The curse redeption

REDBONE

NOTAS: Hola gente, he vuelto con un nuevo fandom :D sé que debo terminar los otros fanfics pero he estado con un terrible bloqueo escritor, el año pasado falleció un amigo muy fan de TR y desde entonces no he sido capaz de retomar mi escritura.
Gracias a una querida amiga encontré la motivación que necesitaba para volver <3
Espero les guste tanto esta historia como a mi me gusto crearla

ADVERTENCIAS: Descripciones gráficas de violencia y muerte canon de un personaje menor.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La vida de Itadori Yuuji es bastante simple: se levanta temprano para ayudar a su abuelo con el desayuno, va a clases y, apenas estas terminan, vuelve a casa para ayudar con los quehaceres. Como resultado de ello, Yuuji jamás pasó mucho tiempo con sus compañeros, priorizando dedicar su tiempo a su familia antes que a las amistades. Por esta razón, su abuelo solía molestarlo por no relacionarse tanto con gente de su edad; en sus propias palabras, "estaba siendo un mocoso testarudo y antisocial". Eso nunca lo molestó demasiado. A pesar de ser un chico extrovertido, ningún vínculo fue lo suficientemente profundo como para sentir la necesidad de pasar más tiempo con ellos, al menos no desde que su abuelo enfermó. Itadori no quería descuidar a la única familia que le quedaba.

Todo cambió abruptamente aquel día. Itadori volvía de clases más tarde de lo habitual; sus senpais le pidieron ayuda en un campeonato y no tuvo el corazón para negarse. "Quizá así mi abuelo se sentiría orgulloso de mí por pasar más tiempo con gente de mi edad", pensó Yuuji. Al notar lo tarde que era, Yuuji se fue corriendo a su casa, entre agradecimientos por ganar el partido y la adrenalina restante, el adolescente corrió con más fuerza hacia su hogar, que, para su infortunio, se encontraba en una zona remota de la ciudad. Para una persona normal serían al menos 40 minutos a pie, pero para Itadori, quien poseía una gran habilidad física, esto no le tomaba más de 15 minutos.

Finalmente, Yuuji llegó a la casa y sintió que su corazón se detenía. La puerta de entrada estaba destrozada, como si un animal salvaje hubiese intentado entrar. El aire era pesado, todo su cuerpo le gritaba que corriera en dirección contraria. Estaba paralizado por el miedo; quizá se hubiese quedado congelado si no hubiese escuchado un desgarrador grito que provenía de dentro de la casa.

— ¡ABUELO!

Logró que su cuerpo le obedeciera y corrió, decidido, hacia la casa. El piso estaba manchado de sangre y había marcas de garras por todos lados. Itadori avanzó por el pasillo hasta la cocina, casi en piloto automático. Allí encontró a su abuelo tendido en el suelo, con grandes heridas que cubrían su espalda y piernas. Yuuji se agachó para tomarle el pulso y, por suerte, aún respiraba. Ahora debía sacarlo de allí para que recibiera ayuda. Estaba pensando en cómo levantar al anciano cuando una mano helada lo sacó de sus pensamientos.

— Yu...yu...ji...

La voz rasposa de Wasuke Itadori apenas era audible entre sus jadeos.

— Abuelo, ¿quién te hizo esto?, ¿qué pasó?

Las lágrimas empezaron a correr por los ojos de Yuuji al darse cuenta del mal estado del cuerpo de su abuelo y de la gran pérdida de sangre.

— Yuji...de-debes...huir...

— ¿¿QUÉ?? ¡NO TE VOY A DEJAR AQUÍ!

— ...Por...favor...hu-hu...ye.

Itadori no pudo responder antes de salir disparado hacia el otro lado de la habitación, cayendo estrepitosamente sobre la alacena, rompiéndola con el impacto. Los cristales se le clavaron en las palmas cuando intentó reincorporarse. No entendía qué lo había atacado, pero por el estado de la casa, no era nada bueno