Capitulo 3.

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De todas las respuestas naturales que esperó la que tomó Jeongyeon fue la que menos imaginó, su esposa no había dicho una sola palabra como respuesta, ni siquiera había llorado, sólo cortó el
momento y se había subido a la camioneta y encendido el motor mientras esperaba que ella subiera al vehículo también, no hubo conversación durante todo el trayecto de vuelta a casa, y ella sólo pudo apoyar su frente en el vidrio de la ventana del
copiloto.

Lloró en silencio mientras se recriminó por no exigirle una respuesta a la
mujer que estaba a tan sólo unos centímetros a su lado conduciendo al lugar que ambas habían llamado hogar. Volverían a la casa donde las esperaba su hija, y su llanto se volvió en un fuerte ahogo al imaginar qué pasaría con la custodia de Chaeyoung. Nayeon era la madre biológica de la pequeña, pero Jeongyeon había adoptado legalmente a la pequeña, por lo cual, el futuro de aquello era muy incierto… ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo iba a
separar a su hija de su otra madre? Aún era tan pequeña, pero ella ya estaba acostumbrada a estar en casa junto a Jeongyeon, junto a sus dos madres… Sintió  que se le partía el corazón aún más sabiendo el daño que le podría causar a su esposa, ella sabía que literalmente Chaeyoung había devuelto a la vida a Jeongyeon.

....

Jeongyeon vio salir a sus suegros de la casa dando por finalizada una gran actuación por parte de ella y de Nayeon… La verdad era, que todo parecía una maldita pesadilla, podía sentir cómo su cuerpo no respondía bien y su mente estaba en un caos sin
lograr conectar palabras ni todo lo que había sucedido…

Su esposa, la mujer que amaba, la que llevaba 7 años a su lado, y a la que podía asegurar que seguiría amando le había dicho que se quería divorciar…
Todo bajo un miedo mayor que significaba perder al hija que ambas tenían.

Nayeon estaba arriba revisando si Chaeyoung seguía durmiendo y si tenía las ropas necesarias para pasar la noche. En cambio ella seguía mirando hacia la nada ahí sentada en el sofá de la sala de estar, sintiendo miedo del futuro, sin saber qué hacer, sin saber si debía suplicarle a Nayeon que olvidara ésa horrible idea de destruir todo lo que habían soñado juntas.

— Jeongyeon …

La voz de Nayeon rompió el silencio de la casa, pero ella no fue capaz de dirigir sus ojos hacia su esposa, tenía tanto miedo que su cuerpo estaba congelado mirando hacia la nada.

— Jeongyeon, dime algo por favor. — Rogó Nayeon.

Su mandíbula se apretó mientras se ponía de pie rápidamente hasta acercarse a su esposa.

— ¿Que te diga algo?… ¿Cómo has sido capaz? — Dijo dejando ver que el enfado estaba comenzando a instalarse en su pecho.

Vio cómo Nayeon era incapaz de formular una frase mientras se quedaba con la boca abierta, tenía los ojos hinchados y ya no quedaban rastro de su maquillaje corrido que había ocultado antes de entrar a la casa para encontrase con Hyun-Bin y Sunmi.

— Existe… ¿Existe una posibilidad de que me digas que lo que acabo de oír sólo sea una equivocación? — Se refirió a las palabras de Nayeon sobre el divorcio.

— Yo… — Murmuró la castaña.

Jeongyeon esperó mirando fijamente los ojos de su esposa, los oídos le retumbaban e incluso sentía ganas de vomitar, pero sobre todo se sentía enojada, y no sabía si era con Nayeon, con ella misma, con el destino, o con todos.

— Dime que… — Fue interrumpida.

— Quiero que nos divorciemos Jeongyeon. — Dijo fríamente Nayeon.

Buscó con desesperación la mentira en los ojos marrones, o la duda, e incluso todas las respuestas de todas las preguntas que bombardeaban su mente, pero no logró ver nada, y el tono frío de Nayeon hizo que un todos los músculos de su abdomen se tensaran.

Amor Inmarcesible  (2yeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora