en Japón le hacían esa clase de cosas y tenía que aguantar ya sea a un chico o una chica super insoportable que pensaba que podía estar con ella cuando quisieran.

"Me acaba de decir que llegó y está subiendo". Sana estaba de espaldas a la entrada por lo que no podría ver la gran llegada de la chica, así que se dispuso a ver las vistas e intentar relajarse con ellas porque de verdad que estaba por desmayarse, su corazón por alguna razón latía con demasiado frecuencia y fuerza como si le estuviera avisando algo que ni ella comprendía de que se trataba.

Dos latidos a la vez y una respiración forzosa que la llevaba a cuestionarse el por qué estaba ahí si no tenía ningún trabajo que pagar.

Cuatro latidos y una mirada de Momo hacia la parte de atrás de su cuerpo, una sonrisa y un pequeño movimiento para avísale que estaban justo en ese lugar.

Seis latidos y sus ojos se cerraron con los nervios de punta, escuchó como la silla se movía y unos pies chocaban delicadamente con los suyos lo que provocó que abría los ojos encontrándose a la única persona en la que siempre piensa.

"Mucho gusto, mi nombre es Chou Tzuyu". Y una sonrisa perfecta que la dejó sin palabras.

wishing on you ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora